PARAGUAY: LA AVENTURA DE SER CREYENTE. Francisco de Paula Oliva

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Adital

Comienza cuando por la FE acepta que el tesoro de la Vida regalo de Dios con la invitación de que viva en libertad para ?l. Y crece cuando va descubriendo lo que será Dios. Algo parecido, sin que valga la comparación, a una montaña tan alta que todas las lomas nos van llevando a otras mayores sin que nunca lleguemos a la cima.
Se vuelve admiración, cuando profundamente impresionados por la Divinidad, deseamos alcanzarla.

Nos pone en la realidad al comprender que solamente en la otra Vida «cara a cara » lo contemplaremos.

Nos purifica al hacernos caer en la cuenta de que lo importante en nuestra vida terrenal no son los sentimientos o pensamientos que tengamos de Dios, pues son meros ecos sensibles de ?l.

Se convierte en una gran pasión de amor al convencernos de que apenas «esa gota de su esencia que de El se puede gustar en esta vida» mora en nuestro espíritu y por lo tanto en todos los seres humanos.

Y de aquí nacen dos grandes fuentes de compromisos para la Vida de la Tierra.

El de respeto hacia todo ser humano, cercano lejano, bueno o malo, porque además de ser la maravilla de la creación, en él mora Dios Y el de respeto hacia nuestra interioridad porque en ella portamos a Dios.

Y toda esta aventura de nuestra relación con Dios se vuelve activa al saber que es «un Dios escondido» que hemos de descubrir comprometidamente, en el hermano y en mí, día a día, con amor y en fe.

* Sacerdote jesuita. Responsable por el Parlamento Jovem del Paraguay