¿Qué le parece la polémica con la Iglesia católica?
La Iglesia, lógicamente, tiene todo nuestro respeto para actuar en sus ámbitos de competencias, pero a veces tiene la tentación, o algo más que la tentación, de salirse de esos ámbitos para entrar en otros debates y hablar de lo que creo que no le es propio. No diría tanto la Iglesia como personalidades de la Iglesia.
¿A la Iglesia le ha ido bien o mal esta legislatura desde el punto de vista económico?
Ni bien ni mal. Tenían un sistema de financiación con un porcentaje de participación en el IRPF más una garantía que funcionaba de facto con un incremento automático y lo hemos cambiado por un sistema mucho más correcto, que es la mayor participación de los ciudadanos con decisión de cada uno. Es un sistema equivalente, pero responde más a lo que debe ser la financiación de la Iglesia, es decir, que aquellos que quieran contribuir puedan tomar la decisión de hacerlo.
¿Está a favor de modificar la Ley del Aborto?
Me parece que es el típico tema en el que sólo soy favorable en la medida en la que hay una demanda social clara y haya problemas específicos que hayan surgido. En ese tipo de temas yo soy más bien conservador. Es decir, las cosas que funcionan, no las cambiemos demasiado.
¿Cambiaría el Concordato?
Es un tema parecido. Hemos convivido con el Concordato de 1979 adaptado y cualquier cambio significa una revolución mayor. ¿Tenemos claro qué queremos? ¿Sabemos que ese cambio nos da una convivencia más fluida entre los españoles y entre la Iglesia y los poderes civiles? Si tenemos claro que será así, hágase. Si no, tengo muy claro que no hay que hacerlo.