Combates en el Kivu. Señalado despliegue de vehículos blindados ugandeses, a principios de esta semana, a lo largo de la frontera común con la RDC. Signos premonitorios incontestables de preparativos de una guerra. La 3ª contra la RDC. Las miradas se vuelven hacia las FARDC.
El Gobierno se encuentra interpelado por no blandir el pretexto ?de efecto sorpresa?? ante esas amenazas que se perfilan en el horizonte. Una RDC que quiera la paz tiene que preparar la guerra. En consecuencia, las FARDC tienen que se capaces de cumplir válidamente su misión y reservarse el derecho a una réplica necesaria. Si no, el peligro estará permanentemente, en la reanudación de hostilidades en el Kivu, especialmente en Masisi, donde hay signos incontestables del inicio de la 3ª guerra en la RDC.
El pueblo está pagando ya el precio de los enfrentamientos. La Sociedad civil del Kivu Norte, abandonada, acaba de dirigir un Memorando al Primer Ministro para que se tomen medidas destinadas a socorrer a este pueblo que vive en la selva desde hace dos días, mientras que otra buena parte de la población huye hacia Nyabondo y Walikale. La sociedad civil del Kivu Norte también insiste en que se ponga a disposición de las FARDC que se encuentran en el frente, la logística adecuada. Como si los miembros de la sociedad civil del Kivu Norte quisieran confirmar lo dicho por el experto de Internacional Crisis Group.
Jason Stem, en efecto, especialista de Asuntos Centrales en el Internacional Crisis Group, organización no gubernamental encargada de la previsión de conflictos en el mundo, ha hecho unas declaraciones en Radio France Internacional, captada en Kinshasa el miércoles por la mañana. Declaración que continúa suscitando interés porque es pertinente, aunque pueda frustrar a ciertas personas. ?La RDC no tiene un Ejército capaz ni los medios para hacer frente a la violencia en el Kivu??, declaró principalmente.
De hecho, mientras hacía esa declaración, las FARDC perdían su posición en Bukana, controlada ahora por los disidentes de Laurent Nkunda. Horas más tarde, los mismos disidentes atacaron el cuartel general de la Brigada Charly de las FARDC.
Mientras tanto, se señalan movimientos de tropas ugandesas, con vehículos pesados y motorizados a lo largo de la frontera común con la RDC. Como si se tratara de movimientos sincronizados que anunciaran el arranque de la 3ª Guerra en la RDC.
Se encuentran amenazadas la integridad territorial, la soberanía nacional y la estabilidad de las instituciones de la República. La RDC tiene la obligación moral, política y militar de replicar a esos desafíos. Así que no tiene más remedio que recurrir a su Ejército. Ante la amenaza, conviene tomar desde ahora las decisiones que se impongan para reforzar la capacidad de intervención de las FARDC para salvar la integridad territorial y la estabilidad de las instituciones. El Ejército podrá así enfrentarse a esas rebeliones y agresiones que amenazan el proceso de pacificación.
LA CONFIANZA HACIA LOS CUARTELES.
La amenaza de una 3ª guerra en RDC plantea la problemática del proceso de integración de las Fuerzas Armadas Congoleñas. Hace 3 años que se inició el proceso de creación de las instituciones de la transición. ¿A qué resultados hemos llegado en este proceso?
En un momento en que se plantea poner orden en las filas de los servicios de defensa, sería positivo contestar de manera satisfactoria a esa pregunta. Pues, la cuestión de siempre es la de saber si con lo que se ha hecho hasta ahora, las FARDC disponen de un núcleo de defensa disuasivo, para frenar ardores belicosos, (¿) aunque el Ejército esté en fase de reestructuración. Y si ese núcleo dispone de la logística necesaria para intervenir en cualquier momento y lugar.
No se trata, ciertamente, de que se hagan públicos secretos de defensa, sino de que haya réplicas adecuadas que, cuando se produzcan incidentes o amenazas a la soberanía del Estado y la seguridad de la población, refuercen la confianza hacia los cuarteles.
Tomemos por ejemplo la inseguridad permanente en el Kivu. La población local está viviendo una verdadera pesadilla y se pregunta sobre una situación que cada día toma mayor amplitud, hasta tal punto, que los análisis indican que hay insuficiencias en las FARDC para enfrentarse con los movimientos rebeldes. Eso lleva a pensar en la existencia de lagunas en la formación de los hombres de la FARDC. Si es así, las autoridades políticas y militares tendrían que reaccionar coherentemente, para fortalecer la confianza hacia los cuarteles y poner orden en sus filas quitando ?el gusano introducido en la fruta??. Los aspectos ligados a la confianza hacia los cuarteles tienen que analizarse en profundidad para que se produzca una reacción adecuada.
ENFOQUES DE LA REESTRUCTURACI?N
Es un hecho que la cuestión de confianza hacia los cuarteles es de importancia capital en el proceso de reestructuración del Ejército. Por ello, es esencial disponer de un mismo enfoque para que el impulso de reestructuración del Ejército se confronte con ciertas contradicciones que podrían perjudicar el proceso.
La ambición de las autoridades es la de disponer de un Ejército disuasivo y profesional. Ese es también el deseo de la gente, que insiste en la cohesión dentro del Ejército regular, para que en él no haya la más mínima disensión. Ahora bien, los enfoques adoptados hasta ahora han provocado disensiones. Integración y mezcla suscitan actualmente perturbaciones que torpedean los esfuerzos de reestructuración del Ejército, hasta tal punto que parece que se trata de un juego de palabras: integración, mezcla??, pero, en la realidad, los resultados no son halagüeños. No se percibe una voluntad real de disponer de un Ejército que sea, efectivamente, nacional y republicano. Los exbeligerantes ya se han pronunciado por su falta de implicación efectiva en el proceso de reestructuración, enviando morralla a la integración. Ellos tendrán una parte de responsabilidad, si en el futuro, otros agresores invadieran el territorio congoleño para sembrar una vez más muerte y desolación.
Es bueno preocuparse de controlar los efectivos del Ejército y de valorar las oportunidades de firmar acuerdos con los socios exteriores para una mejor gestión de esta reestructuración del Ejército, para que esté en disposición de cumplir su misión con eficacia, pero esa reestructuración no tiene que ser fuente de enriquecimiento ilícito para ciertas personalidades propensas a obtener intereses inmediatos y personales. Pues, una vez más, tres años después del inicio del proceso de reestructuración, subsisten preocupaciones y dudas entremezcladas, respecto a la capacidad del Ejército de enfrentarse a cualquier violencia, venga de donde venga.
Por ello, en el marco de los conciertos bilaterales, el Gobierno congoleño tendría que presentar un programa coherente de defensa para que pueda apreciarse el respaldo de la ayuda internacional y se utilice juiciosamente. En términos sencillos, identificar los sectores de intervención de los socios: Europa (Francia, Bélgica??); América (Estados Unidos); Asia (China); África (África del Sur, Angola)?? Esos países, que disponen de un peritaje militar probado, deberían trabajar en perfecta armonía bajo la dirección de la RDC para, una vez más, fortalecer la capacidad de las FARDC, poner orden en sus filas y consolidar la confianza hacia los cuarteles. En este punto, desde ahora habría que tomar lecciones del Ejército de Mobutu que fue vencido cuando su poder dejó de considerarse sagrado. Ahora bien, la visión común debe ser la de hacer de las FARDC un Ejército realmente nacional, pedestal de las instituciones republicanas.
Puesto que, actualmente, las amenazas de desestabilización de las instituciones nacionales son cada vez más perceptibles, no se puede dilatar la firma, lo más pronto posible, de acuerdos de defensa bilaterales para desanimar a los señores de la guerra y detener cualquier impulso de poder de dominación. La integridad territorial, la soberanía nacional, la seguridad del pueblo congoleño y de sus bienes no tienen precio.
Fuente:Le Potentiel