Las mujeres que han sufrido mutilación genital tienen más complicaciones en el parto y más posibilidades de que sus hijos mueran durante el nacimiento, señaló un estudio divulgado hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS), basado en estudios en Burkina Faso, Ghana, Kenia, Nigeria, Senegal y Sudán.
Ante la evidencia aportada por la investigación, la OMS reiteró la urgencia de abolir una práctica que afecta actualmente a unos 120 millones de mujeres y niñas en el mundo, principalmente en África.
Según los autores del informe, entre los riesgos que conlleva la mutilación destacan la necesidad de cesáreas y hospitalizaciones prolongadas, las hemorragias tras el alumbramiento y otras complicaciones que varían de acuerdo con el grado de ablación y que, en casos extremos, cuestan la vida de madres e hijos.
Así, la tasa de mortalidad de los recién nacidos es hasta 55% más alta cuando la madre ha sido mutilada. El estudio aclaró que los datos podrían quedarse cortos debido a que sólo incluyen los casos tratados en los hospitales en sociedades en las que es común el parto en las casas.
Joy Phumaphi, directora general adjunta para Salud Familiar y Comunitaria de la OMS, explicó que si bien la mutilación genital femenina es una práctica tradicional de ciertas culturas, debe prohibirse en todos los casos, incluyendo cuando es un médico quien la hace.
El estudio reportó que el número de mujeres que sufren hemorragias postparto es 70% más alto cuando existe una mutilación severa. Asimismo, estima que de diez a veinte bebés de cada mil mueren como consecuencia de la mutilación femenina.
La investigación se realizó con la información de 28.393 mujeres en 28 centros de obstetricia de seis países donde la mutilación es una práctica común: Burkina Faso, Ghana, Kenia, Nigeria, Senegal y Sudán.