Textos y Celebración de Mns. Proaño en sus ?50 años de su Pascua. CEB de Ecuador. Monseñor Leónidas Proaño, obispo de los indios y profeta de la Iglesia de los pobres

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

A LOS 25 A?OS DE SU PASCUA : VIVO ENTRE EL PUEBLO DE LOS POBRES
CEBs de Guayaquil, agosto 31 de 2013.
?Taita Proaño dialoga la Palabra de Dios como un patriarca quichua,
Deshaciendo senderos maltratados durante 5 siglos y
Abriendo un camino que camina??

Monseñor Pedro Casaldáliga, Brasil.
Aportes: Padre Pedro Pierre. CEBs, Guayaquil, 2013.

PRESENTACI?N
Las Comunidades Eclesiales de Base de Guayaquil conmemoraremos a Monseñor Proaño el próximo 1° de septiembre de 2013.
Queremos recordar el papel, por cierto extraordinario, que él jugó en la historia de los Pueblos Indios y de la Iglesia del Ecuador.
Sobre todo queremos valorar y fortalecer su presencia viva y vivificante en el presente de nuestra Iglesia, con el testimonio novedoso y esperanzador de nuestro papa Francisco.
Con ellos nos comprometemos, como Iglesia de los pobres, a construir el Reino inaugurado por Jesús en nuestro querido Ecuador.

Nota: En los temas de este folletos, los datos de la vida de Monseñor Proaño son sacados de su libro ?Creo en el hombre y en la comunidad? Corporación Editora Nacional, Quito, 1989.

ÍNDICE

Introducción: Datos de la vida de monseñor Leonidas Proaño.
Un campesino pobre y sencillo. Familia, niñez y juventud de Monseñor Proaño.
El sacerdote amigo de los jóvenes. La Juventud Católica Obrera (JOC).
El ?tejedor de cabezas?. Como obispo, buscó tejer conciencia y hacer despertar.
Un hombre de su tiempo. Su fe dentro de la realidad socioeconómica y política.
Un pastor valiente. Sus numerosos conflictos por defender la verdad y a los pobres.
El obispo de los Indios. Su opción fue el mundo indígena.
El maestro de la Inculturación. Promoviendo la Iglesia India.
El apóstol de la solidaridad. Para la solidaridad de los pobres sin frontera.
El profeta de la Iglesia de los Pobres. Artesano de la renovación eclesial.
Anexos: 1. La personalidad de monseñor Leonidas Proaño. 2. Comentarios (por este servidor).

DATOS DE LA VIDA DE MONSE?OR LEONIDAS EDUARDO PROA?O VILLALBA

Nace en San Antonio de Ibarra, provincia de Imbabura
1936 Es ordenado sacerdote
1954 Es consagrado obispo de Riobamba
1960 Inicia en Riobamba un Pastoral de conjunto con la participación de Seglares, Sacerdotes y Religiosas
Crea la emisora ?Escuela Radiofónicas Populares?
1962 Participa en el Concilio Vaticano 2º en Roma
1963 Constituye el CEAS (Centro de Educación y Acción Social)
1968 Inaugura la casa de Convivencia ?Hogar de Santa Cruz?
1969 Es nombrado por el CELAM (Consejo Episcopal Latino Americano) presidente del IPLA (Instituto de Pastoral Latino Americana), con sede en Quito
1973 Recibe de Roma una Visitador Apostólico para evaluar el trabajo de la diócesis de Riobamba
1976 Es apresado por la dictadura militar junto con 17 obispos latinoamericanos reunidos en Riobamba

1985 Es aceptada su renuncia como obispo de Riobamba por tener 75 años y es nombrado presidente de la Pastoral Indígena de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana
1986 Es nominado para Premio Nobel de la Paz
1988 Año de su Pascua:
En unión con la CONAIE (Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador), promueve la Campaña ?500 años de Resistencia Indígena, Negra y Popular?
Recibe el Doctorado ?Honoris Causa? de la Escuela Politécnica Nacional y un Premio en Viena, Austria

Constituye la ?Fundación Pueblo Indio del Ecuador? con sede en Quito, y el Centro de Formación de Misioneras Indígena en San Antonio de Ibarra
Agosto 31: Fallece en Quito después de una dolorosa enfermedad sin que pueda disfrutar la apertura de un seminario indígena conforme.

1 : UN CAMPESINO POBRE Y SENCILLO.

Su origen y niñez campesinas

?Yo, Leonidas Eduardo Proaño Villalba, antiguo Obispo de Riobamba, ecuatoriano, nacido en San Antonio de Ibarra, cantón Ibarra, provincia de Imbabura, el 29 de enero de 1910; hijo de Agustín Proaño y Zoila Villalba?? Nací pobre, sin amargura, saboreé el sufrimiento y las incertidumbres de la pobreza. He amado a los pobres, de una manera muy particular a los Indígenas?? Durante toda mi vida he luchado por la Verdad, por la Vida, por la Libertad, por la Justicia, valores del Reino de Dios. Esta lucha ha sido muchas veces ardorosa.? (Testamento, Pág. 251-252).

?Soy hijo de familia pobre. La casa en donde nací tenía 3 piezas: un cuarto grande que servía de dormitorio, de sala de visitas y de taller de trabajo; una cocina, y un corredor que era utilizado para refectorio… Detrás de la casa teníamos un pequeño terreno – un cuarto de hectárea – sembrado de maíz cada año?? Supe, como todos los pobres hombres, lo que es padecer de necesidad y de hambre. Pero también aprendí a soportar privaciones sin quejas ni envidias. Aprendí lo que es la sencilla fraternidad entre pobres: poner en práctica una generosa y delicada ayuda mutua entre vecinos: ?Mi mamá me envía a darles estos poroticos, para que se sirvan??? Teníamos que trabajar, por lo mismo que éramos pobres.

Como en Nazaret, nuestra familia estaba compuesta solo de 3 miembros. Tres hermanos nacidos antes que yo murieron tempranamente. Como en Nazaret, los 3 nos entregábamos al trabajo en la medida de nuestras fuerzas. Tanto mi padre como mi madre dedicaban largas horas del día a tejer sombreros de paja. Desde temprana edad, en las vacaciones de verano, aprendí también a tejer sombreros. Malo al principio. Pero el estímulo de mis padres hizo que fuera perfeccionando mi arte de tejer parejo y fino. El trabajo era penoso?? Recuerdo que llegué a cumplir esta tarea satisfactoriamente y que me sentía orgulloso de ver mis manos ampolladas, sangrantes y luego encallecidas?? La dureza o la monotonía del trabajo eran suavizadas por la conversación y por el canto??

Cada sábado, nuestra casa era visitada por personas menesterosas, mendicantes. Por disposición expresa de mis padres, era yo el encargado de atenderlas?? Recuerdo que mis padres dieron hospedaje en nuestra casa a un mendigo extranjero. Permaneció con nosotros largas semanas. Llegó vestido de harapos. Despedía de sí un olor repugnante. Sin embargo, le acogieron con todo cariño. Durante todas esas semanas, era como un miembro más de la familia?? Ese amor y respeto a los pobres, particularmente a los indígenas, llegó a formar parte de mi propia existencia.

?De lo ajeno, ni una aguja?. Esta es una frase que se repetía mucho en el seno de nuestra pequeña familia y que tenía que ver, particularmente, en nuestras relaciones con los demás pobres. De igual manera, no debía decir mentira por nada de este mundo, aunque por decir la verdad pudieran sobrevenir dificultades y castigos, especialmente en la escuela. La honradez, en relación con la verdad, sembraron en mi ánimo una especie de culto a la verdad??

Lo que más agradezco a mis padres es su permanente educación en la libertad y para la libertad. Todos sabemos que el culto a la verdad engendra la libertad, a lo menos en teoría. Cuando se actúa con honradez, con verdad, se experimenta la libertad interior que nada ni nadie pueden arrebatarnos?? Se nos comunica una seguridad, una fuerza, una capacidad de aceptación de desafíos y riesgos que jamás puede proporcionar el miedo??

Mis padres no fueron precisamente ?piadosos?. Fueron cristianos normales y corrientes, en el sentido de que no eran amigos de lo que el pueblo llama ?beaterías?. Sin embargo, Dios estaba muy presente en nuestra vida.? (Pág. 17-33).

2 : UN SACERDOTE AMIGO DE LOS J?VENES.

Su vocación sacerdotal y su trabajo con los jóvenes

?El misionero que nos preparó me dijo, después de la misa de primera comunión: ?Cuando seas más grande, te esperamos en el seminario??? Estaba a punto de terminar la primaria. Una tarde llegó hasta nuestra casa el párroco. Después de conversar sobre temas indiferentes, el párroco preguntó: ?¿Qué piensan ustedes hacer con su hijo el próximo año?? Mi sueño era ser pintor. Así se lo expliqué al párroco. Mis padres ya lo sabían. El párroco, entonces, tomó un aire de severidad y dijo directamente a mi padre: ?Tienes que ponerlo en el seminario??? Mis padres quedaron preocupados. Me consultaron. Y acabaron por resolver que me enviarían al colegio-seminario ?San Diego? de Ibarra. Me matriculé como externo??

A los pocos días de mi ingreso al Seminario Mayor, descubrí al Señor de una manera clara, interior, experimental, particularmente en la lectura de la Biblia y en el Sagrario. Junto con esta gran luz que me inundó de gozo, se hizo también luz acerca de mi camino en la vida. Vi que debía ser sacerdote. Se me hizo una convicción profunda. Desde entonces, jamás he dudado. Me aguardaban épocas muy duras de incomprensión, de lucha, de soledad??

Cuando fui ordenado sacerdote, en 1936, mi padre había muerto hacía algo más de un año. Ya sacerdote se me destinó a Ibarra?? Buscábamos a jóvenes oficiales de talleres tales como sastrería, carpintería, mecánica?? Encontramos también jóvenes trabajadores en los talleres del ferrocarril. Nos quedábamos hablando con ellos largamente. Después les invitábamos a reuniones. Así prendió el movimiento de la JOC (Juventud Obrera Católica)??

El movimiento jocista fue para mi otra valiosa experiencia de grupo. Allí aprendí a respetar el pensamiento ajeno. Aprendí, sobre todo, el proceso de su método: Ver, Juzgar, Actuar. Este método se hizo carne en mí. Ver la realidad, verla en profundidad, averiguar sus causas. Luego juzgarla, es decir establecer una comparación entre lo que es y lo que debe ser, entre esa realidad y el plan de Dios. Por último, actuar, esto es, tomar resoluciones para cambiar esa realidad de acuerdo a los planes divinos??

Juntos, en nuestras frecuentas reuniones, empezamos a soñar en un periódico que fuera instrumento de esa gran ambición de apoderarnos de la ciudad para Cristo?? Le pusimos el nombre de ?La verdad??? ?Pilato no tuvo paciencia para esperar la respuesta?? Nosotros no queremos esclavizarnos al griterío de las muchedumbres, ni a las amenazas de los Cesares. Nosotros no queremos morir por falta de deseos, de esperanzas, de inquietudes. Nosotros no queremos conformarnos con nuestra propia indigencia. Partimos de ella, eso sí, para ser verdaderos desde el principio. Pero partimos llevados de un gran anhelo de tener paciencia para escuchar la respuesta; con la esperanza firme de que podremos escucharla: con el deseo ardiente de comunicar a los demás cuanto nos diga en el silencio aquel que es ?el Camino, la Verdad y la Vida???? (Pág. 35-65).

3 : EL ?TEJEDOR DE CABEZAS?.

Las Asambleas Cristianas

?Con la colaboración entusiasta de sacerdotes, religiosos y seculares de la ciudad, de las religiosas y de las novicias y de seglares competentes, organizamos las Asambleas Cristianas como un modo de evangelización a domicilio. Hicimos una preparación de quienes se constituirían en presidentes de las Asambleas Cristianas. Con ellos mismos se buscó los lugares de funcionamiento: casas de familias en las cuales se reunirían los vecinos. Era necesario que en esta casa tuvieran un radio receptor o que algún vecino se ofreciera a prestarlo.

Llegada la época del año prevista, tiempo de Cuaresma y tiempo de Adviento, desde la emisora de Escuelas Radiofónicas Populares, hacía yo la lectura y un breve comentario de un texto del Evangelio. Terminaba proponiendo algunas preguntas. Las personas congregadas en la casa reflexionaban alrededor de las preguntas y asimilaban así el Mensaje del Evangelio. El presidente o la presidente coordinaba y moderaba las intervenciones. Un secretario o secretaria tomaba nota de las diversas intervenciones y de las conclusiones a las que llegaban. La persona encargada debía enviármelas el día siguiente.

La Asambleas Cristianas funcionaron una vez por semana?? Llegaron así a reunirse alrededor de 250 grupos. El pueblo demostró tener hambre del Evangelio?? Como demostración de su entusiasmo, pidió insistentemente la continuidad durante todo el año.
Uno de los resultados de las Asambleas Cristianas fue, como lo comentaba la misma gente, el conocimiento y el aprecio mutuo entre vecinos. ?Antes, aunque vecinos, no nos conocíamos, apenas nos saludábamos. Ahora nos conocemos mejor, somos amigos y estamos dispuestos a ayudarnos unos a otros?. Efectivamente, se dieron casos de ayuda a los más necesitados??? (?Creo en el hombre???, Pág. 79-80).

?Estoy abriendo los ojos a quienes estaban viviendo en las tinieblas, estoy realizando una obra de concientización, una obra de educación de los hombres, una obra de educación liberadora; no tengo vergüenza de decirlo sino más bien orgulloso?? Liberación de los hombres por todo el sistema de concientización, de personalización: los hombres aplastados empiecen a pensar por sí mismos, los hombres que no tenían palabra empiezan a recuperarla y a hablar, los hombres que no sentían necesidades empiecen a sentirlas, y no solamente sus necesidades, sino también a ser conscientes de sus derechos y a reclamarlos delante de quien quiera.? (?El profeta del Pueblo?, Pág. 364).

4 : UN HOMBRE DE SU TIEMPO.

Su método para conocer la realidad

?Cada año hemos hecho evaluación de nuestro trabajo pastoral. Ninguno de nosotros ha sido un técnico en evaluaciones: las hemos hecho a nuestro modo de ver y entender, extrayendo criterios de nuestra misma práctica?? Una consecuencia ha sido una mayor claridad en lo referente a las relaciones Iglesia-Sociedad, Fe-Política, Compromiso Eclesial y Compromiso Político??
Para la realización del trabajo pastoral, en la Diócesis de Riobamba, partimos del conocimiento de la realidad. El conocimiento de la realidad es el punto de partida para la planificación y, por consiguiente, para el trabajo mismo?? Partir de la realidad significa dar los 6 pasos siguientes, sin olvidar ninguno. Para conocer la realidad del pueblo:

Hay que ir al pueblo mismo, en un proceso de acercamiento;
Hay que ir a ver la realidad, en lo posible, con los ojos del pueblo, en un clima de confianza y diálogo;
Hay que acostumbrarnos, por lo mismo, a escuchar en una actitud de aprendizaje;
Hay que aspirar a sentirla, en carne propia, mediante un esfuerzo de encarnación que conviene, o sea graduada, de acuerdo a nuestras condiciones físicas y psicológicas;
Hay que reflexionar con el pueblo para una profundización del conocimiento, haciéndonos preguntas sobre las causas, las circunstancias y las posibles consecuencias;

Hay que ampliar y globalizar, con el pueblo, el conocimiento que se va adquiriendo, por medio de reuniones de intercambio y por medio de estudio de libros y de publicaciones??
La planificación pastoral y el consiguiente trabajo pastoral deben tener una finalidad última. Debemos saber a dónde vamos, cuál es nuestro punto de llegada?? Como cristianos, la Fe nos enseña que nuestra finalidad es EL REINO DE DIOS. Nos encaminamos hacia el Reino de Dios. Y, ¿qué es el Reino de Dios? Es Dios mismo que se nos da, que se nos entrega, en su Hijo Jesucristo, gratuitamente, por amor.

El Reino de Dios es Reino de Gracia, porque Dios nos ama, sin merecerlo nosotros??
El Reino de Dios es Reino de Vida, porque Dios es la Vida, y nos envía a su Hijo Jesucristo, para que tengamos Vida y la tengamos en abundancia.
El Reino de Dios es Reino de Verdad, porque Dios es la Verdad, y nos envía a su Hijo Jesucristo, para que caminemos en la luz y no en las tinieblas.
El Reino de Dios es Reino de Amor, porque Dios es Amor, y nos envía a su Hijo Jesucristo para que aprendamos a amarnos los unos a los otros, como él nos ha amado hasta dar la vida por sus amigos.

El Reino de Dios es Reino de Justicia,?? de Paz,?? de Libertad,?? de Gozo??
Por lo dicho, aparece claramente que el Reino de Dios es enteramente lo contrario del reino de este mundo, pues el conocimiento de la realidad nos muestra que el reino de este mundo está hecho de egoísmo, de muerte, de mentira, de odio, de injusticia, de guerra, de dominación, de tristeza y angustia. (?Creo en el hombre???, Pág. 192-198).

5 : UN PASTOR VALIENTE.

Enfrentando conflictos

?De descubrimiento en descubrimiento, el Señor me ha llevado, a través de sueños, de logros y fracasos, a comprender vivencialmente cuáles son sus planes; esta vocación comunitaria a la que llama a todos los hombres; la destrucción del plan de Dios realizada por el pecado, el egoísmo, las rivalidades, la injusticia, la mentira, el engaño, la calumnia,??; la misión de Cristo fundamentalmente orientada a la restauración del plan de Dios: el Reino de Dios como vivencia comunitaria aquí mismo en la tierra para conseguir su cabal cumplimiento en el cielo; la misión de la Iglesia llamada a ser, como continuadora de la misión de Cristo, signo y testimonio de vivencia comunitaria en medio de este mundo dividido.

A lo largo de este proceso, he encontrado muchas y graves dificultades. Dificultades que han provenido de mí mismo?? Dificultades que han provenido de los demás: incomprensiones, burlas, intrigas, maledicencias?? Dificultades que han provenido de los objetivos mismos que nos hemos propuesto alcanzar??

Las dificultades me han ofrecido la oportunidad de templar mi carácter, de purificarme de mis defectos, de compenetrarme más íntimamente con Nuestro Señor Jesucristo. ?l me ha comunicado su fuerza?? De mi propia formación desde joven, me quedó para siempre el principio y la actitud de realizar lo que había ideado. De la época de mi fervor jocista, me ayudaron en la memoria como estimulantes esos pensamientos de José Cardjin: ?Joven es aquel que tiene una cabeza que calcula y un corazón que no calcula?. Es necesario mantener los ojos en el cielo, pero también firmes los pies en la tierra. Siempre he tratado de ser consecuente con lo que pienso, con lo que digo, aunque tenga que vencer graves dificultades.

En el propósito de transformar la estructura de la Iglesia de Riobamba en vivencia comunitaria,?? fui encontrando dificultades de toda clase, grandes y pequeñas, externas e internas?? Es un desafío más a la inercia de los ?instalados? en la tranquilidad de un ?Iglesia establecida?, y por eso mismo, es un acto de fe integral en el Señor Resucitado que nunca deja de suscitar los carismas necesarios para proseguir?? Con toda sinceridad, puedo decir que nosotros resolvimos correr la aventura, conscientes de las dificultades, de la oscuridad, de la complejidad de los riesgos??

He escogido 3 acontecimientos conflictivos: La visita apostólica (1973), los hechos de la comunidad de Totezinín (1974), y la detención de 55 personas ordenada por el ministro de gobierno (1976).

La Santa Sede tiene derecho a nombrar un visitador Apostólico para conocer la realidad objetiva de cualquier diócesis?? El Visitador Apostólico había llegado a la diócesis en la tarde del 3 de abril, acompañado por agentes de seguridad política, sorpresivamente y encontrándome yo ausente de la diócesis?? El Visitador apostólico, después de haber realizado algunos contactos y de haber escuchado a mis acusadores, me presentó un cuestionario de 21 preguntas. A través de este cuestionario, pude ver con claridad cuáles eran las acusaciones y de dónde provenían, como aquellas de que tenía contacto con los comunistas, de que nuestra catequesis es comunista?? Las comunidades, los campesinos, los amigos de dentro y de fuera de la diócesis y del país me expresaron, y de manera sencilla, sus sentimientos?? En este sentido, el pueblo dictó su veredicto. Pero Roma no llegó a darlo, por razones que no ha querido explicitar.

Toctezinín. Este es el nombre de una comunidad indígena. 85 familias. Cerca de 4000 metros de altitud. Sus padres y abuelos habían trabajado dentro de una inmensa hacienda en las peores condiciones de opresión y de injusticias. El Cabildo indicó el trámite establecido por la ley para la adquisición de las tierras por parte de los campesinos que las venían trabajando. Pasando por encima de la ley, el propietario intentó vender las tierras?? Entonces comenzaron los hostigamientos y las amenazas de acuerdo con el Jefe Civil y Militar de la Provincia y con otras autoridades subalternas?? Bárbaramente, asesinaron a un líder campesino de otra comunidad: Lázaro Condo?? Apresaron a 30 campesinos. El Vicario general, miembros de los equipos pastorales y campesinos fueron conducidos hasta la cárcel de Riobamba. Se les tuvo incomunicados?? Pronto el Gobierno designó una comisión que emitió un dictamen justo y favorable a los campesinos. Llegaron así a brillar la verdad y la justicia, a pesar de que una gran tormenta se levantó amenazante contra la diócesis de Riobamba y su Obispo.

Detención de 55 personas. Nos encontrábamos reunidos, en la casa de Santa Cruz, 17 obispos de diversos países latinoamericanos, algunos sacerdotes, unas pocas religiosas y unos tantos seglares. Con propósitos claros y definidos: intercambio de experiencias pastorales, ensayo de diagnóstico de la actual situación de América Latina, proyecciones pastorales?? Alrededor de 40 policías, vestidos de civil, armados de metralletas, fusiles, cortos, bombas de gas a la mano. Un verdadero asalto. Ninguna explicación. Violencia y rapidez del apresamiento. Así fuimos conducidos, hacinados en un bus de la policía, hasta la ciudad de Quito. Acusaciones falsas y calumniosas??? (El apresamiento duró 28 horas). (?Creo en el hombre???, Pág. 91, 119, 124, 126, 224-236).

6 : EL OBISPO DE LOS INDIOS.

Artesano de la autodignificación de los Indios

?Un día del año 1982, recibí la visita de un pequeño número de Indígenas. Venían a comunicarme su inquietud en el sentido de que encontraban mucho divisionismo en las comunidades y, por consiguiente, veían la necesidad de promover un movimiento unificador de las comunidades indígenas?? Con ellos y algunos Indígenas más, nos pusimos al trabajo de organización de un encuentro provincial de dirigentes indígenas??

En sus reflexiones analíticas, los dirigentes indígenas pasaron de lo económico a lo cultural y dijeron que no solamente se les estaba robando el trabajo, que no solamente se robaban las riquezas del país, sino también las costumbres. Roban nuestro pensamiento. Roban nuestra cultura. Roban nuestras costumbres. Y quieren meter adentro de nosotros otras costumbres, otros pensamientos, la cultura de ellos. Quitando nuestro pensamiento y nuestras costumbres y poniendo otros pensamientos y otras costumbres, el dinero que nos regalan regresa a ellos mismos y se llevan más todavía, porque les compramos lo que ellos fabrican a precios muy altos. Ellos salen ganando.

La Iglesia de Riobamba está trabajando para hacer un camino. ¿De dónde a dónde está haciendo camino la Iglesia de Riobamba? Está empezando a hacer un camino desde la gente pobre. Los campesinos somos pobres y somos harta gente?? La Iglesia de Riobamba ha empezado desde aquí a abrir un camino. ¿Para dónde está abriendo camino desde nosotros los pobres? Está yendo para la liberación, para que haya justicia, para que haya unión, para que haya amor, para que haya respeto?? La Palabra de Dios nos está iluminando, nos está despertando a los pobres, está abriendo los ojos, está haciendo soltar la lengua, está haciendo caminar. ?ramos como tullidos??

Nosotros mismos somos la Iglesia. Tenemos que mostrar el Reino de Dios dentro de nosotros mismos?? Tenemos que trabajar para que los cabildos, las asociaciones, las cooperativas, todas las organizaciones indígenas muestren también el Reino de Dios. Trabajamos con las dos manos para hacer la misma cosa. La comunidad cristiana es una mano. La organización campesina es otra mano. Ambas manos son necesarias. No se puede trabajar con ?chulla? (una sola) mano??

Así tenemos que caminar para la liberación de la pobreza. Pero también tenemos que pensar nosotros mismos cómo vamos a hacer para defender nuestras propias costumbres, nuestro propio pensamiento, nuestra propia organización, nuestra propia cultura. Así mismo tenemos que pensar nosotros mismos cómo vamos a hacer nuestra política propia??

Personalmente me he puesto a soñar como en mis años juveniles. De lo dicho por los campesinos se puede partir hacia una sociedad nueva, o, como ellos dijeron, hacia ?una nación nueva?; pero siempre bajo la inspiración de la Palabra de Dios y con la fuerza de una fe comprometida. Aunque ellos no lo expresaron, nosotros podemos decir en nuestro lenguaje que, en ese Encuentro, determinaron con claridad la finalidad que es el Reino de Dios y tres objetivos generales que son: la liberación económica, el rescate de la cultura indígena y la búsqueda de una política propia??

Desde algunos sectores, ha surgido el temor de que este movimiento indígena se reduzca a un movimiento puramente racista. Antes aún de que surjan estas observaciones, los indígenas dirigentes manifestaron que no querían caminar solos. Afirmaron, eso sí, que querían ser ellos mismos, ante todo, para luego poder hablar con otras organizaciones populares de igual a igual. Estoy convencido de que los Indígenas conservan valores extraordinarios. Si se logra tomar conciencia de ellos, expresarlos en la vida práctica y organizativa, esos valores están llamados a redimir una sociedad que se vuelve cada día más individualista y conflictiva. Pienso que, inclusive, un esfuerzo de este tipo puede contribuir a la redención del mundo occidental y capitalista.

Por esto, sueño en la posibilidad de una sociedad nueva. Por esto veo la necesidad de crear conciencia también en las organizaciones populares urbanas, de la necesidad de una práctica económica, educativa y política que sea convergente con el caminar del movimiento indígena, de modo que no se produzcan competencias y conflictos, sino más bien colaboraciones complementarias.

Todo el pueblo pobre que vive en las ciudades, como los campesinos, son cristianos. La vivencia de la fe lleva consigo una luz y una fuerza capaces de aglutinar a los hombres y de transformarlos en constructores de una sociedad nueva que plasme en la realidad los grandes valores del Reino.? (?Creo en el hombre??? Pág. 215-224).

7 : EL MAESTRO DE LA INCULTURACI?N.

Transformándolo todo desde la cultura indígena

?La Palabra de Dios y la vida misma nos van indicando cuales deben ser hoy los objetivos específicos por los que tenemos que trabajar activamente. Bajo el título de ?ministerios?, voy a ocuparme brevemente de realidades esperanzadoras que estamos alcanzando y que constituyen esos objetivos específicos a que hice referencia.

– Misioneros campesinos?? Una vez que los campesinos descubrieron a Cristo en la lectura y reflexión de la Palabra de Dios, una vez que descubrieron la Buena Noticia para los pobres, experimentaron esa alegría comunicativa de los primeros discípulos de Cristo, ?? también ellos se han sentido impelidos a llevar la Buena Nueva a otros hermanos y amigos suyos. Los misioneros campesinos han organizado ya numerosos cursos de preparación??

– Animadores de Comunidades. En la medida que se van multiplicando las Comunidades Eclesiales de Base, se van también multiplicando los animadores. En muchos casos, las comunidades eligen dos o tres, o más animadores, hombres y mujeres, con el objeto de que, ausentándose alguno por cualquier motivo, la comunidad no quede desamparada. El papel del animador ha venido a ser, en pequeño, el mismo del pastor, a imagen del obispo en su diócesis y del cura en su parroquia, con las debidas limitaciones?? Gracias a este ministerio no consagrado, la vida cristiana florece y se vigoriza aún en lugares apartados y de difícil acceso.

– Catequistas o educadores de la fe?? Lo nuevo de los catequistas que han nacido de las Comunidades Eclesiales de base consiste en que se van convirtiendo en verdaderos maestros o educadores de la fe de niños y adultos?? Los preparan a los distintos sacramentos de penitencia, primera comunión, confirmación, bautismo, matrimonio,?? no solo con la palabra sino principalmente con el ejemplo.

– Muchachas misioneras indígenas?? Desean entregar su vida a una labor misionera al servicio de sus propias comunidades indígenas. Desean vivir juntas para formarse y apoyarse en un nuevo estilo de vida. Están dispuestas a renunciar al matrimonio para poder entregarse de lleno al trabajo misionero en medio de sus comunidades?? Esas muchachas desean llevar un estilo de vida independiente de las Congregaciones religiosas y más de acuerdo con su propia cultura??

– Sacerdotes indígenas. En el seno de algunas comunidades, está naciendo también otro anhelo: contar con sacerdotes indígenas?? Con el sentido práctico que les caracteriza, los Indígenas manifestaron que un centro de formación de indígenas aspirantes al sacerdocio debía estar situado en el campo, en medio de comunidades más o menos cercanas, que los jóvenes aspirantes debían dedicar al estudio las horas de la mañana y al trabajo las horas de la tarde?? En cuanto al celibato, se expresaron textualmente con estas palabras: ?Nosotros, los campesinos indígenas, todos somos casados??? Un equipo reducido de miembros del Equipo Misionero Indígena se mostraron de acuerdo con la mayoría de los puntos antes expuestos: iniciar una experiencia de seminario indígena en Santa Cruz, dedicar todas las horas de la mañana a la oración y al estudio, y todas las horas de la tarde al trabajo agrícola, y, para comenzar, al trabajo en talleres de carpintería y de tejidos?? En cuanto a la guarda del celibato, me he dado cuenta de que estarían dispuestos a permanecer sin compromiso matrimonial durante toda su vida?? (?Creo en el hombre???, Pág. 201-.208).

8 : EL AP?STOL DE LA SOLIDARIDAD.

?La solidaridad es la ternura de los Pueblos?

?Fue un viernes de octubre del año 1978. En esa época mantenía un programa radial semanal?? Hubo uno referente a la lucha emprendida por el pueblo de Nicaragua para liberarse de la tiranía de Somoza. Cuando recibí las respuestas de los grupos a mis preguntas, al pie de una hoja encontré esta nota: ?Le pedimos que convoque, de urgencia, a las comunidades de la ciudad y de los lugares vecinos para conocer más ampliamente lo que está sucediendo en Nicaragua y para dialogar sobre lo que debemos hacer en favor de nuestros hermanos??? Convoqué a la reunión?? La sugerencia que tuvo el consenso de todos, fue la constitución inmediata de un comité provisional de solidaridad con Nicaragua?? Me nombraron presidente y me confiaron la misión de convocar a una asamblea más amplia de organizaciones populares?? El resultado fue el nacimiento del Frente de Solidaridad del Chimborazo??

Objetivos: Defender los derechos de los pueblos; luchar por la vigencia de los derechos humanos; solidarizarse con las organizaciones populares del país y con los pueblos hermanos que luchan por su liberación; impulsar y fortalecer la unidad del Pueblo?? Si, por ejemplo, el Frente ha organizado jornadas de oración y ayuno, ha sido porque ha tenido presentes las palabras de Cristo: ?No se puede arrojar esta clase de demonio sino con la oración y el ayuno? (Mateo 17,21).

Teología de la solidaridad?? La fe cristiana nos descubre a un Dios solidario con los pobres, con los oprimidos?? ?He visto la humillación de mi pueblo?? He bajado para liberar a mi pueblo de la opresión de los egipcios??? (?xodo 3,7-8). ?Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y con sus decretos organizan la opresión??? (Isaías 10,1). Para salvarnos el Hijo de Dios se hace pobre, se confunde con los pobres, escoge a los pobres para que sean sus amigos y colaboradores, y proclama la Buena Nueva de la salvación a los pobres y oprimidos?? Cada vez que una persona o una organización expresa su solidaridad con el pueblo de cualquier parte del mundo, esa persona o esa organización hacen presente a este Dios solidario con los oprimidos?? En una reunión internacional (Asís, Italia, 1983) que estudiaba el tema ?teología de la solidaridad?, compuse el siguiente poema: ?Solidaridad?.? (?Creo en el hombre???, Pág. 208-215. Ver ese poema en el canto final).

9 : EL PROFETA DE LA IGLESIA DE LOS POBRES.

?Tres imágenes de Iglesia?.

?En el seno de la Iglesia, hay muchísimos que de ella tienen la siguiente imagen: un edificio grandioso, hecho de piedra, destinado a desafiar los siglos y las tormentas?? Sería una imagen inmovilista. Se comprende que es un sentido pasivo de pertenencia a la Iglesia. Pretendemos conservar la fe??
Siguiendo con el recuerdo de la Basílica de San Pedro en Roma, y añadiendo las edificaciones del Vaticano, podemos encontrar la imagen de la Iglesia que se moderniza. Queremos responder a los problemas que viven los hombres de hoy?? Si hemos podido calificar la imagen anterior de la Iglesia de conservadora, ya hecha, inmovilista, instalada, a esta otra, podemos seguir calificándola de conservadora, ya hecha, inmovilista, instalada, pero tenemos que añadir los calificativos de modernizada, adecuada, a veces superficial, mundana??

El Concilio dedicó el capítulo 2 de la ?Lumen Gentium? para describir a la Iglesia como el nuevo Pueblo de Dios en marcha, peregrinante, abierto a la aventura y al riesgo,?? orgánicamente estructurado como comunidad alrededor de Cristo??Como no se cree ya hecha, desata permanentemente un gran dinamismo en su interior, está abierta a todos los cambios. Todos estos valores se originan directamente de Cristo y de la fe en ?l?? Lo fundamental en esta imagen de la Iglesia es la figura de Cristo. Alrededor de él, por la fe y el amor, se va construyendo la Iglesia. ?sta no está hecha, se está haciendo todos los días. Por lo mismo deja de lado todo triunfalismo; está consciente de su gran pobreza. Sabe que ha recibido la revelación de los secretos del Padre?? Como su fundador, ella tiene la misión de salvar al mundo.?
Los cristianos que han llegado a este gradobra de Dios, el significado de los sacramentos y de la vida litúrgica, el alcance comunitario de todas estas actividades??

Tenemos que aprender a interpretar ?los signos de los tiempos?, a mostrarnos abiertos a las realidades continuamente cambiantes y a inventar por medio de la reflexión caminos nuevos para una Iglesia siempre joven?? El sí que Dios pide, es el sí de su pueblo. Su compromiso es con su Pueblo, y de su pueblo pide su cumplimiento. El sí de las grandes reformas ha de ser dicho y realizado por la comunidad?? Hay que dejar lo que se palpa, cuando el Señor lo pide, e irnos a lo desconocido que ?l nos mostrará. Es siempre el riesgo de la fe, el riesgo de la esperanza, el riesgo del amor? (?El Profeta del Pueblo?, Pág. 181-191).

Nota: Recordemos aquí lo que escribió el Papa Juan Pablo II en su carta encíclica sobre ?El trabajo humano?: ?La Iglesia está vivamente comprometida con esta causa (de la solidaridad) porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente ´la Iglesia de los pobres´? (8).

A N E X O S.

Contenido
La personalidad de monseñor Leonidas Proaño
Comentarios relacionados con los 9 temas anteriores


Anexo 1 : LA PERSONALIDAD DE MONSE?OR LEONIDAS PROA?O
.

Contenido
La transformación del mundo indígena
La concientización liberadora
El apoyo de muchos agentes de pastoral
Los innumerables conflictos religiosos y civiles
El método de trabajo de monseñor Proaño
El promotor de la Nueva Evangelización y la inculturación

Los mayores logros del trabajo de Monseñor Proaño fueron, por una parte, el hecho de haber permitido a los Indígenas ponerse de pie y recuperar su voz y su dignidad, y, por otra, haber construido, en su diócesis, con ellos y desde ellos, una Iglesia viva, que fue un faro para todo el continente.

La transformación del mundo indígena
Cuando llegó Monseñor a Riobamba, en 1954, los Indígenas del Chimborazo representaban el 90% de la población de la provincia. Las tierras estaban en manos de los grandes hacendados que mantenían a los Indígenas en esclavitud: nada les pertenecía ya que vivían sobre las tierras del patrón. La Reforma Agraria fue, para Monseñor Proaño, la gran oportunidad para ayudar a los Indígenas a salir de la postración en la que eran mantenidos. A ellos, los primeros habitantes del continente, se les otorgaba un pedazo de tierra donde podrían vivir en libertad, después de 500 años de explotación y resistencia. Monseñor aprovechó del momento para repartir las propiedades de la diócesis a los Indígenas organizados en cooperativas.

Fue en ese tiempo que, al regresar de una visita a Comunidades indígenas, Monseñor se negó a participar de un banquete que le habían preparado los mismos hacendados explotadores de los Indígenas. Dijo que participaría cuando cese la discriminación con estos, inaugurando así su ausencia a lado de las autoridades provinciales, en todos los actos civiles, hasta su salida de la diócesis. Desde ahí los Indígenas empezaron a mirar a los ojos y a constituirse en Pueblo digno e Iglesia viva, como verdadero ?memorial del futuro?.

La concientización liberadora
A lo largo de sus 30 años de presencia en Riobamba, Monseñor Proaño ayudó a los Indígenas a formarse y crecer en dignidad, organización, fe y protagonismo. Para lograr esto, Monseñor creó una Radio diocesana y un centro de formación comunitaria. Luego, varias organizaciones cristianas y populares fueron naciendo, junto con numerosos cursos diocesanos, nacionales y latinoamericanos. Al nivel eclesial, empezaron a multiplicarse las Comunidades Cristianas Indígenas, sus coordinaciones locales y provinciales, y sus ministros propios. Comenzaba a ponerse las bases de una Iglesia indígena.

El apoyo de muchos Agentes de Pastoral
Todo este trabajo fue impulsado por Monseñor con la ayuda de muchos sacerdotes, religiosas y seglares de la diócesis. Supo organizar con ellos grupos de reflexión, planificación y oración, para llevar adelante todo un movimiento de Iglesia y transformación social. Esta realidad encontró la oposición feroz de los hacendados y de las autoridades locales, como también de la mayoría de los demás obispos ecuatorianos, particularmente de los de mayor rango jerárquico.

Los innumerables conflictos religiosos y civiles
Al nivel local, las tensiones internas provinieron mayoritariamente de las Congregaciones religiosas con el apoyo de las autoridades civiles y militares de la ciudad. Hubo encarcelamiento de sacerdotes y muertes de líderes indígenas. Monseñor nunca claudicó en su solidaridad con todos los atropellados por su defensa de los derechos humanos. Los entonces responsables de la Conferencia Episcopal pidieron al nuncio que el Vaticano enviara un visitador apostólico para evaluar y castigar el trabajo pastoral de monseñor. Este vino, en condiciones poco respetuosas, por el año 1973. Las conclusiones no fueron nunca hechas públicas hasta hoy. ?¿Cómo voy a castigar a un obispo tan cerca del Evangelio??, dijo el Papa Pablo VI. Estas mismas autoridades religiosas hicieron apresar, en el año 1976, por los militares al poder, unas 55 personas reunidas en Riobamba por un compartir de experiencias pastorales: entre ellos había 17 obispos latinoamericanos, otro tanto de sacerdotes y unos cuantos laicos y religiosas. Se quedaron unas 28 horas en una cárcel de Quito ?como huéspedes de honor del gobierno ecuatoriano?, según las mismas palabras del nuncio…

El método de trabajo de Monseñor Proaño
Para comprender mejor el método de trabajo de Proaño, es bueno recordar lo que aprendió en su familia, tal como lo cuenta en su libro autobiográfico ?Creo en el hombre y en la comunidad?. Ahí escribe que, entre otras cosas, aprendió de sus padres, por una parte, a decir siempre la verdad, ?aunque, por decir la verdad pudieran sobrevenir dificultades y castigos?, y, por otra, a tratar a los Indígenas con sumo respeto. Luego, durante sus 18 años de trabajo sacerdotal en su provincia natal de Imbabura, conoció y practicó el método de la JOC (Juventud Obrera Católica): mirar la realidad con sus causas, profundizar con la Palabra de Dios y actuar en consecuencias. En esa misma época, fundó un periódico que existe todavía, llamado ?La Verdad?, ?con el deseo ardiente de comunicar a los demás cuanto nos diga en el silencio aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida?. Fueron esos los grandes ejes que guiaron su trabajo de obispo:

Respeto absoluto a la verdad, cueste lo que cueste,
No tener miedo en los conflictos,
Partir siempre de la realidad, especialmente de la de los más pobres, e iluminarla con la Palabra de Dios, para luego tomar decisiones,
Ayudar a los Indígenas a ser un Pueblo digno.

Podríamos decir que estos elementos forman lo que se llama ?la opción por los pobres?, que ha sido después calificada de ?preferencial y evangélica? para suavizarla y quitarle pujanza. Monseñor Proaño es uno de los ?Padres de la Iglesia de América Latina?: su influencia se manifestó, sobre todo, en la 2ª y 3ª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, primero en Medellín (Colombia, 1968), y Puebla (México, 1979), donde se confirmó ?la opción por los pobres? esbozada en Medellín: ?aceptar y asumir la causa de los pobres como… su propia causa, la causa de Jesucristo? (Mensaje 3). La Iglesia de América Latina conserva la marque indeleble de ese gran Pastor, para siempre ?obispo de los Indios y de los pobres?.

El promotor de la Nueva Evangelización y de la Inculturación
Estas dos expresiones son recientes en el lenguaje de nuestra Iglesia católica. En América Latina, ya en 1968, en el Documento de Medellín, se habla que ?hay que ?re-evangelizar? y expresar incesantemente, de nuevas maneras, el Evangelio en relación con las formas de existencia del hombre? (Catequesis 8 y 15). En 1984, el Papa Juan Pablo II pedirá a la Iglesia de América Latina, en República Dominicana, de emprender una ?Nueva Evangelización: nueva en su ardor, su método y su expresión?. Por lo que es de la inculturación, la meta de Monseñor era constituir una Iglesia indígena con sus ministros, su liturgia y sacramentos, su organización y sus expresiones propias del Evangelio y de la fe, tal como lo sugiere el Documento de Sto. Domingo (1992). Monseñor Proaño comenzó a echar las bases de la una como de la otra.

En el camino hacia la nueva evangelización, su preocupación era, primero, dejar que los Indígenas se expresen y poder escucharlos, afín de conocer su realidad, sus pensamientos, sus valores, su sabiduría, sus culturas. Para él, la evangelización podía ser nueva solamente si partía de las culturas oprimidas, como su raíz indispensable. En cuento a la inculturación, buscaba cómo reexpresarlo todo a partir de las sabidurías indígenas, comenzando por el idioma, luego los símbolos, y las maneras propias de comunicarse. Para lograrlo empezó la formación de misioneros y misioneras indígenas que vayan a evangelizar a sus propios hermanos y hermanas. Pedía la apertura de un seminario indígena conforme a la cultura indígena, que solamente ahora está aprobado.

Quito, agosto de 2003. PR.

Anexo 2.
COMENTARIOS RELACIONADOS CON LOS 9 TEMAS ANTERIORES (PR)
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CONTENIDO

Familia, niñez y juventud de Monseñor Proaño. Marcos 6,1-6. (Un campesino pobre y sencillo).
La Juventud Católica Obrera (JOC). Hechos 20,7-12. (El sacerdote amigo de los jóvenes).
Como obispo, buscó tejer conciencia y hacer despertar. Mateo 16,1-4. (El ?tejedor de cabezas?).
Su fe dentro de la realidad socioeconómica y política. Marcos 10,35-45. (Un hombre de su tiempo).

Sus numerosos conflictos por defender la verdad y a los pobres. Juan 10,1-15. (Un pastor valiente).
Su opción fue el mundo indígena. Sirácides 44,1-15: Elogio de los antepasados. (El obispo de los Indios).
Promoviendo la Iglesia India. Hechos 15,5-29: El decreto de Jerusalén. (El maestro de la Inculturación).
Para la solidaridad de los pobres sin frontera. Lucas 10,30-37. (El apóstol de la solidaridad).
Artesano de la renovación eclesial. 1ª Corintios 1,25-32. (El profeta de la Iglesia de los Pobres).

1. MONSE?OR LEONIDAS PROA?O, por Enrique Ayala Mora

Mensaje: La personalidad de Monseñor Proaño se forjó en su familia, por los valores que vivió con sus padres.

?Pocas vidas tan atractivas y polémicas como la de Monseñor Leonidas Proaño. Fue un hombre de fe inquebrantable y convicciones profundas; un cristiano hecho en el molde de aquellos que desafiaron a las fieras en el circo romano; un buscador de la verdad que transitó muchos caminos y descubrió otras tantas sendas nuevas; un trabajador asiduo, laborioso y hasta terco que supo sentir nuestras raíces más hondas; un hombre sencillo de fe y de obras.

El día de su muerte, era ya una gran figura nacional y latinoamericana, a quien nadie se atrevió a disputar su estatura intelectual y moral. Pero no siempre había sido así. Desde sus primeros años vivió acompañado por la pobreza material, por la lucha, por la incomprensión y la persecución. Solo a cabo de una vida entera de trabajo duro, enfrentamientos y búsqueda intensa de nuestra verdad, se alzó su personalidad señora como uno de los más altos referentes del Ecuador del siglo 20. Ahora, esa figura ha crecido todavía más con el vacío de su ausencia física y el reconocimiento mundial de su valía. Hasta quienes más lo combatieron, buscan afanosamente utilizar su memoria.

Por ello, es imperativo ir recobrando la personalidad de Monseñor Proaño en su autenticidad. Este libro tiene ese objetivo primordial. Es un testimonio íntimo de su trayectoria vital, de su vocación, de su búsqueda, de sus fracasos y logros. Fue escrito luego de uno de los momentos más amargos de su vida, sin pretensiones autobiográficas, con humildad, pero también con gran apego a la verdad. Es a veces duro, terrible en su simpleza contra quienes se constituyeron en sus perseguidores; pero está lleno de amor cristiano, de optimismo ausente de venganza o amargura. Ahí está es hombre íntegro visto desde dentro.? (?Creo en el hombre??? Pág. 7-8).

2. ?EDUCACI?N LIBERADORA?

Mensaje: La juventud no es solamente una época de la vida, es una manera de ser, de vivir, de creer. Monseñor Proaño siempre buscó, especialmente con los jóvenes, una actitud y una educación liberadoras, que mantengan nuestro corazón joven y nuestra fe alegre.

?Analizando la estructuración de la sociedad, vemos claramente que todas las estructuras creadas para realizar todo lo que se llama educación, están íntimamente conectadas con las finalidades del sistema social. En los planteles de educación se infunden ideas que llevan a los jóvenes a pensar que la mayor ambición de su vida consiste en obtener un título que los capacite para ejercer una función en el seno de la misma sociedad. ¿Para qué? En el fondo es para ganar
dinero, para buscar su bienestar y enriquecimiento. No importa ya la dignidad de la persona. Lo jóvenes que se preparan en estos planteles, no respetan su propia dignidad de hombres, sino que la pisotean con el objeto de alcanzar este título y de ponerse en el camino de ganar mucho dinero. Si no respetan su propia dignidad de hombres, menos aún pueden respetar la dignidad de quienes, por un motivo u otro, se convierten en sus subalternos, es decir, en sus subordinados, en sus dependientes, en sus explotados??

El objetivo en el sistema educativo vigente es tener más y, por lo mismo, producir más. Cuando este sistema habla de desarrollo, hay que entender el desarrollo puramente económico y materialista. En el sistema educativo que quiere ser liberador, el objetivo es el hombre y la búsqueda de que ese hombre sea más hombre, de que crezca en humanidad, de que se haga cada vez más libre.
En el sistema educativo vigente, el método es piramidal, vertical, jerarquizado, es decir, dominador. En la cumbre de la pirámide está lo que llamamos la jerarquía de una sociedad. Sus integrantes son los dominadores.

Ellos son los que imponen. Ellos son los que mandan. Ellos son los que planifican. Los demás son los que se encuentran por debajo, los que constituyen la base de la pirámide, los que aprenden, los que obedecen, los oprimidos, los explotados, los conformistas, los pasivos, los ingenuos, en una palabra, los dependientes. En cambio, la educación que quiere ser liberadora, utiliza como método el diálogo, hace desaparecer la relación educador-educando para convertirla en una relación horizontal en la que unos y otros somos a la vez educadores y educando. Aquí empieza una personalización del hombre, una participación interna, el nacimiento de una corresponsabilidad, el nacimiento de una conciencia crítica, de una educación dialéctica. Aquí el hombre empieza a ser sujeto y no objeto de la educación. Aquí el hombre empieza a realizar su historia desarrollando su capacidad de pensar, su propia capacidad de crear, su propia capacidad de arriesgarse, su propia capacidad de entregarse al servicio de los demás.

En el sistema educativo vigente, los únicos que tienen derecho a la palabra son los que están arriba. Hablan para elogiarse los unos a los otros y para imponer silencio a los de abajo. En el sistema educativo que quiere ser liberador, se empieza por desatar las amarras que tenían esclavizada la palabra en boca del pueblo. Todos pueden hablar, sabiendo que la palabra es la capacidad de realización del mundo y de la autorrealización del hombre? (Del libro ?El Profeta del Pueblo?, Selección de textos de Monseñor Proaño, 1992, Pág. 164-168).

3. UN PARTICULAR ?TEJEDOR DE CABEZAS?

Mensaje: De tejedor de sombreros, Monseñor Proaño pasó a ser ?tejedor de conciencia?, tejedor de personas, de comunidades y de pueblos, para que nos adueñemos de nuestra historia.

?El 18 de marzo de 1954, se publicó la noticia oficial de mi nombramiento par Obispo de Riobamba. El 26 de mayo de ese mismo año, recibí la ordenación episcopal en la catedral de Ibarra. Y el 29 del mismo mes, vine a Riobamba. Durante los primeros años, me dediqué a conocer la diócesis un poco a fondo, realizando para ello visitas pastorales largas, un poco al estilo de lo que había visto hacer al obispo de Ibarra. Siempre inquieto y descontento de las realidades que iba descubriendo, empecé a buscar caminos de respuestas a los grandes problemas de la gente, particularmente de los campesinos?? No logré durante mis 18 años de ministerio sacerdotal dedicarme especialmente a los indígenas. Vi ahora que se me presentaba la oportunidad de dedicar mis afanes pastorales a los indígenas. (?Creo en el hombre???, Pág. 69-70).

Monseñor Proaño fue un tejedor de conciencia bien particular. Veamos.
No fue a cambiar la gente del Chimborazo; más bien, fue a retomar la mentalidad de los Indígenas, de los pobres, en su dimensión original, en lo económico, lo político y lo ideológico, para que renazcan a lo que son y que habían sido impedidos de manifestar.

Su método fue partir de la situación en la que se encontraban los Indígenas y conocer su realidad, sus símbolos, su cultura y su sabiduría, sus energías y sus sueños silenciados. Monseñor puso su experiencia que tenía de la vida y de la Palabra de Dios, no para imponérsela, sino para que les revele la grandeza de su dignidad e identidad. El hilo del tejido de Monseñor Proaño fue el pensamiento de los Indígenas y de los pobres.

Retomando los hilos desarmados, empezó a tejer, no para crear algo nuevo que saliera de sus manos, sino para reordenar la forma que Dios siempre había querido: que el Pueblo indígena llegara a ser el mismo, digno y protagonista de su futuro. Seguramente, no le fue fácil. Como toda labor de tejedor, le costó. Pero también lo alegró el recoger los hilos pisoteados por siglos de humillación y desprecio, le gustó el darles vida, color, forma y sentido, revelándose poco a poco la sabiduría indígena escondida y valiosa. Fue tejiendo la vida, ubicando la realidad que le regalaban los Indígenas: puso en su sitio las cosas, los problemas, la historia, el presente, los sueños,?? con los mismos dueños del material.

Y Dios estaba ahí despertando en el mismo despertar de la gente. Revivía en el mismo revivir de los Indígenas. En esta práctica paciente y tenaz, la teología de la liberación tomaba cuerpo vivo, con pensamiento propio, con voluntad y valor propios. Por eso, el tejido se hizo firme, indestructible: ya no se puede desarmar porque están unidas entre sí la vida de un Pueblo, la bondad del tejedor y la fuerza liberadora de Dios.

4. EVANGELIZAR DESDE LA REALIDAD.

Mensaje: Monseñor Proaño partió siempre, para su trabajo pastoral, del conocimiento permanente de las realidades tanto social como eclesial, afín de transformarlas acordes al Reino de Dios.

Hay que notar cómo la Evangelización puesta en marcha por Monseñor Proaño, en su diócesis, partió del análisis de la estructura social del momento. Y para conocer bien esta realidad, la fue recogiendo, analizando, comentando, profundizando, evaluando con los mismos pobres que la estaban sufriendo. Además se implicó en ella, y no se quedó fuera, sino que asumió la tristeza y el dolor ajenos, las luchas y las alegrías de los pobres. No se limitó a la estructura eclesial y sacramental, sino que la puso al servicio transformador de la realidad de muerte que vivía la mayoría de los feligreses de su diócesis.

Descubrió que había una contradicción entre esta realidad social y eclesial y el proyecto de Dios, especialmente entre los indígenas, cuya situación era de lo peor. No solo empezó a denunciar, sino que puso en marcha una nueva estructura social y eclesial, a partir de los mismos pobres y de los Indígenas. Ellos lo ayudaron primero a ver y entender su situación y juntos se pusieron a abrir caminos de vida y de liberación, confrontándolos con el proyecto del Reino. En esa época, 1979, se dio el comienzo de la coordinación de la Comunidades Eclesiales de Base al nivel nacional, a partir de un taller realizado en Santa Cruz, la casa de retiro de Riobamba, cuyo tema fue ?Superar todas las dominaciones?.

El trabajo pastoral de Riobamba abarcó, con Monseñor Proaño, la transformación de las estructuras económicas, políticas e ideológicas, cuyas consecuencias benéficas se sienten todavía ahora.

Al nivel económico, denunció la situación de la tierra acumulada en unas pocas manos, como origen del empobrecimiento y subdesarrollo de los campesinos. Para significar que la tierra era de todos, y que hay que compartirla para ser verdaderos hermanos y hermanas iguales, repartió las propiedades de la diócesis a los campesinos, en forma de cooperativas, afín de abrir de esta manera un camino ejemplar a la reforma agraria y de ablandar el corazón de los ricos.
A nivel político, denunció la dominación de los gobernantes que marginaban al pueblo pobre y le impedían toda participación en las decisiones que les permitirían orientar los proyectos sociales hacia el Bien Común. Personalmente, fue creando estructuras en que todos podían ser representados y decidir de la manera de evangelizar para que se logre una verdadera dignificación de los más excluidos, particularmente con los misioneros y las misioneras indígenas. Fue en su época que nació ?ECUARUNARI?, organización de los Indígenas de la Sierra.

Al nivel ideológico, denunció todo lo que se ponía en marcha para marginar a los Indígenas y ocultarles cómo era el plan de Dios. Se hizo el portavoz de sus valores, de su cultura, de su sabiduría. Permitió a los Indígenas que valoraran su herencia de siglos y que la presentaran como alternativa de vida y de sociedad a las actuales estructuras de explotación, dominación y engaño. Promovía que, para alcanzar un nuevo Ecuador, hay partir de las culturas y de las propuestas indígenas en lo económico, lo político y lo ideológico: los Indígenas son la comunidad capaz de llevar adelante esta transformación social, incluyendo a todos los sectores populares, como son los campesinos ladinos, los negros, las mujeres, los jóvenes desempleados,??

Los frutos han surgido también después de la muerte de Monseñor Proaño. He aquí algunos: la Confederación de la Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), el levantamiento indígena de 1992, las Propuestas Alternativas de una nueva sociedad ecuatoriana (CONAIE, 1994), la lucha por la Plurinacionalidad (que se alcanzó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1998, sin lograr incluir esa expresión en la Constitución), la Asamblea Popular Constituyente que se reunió después del 12 de octubre de 1997 (con más de 380 representantes de todos los sectores populares del país y que elaboraron su propia propuesta de Constitución ecuatoriana), la propuesta de una ?Nueva Democracia?, etc.

Monseñor Proaño ha pasado a ser un modelo de evangelización liberadora para todo el continente, y muchos de sus pensamientos y realizaciones quedan escritos en los grandes documentos de la Iglesia latinoamericana, como son los de Medellín (1968, donde fue relator de la ?Pastoral Integral?), Puebla (1979, donde fue corredactor de la ?Visión socio-cultural de América Latina?) y Santo Domingo (1992).

5. TESTIGO DEL BUEN PASTOR QUE FUE JES?S.

Mensaje: La valentía de Monseñor Proaño se manifestó por medio de la coherencia de su vida: su práctica buscaba ser acorde con sus palabras y sus ideas, en lo eclesial como en lo social.

Monseñor Proaño fue un pastor al interior de nuestra Iglesia: supo ponerse al frente de su rebaño, conducirlo según la Palabra de Dios y defenderlo de los lobos feroces. Esto le valió muchos conflictos tanto al interior como del exterior de la Iglesia. Los enfrentó todos con valentía y sencillez, intransigente con la maldad y el pecado, respetuoso de las personas y del pecador.

Buscó purificar la estructura eclesial para hacerla liberadora. Al descubrir la verdad del Evangelio, no la calló, ni la mitigó, sino que hizo todo lo que era posible para comunicar su Buena Nueva a los pobres del Ecuador y del Continente. No confundió sino que era claro. Recogía la verdad de la gente y se la devolvía para fortalecer su fe y su compromiso, ayudando así a crecer en dignidad y fraternidad. No dispersó el rebaño, sino que lo reunió. Fue capaz de proteger y defenderlo: hasta la cárcel le costó, por la ambición y las trincas de los Caifás, Herodes y Pilatos actuales. Pero su gente nunca lo defraudó. Alzó la bandera de la justicia y de la fe, en alto y sin miedo.

Juntos con los Indígenas y los Agentes de Pastoral que lo apoyaban, trazó una línea liberadora de trabajo pastoral y la siguió cueste lo que cueste. Al descubrir un camino de vida, de justicia y de progreso, se afanó por seguirlo en una fidelidad total. No trabajó solo, se rodeó de un buen equipo de colaboradores, con quienes lo compartía todo. Supo crear estructuras que institucionalizaran caminos y logros para fortalecer lo alcanzado y enfrentar las dificultades que no faltaron. Se unió a otros obispos para evaluar, corregir y fortalecer su propio trabajo, consiguiendo así formar una conciencia eclesial latinoamericana.

No fue un pastor caminando solo en el desierto: formó a otros para que emprendieran su propio camino. Quiso también que todo un Pueblo tomara conciencia de ser Iglesia-Pueblo de Dios, de ser ?Iglesia de los Pobres?. Su voz profética y su trabajo pastoral se transformaron en la profecía del Pueblo de los Pobres: su rebaño podía hablar con voz propia. Hoy esta profecía continúa en las Comunidades Eclesiales de Base que siguen sus huellas y en las organizaciones populares que pregonan y viven sus ideales. El Pueblo Indio del Ecuador es una profecía no solamente para su país y para la Iglesia nacional, sino también para toda América Latina y la iglesia Universal, porque Monseñor Proaño fue capaz de apostar con los más miserables y despreciados: su fuerza fue la locura de la cruz; con los que eran considerados la basura del mundo reveló la vitalidad del Reino de Dios. Monseñor Proaño sigue vivo en el corazón de los que construimos un nuevo futuro para nuestra Iglesia, nuestro país y nuestro Continente.

6. UN ENCUENTRO PROVIDENCIAL.

Mensaje: Siendo la diócesis de Riobamba la que tenía la mayor población indígena, Monseñor Proaño dedicó la mayor parte de su trabajo al despertar, a la promoción y organización de los Indígenas, como raza valiosa e Iglesia viva.

En Chimborazo, los Indígenas recibieron a Monseñor Proaño y lo despidieron, por eso que lo tienen todavía. Con ellos hizo posible, para la Iglesia de Ecuador y de América Latina, revelar el verdadero rostro de Dios y de su Reino. Monseñor Proaño entró en los Indígenas y los Indígenas entraron en su vida: fueron carne de su carne: ?Era tiempo que vinieras?. Se hizo el amigo de ellos, conoció su realidad desde dentro y se dejó evangelizar por ellos. Renació Monseñor a lo que era y a lo que Dios quisiera que fuera. Si se revistió del poncho, es porque manifestaba esta reivindicación de ser indígena con los Indígenas: ?Amo lo que tengo de indio?. Desde ellos evangelizó y se dejó evangelizar.

Por estar en Chimborazo, la prioridad de la diócesis fue la pastoral indígena. Por medio de ella, y porque Monseñor les abrió su casa, su mano, su sonrisa y su corazón, lo más bonito fue que los Indígenas lo reconocieron porque se reconocían en él. Esta doble identificación permitió el milagro del despertar y de la revelación del mundo indígena: los indígenas nos evangelizan. Son portadores de una doble alternativa: la de hacer más real un Iglesia verdaderamente india y latinoamericana, y la de tener las bases de una sociedad más conforme a la identidad del Continente y al Reino de Dios.

Gracias a Monseñor Proaño, revivió el pregón de Jesús en Nazaret (Lucas 4,16-30): los Indígenas ciegos abrieron los ojos y empezaron a mirar su realidad; mudos, empezaron a hablar; cojos, botando las muletas de la opresión y se comenzaron a andar. Se pusieron de pie para caminar, no de una manera incierta, sino con esperanza segura de recuperar su tierra, su espacio y su identidad.
Esto motivó a otros miembros de la Iglesia a abrir los ojos sobre los Indígenas y las posibilidades que ofrecen a la Iglesia y al Continente. Así pudieron comprometerse con ellos, y, desde ellos, emprender caminos nuevos de renovación eclesial y de transformación social. ?Quien tiene oído para oír, oiga, y quien tiene ojos para ver, vea?. Los Indígenas son hoy la señal de los tiempos; están puestos por Dios para realizar su sueño: el Reino.

7. ?LA IGLESIA INDIA, SUE?O PROF?TICO DE MONSE?OR PROA?O?,

Mensaje: Por su trabajo a partir de los Indígenas, Monseñor Proaño puso en marcha una nueva manera de organizar la Iglesia, celebrar la liturgia, anunciar el Evangelio y proclamar la fe más acordes a la cultura indígena: eso es la inculturación del mensaje cristiano, meta de la Nueva Evangelización.

Extracto de una conferencia del Padre Agustín Bravo, antiguo vicario general de Monseñor Proaño, 1997.

?Buscad ante todo el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura? (Mateo 6,33). Sí, ?todo lo demás?, inclusive la Iglesia?? El hoy de Dios está marcado por el clamor de los pobres en general. Es hora de las mujeres. Es hora de los negros. Es hora de los indios. Es hora de las culturas oprimidas. Es la hora de Cristo liberador: él es la verdadera divinidad de Dios en la verdadera humanidad del hombre?? Hablar de ?Iglesia India? es hablar de una auténtica utopía, sabiendo que el Reinado de Dios es nada menos que la utopía de Dios mismo, el sueño de Dios: que el Verbo de Dios se haga indio y plante su tienda en medio de nosotros??

En Medellín (1968), Monseñor Samuel Ruiz, actual obispo de Chiapas, Méjico, dijo; ?El problema del indio es el más importante porque es el más trascendente. Si no lo entendemos así, seguirán acumulándose los siglos sobre este vergonzoso problema que pudiera llamarse el fracaso metodológico de la acción evangelizadora de la Iglesia en América Latina?.

Lo más valioso de Puebla (1979) es que, en su afán de continuar la línea liberadora trazada por Medellín, reafirmó el método ?ver, juzgar, actuar? y la opción preferencial por los pobres, entre los cuales los indios son los más pobres. Todos conocemos la descripción impresionante de ?los rostros desfigurados de Cristo? (31-34),?? obra de Monseñor Schmit (Perú) y de Monseñor Proaño.
Aspectos positivos de Santo Domingo (1992):
Sentido de la hora presente: ?Nuestro quehacer evangelizador quiere actualizar la palabra de Jesús al hombre inválido: ?Levántate, toma tu camilla y anda? (Mensaje, 10-11).

Voluntad de ofrecer una evangelización inculturada en favor de los Indios: ?Promover una inculturación de la liturgia??
Promover en los pueblos indígenas sus valores culturales autóctonos, mediante una inculturación de la Iglesia, para lograr una mayor realización del Reino? (248).
El haber ampliado la lista de ?los rostros sufrientes de Cristo? (178).
Valoración de las mujeres en la acción pastoral: ?Han sido durante siglos el ángel custodio del alma cristiana del continente? (107).

El reconocer las semillas del Verbo en las culturas indígenas (245).
Como conclusión, vayan las palabras de Juan Pablo II: ?¡Feliz día aquel en que vuestras comunidades puedan estar servidas por misioneros y misioneras, por sacerdotes y obispos de vuestra propia sangre!? (Mensaje a los indígenas, 2; octubre 13 de 1993).
A todos cuantos nos preciamos de ser seguidores de Cristo, ?el subversivo de Galilea?, Monseñor Proaño nos deja la herencia de continuar ?la Buena Nueva de la revolución del poncho?: Edificar una Iglesia auténtica y autóctona, señal del Reino de Dios?? ?Tienen el encargo de trabajar para que, del seno de la iglesia católica, nazca la iglesia india con su propia cultura, con su propia religión, con su propia teología, con sus propios servidores??? (Testamento, agosto 9 de 1988).

Desde Pucahuaico,?? su tumba es la cuna de una nueva esperanza: el nacimiento de un Juan Diego colectivo, ¡la Iglesia India!?? Monseñor Proaño confesaba que su Universidad ha sido la escuela de los pobres, especialmente los indios.
Toda la historia de la liberación narrada en el Antiguo Testamento es resumida en un himno y puesta en los labios de María. Esta teología, en versión india y para los indios, se personifica en Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de los Indios de América Latina. Se encuentra, después, en el poema ?Nican Mopohua?, que es a la vez teología poética y poesía teológica: Es la teología mariana de la liberación. La imagen de nuestra Señora de Guadalupe es así la encarnación del Verbo de Dios en nuestra América: la más cabal expresión de la Iglesia India. El Verbo de Dios se hizo indio y plantó su tienda en medio de nuestras chozas. Juan Diego se vio a sí mismo y a su pueblo en los ojos de María, ¡los ojos de la fe!, y por eso vio la imagen de María.?

8. PALABRAS DE MONSE?OR ROMERO, Obispo de San Salvador, asesinado en 1980.

Mensaje: La puesta en marcha de un movimiento de renovación eclesial y social no podía quedar solo al nivel de la diócesis de Riobamba: Monseñor Proaño fue el impulsor de la solidaridad entre Pueblos e Iglesias.

?La Iglesia?? traicionaría su amor a Dios y su fidelidad al Evangelio si dejara de ser ?voz de los sin voz?, defensora de los derechos de los pobres, animadora de todo anhelo justo de liberación, orientadora, potenciadora y humanizadora de toda lucha legitima por conseguir una sociedad más justa que prepare el camino al verdadero Reino de Dios en la historia. Eso exige a la Iglesia una mayor inserción entre los pobres, con quienes debe solidarizarse hasta en sus riesgos y en su destino de persecución, dispuesta a dar el máximo testimonio de amor por defender y promover a quienes Jesús amó con preferencia??

El temor es algo humano, todos lo tenemos. Mi deber es estar junto a mi pueblo y no sería conveniente que yo mostrase miedo. Yo le pido a Dios que, aunque sea con miedo, siga cumpliendo un deber que yo creo necesario?? A mí me pueden matar, pero no a la voz de la justicia?? He sido frecuentemente amenazado de muerte. Debo decirles que, como cristiano, no creo en la muerte sin la resurrección: si me matan resucitaré en el pueblo salvadoreño. Se lo digo sin ninguna jactancia, con la más grande humildad??

Como pastor, estoy obligado por mandato divino, a dar la vida por quienes amo, que son todos los salvadoreños, aún por aquellos que vayan a asesinarme. Si llegan a cumplirse las amenazas, desde ya ofrezco a Dios mi sangre por la redención y por la resurrección de El Salvador. El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea señal de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad. Mi muerte, si es aceptada por Dios, que sea por la liberación de mi pueblo, y como un testimonio de esperanza para el futuro. Puede usted decir, si llegan a matarme, que perdono y bendigo a quienes lo hagan. Ojalá así se convencieran que perderán su tiempo. Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios que es el Pueblo, no perecerá jamás.

Sé que mi hora se acerca y presiento que mi misión no acaba sino que comienza. Hasta el fin del mundo quiero permanecer en la tierra junto a los hombres, luchando con ellos por la liberación. No puedo gozar y no quiero descansar mientras haya hombres a quienes liberar. Cuando la historia acabe y la liberación sea total, entonces reposaré con todos los elegidos y gozaré eternamente de la alegría de Dios?.
?La muerte de Monseñor Romero y la de tantos mártires de El Salvador y de América Latina constituye la más sólida garantía de que, pronto en este continente, resurgirá la vida.? (?El Profeta del Pueblo?, Pág. 278-283).

9. ?HACI?NDONOS, COMO CEBs, IGLESIA DE LOS POBRES?.

Mensaje: Tal vez sea ese el título que defina mejor a Monseñor Proaño. Su vida y su obra apuntan a una realidad nueva, la Iglesia de los pobres, que es todavía una semilla entre nosotros. El Pueblo de los pobres se alza en nombre de Dios para ser poco a poco el realizador de la obra de Dios en la tierra desde la Iglesia que quiso Jesús: la Iglesia d los Pobres, sacramento vivo del Reino que viene.

He aquí unas reflexiones sobre la identidad de las CEBs como Iglesia de los pobres.

Como CEBs, somos la Iglesia al servicio del barrio
En nuestros barrios aprendimos a ser solidarios tanto para el servicio de la fe como para ayudarnos en nuestras necesidades?? Tenemos claro lo que es la unión entre la fe y el compromiso político:
Fe en que Dios es liberador y que libera con nosotros de toda injusticia y opresión;
Fe en que Jesús se queda con nosotros y vive entre nosotros por la reflexión común, la oración comunitaria y la práctica colectiva de la lucha por la vida;
Fe en el Espíritu Santo como dijeron dos compañeros: ?Hay un fuego que nos levanta como Pueblo de Dios hacia la liberación?.

Con una inquebrantable actitud de parte de nosotros, podemos decir que somos una misma identidad por la perseverancia en el esfuerzo y la celebración de la resurrección diaria??

Como CEBs, somos una profecía en nuestra Iglesia y nuestro Pueblo
En estos 10 últimos años, nos hemos articulado con otros pobres organizados. En el año ?90, entramos a formar parte del Comité de los ?500 años de Resistencia India, Negra y Popular?, donde nuestra presencia y nuestras propuestas eran siempre bien acogidas. Descubrimos que ?Dios siempre estuvo presente en nuestro Continente porque existían el amor y la vida?: Dios había llegado mucho antes de estos 500 últimos años. En esa época, participamos juntos de la organización, de las luchas y de los levantamientos indígenas y de la toma de iglesias.

Al nivel nacional, nos hemos mantenidos a través de las coordinaciones provinciales trimestrales y de los encuentros nacionales anuales. Además, cada año realizábamos visitas a las provincias, hacíamos boletines, cartas al Pueblo de Dios en las coyunturas nacionales de denuncia y anuncio, actividades para tener un fondo común, pintamos lindas telas y pancartas,??

Podemos decir que, como CEBs, hemos nacido y crecido como ?Iglesia de los Pobres?, acompañados por la teología de la liberación. ?sta ha sido y es válida para nosotros los pobres: nos ha permitido descubrir y vivir a un Dios tan cercano en nuestra vida, tan solidario en nuestra situación de muerte y tan fuerte que nos impulsa a cambiar este estado de muerte por el de vida, a reconocer a un Jesús encarnado en los rostros de los niños, mujeres y hombres sufrientes, suplicando y trabajando por cambiar estos rostros en alegría y paz. Entonces, decimos que esta teología es nuestra, mientras otros la quieren; que no hay otra que nos proponga como ejes de compromiso la gesta del ?xodo, la esperanza de los Profetas, el Reino de vida y liberación de Jesús, el proyecto de vida del Magníficat de nuestra madre María: ella nos da una certeza y una propuesta para los desposeídos, la utopía vencedora del Apocalipsis??

Nuestra Iglesia debe convertirse y refundarse: sus bases deben seguir siendo los criterios del mismo Jesús, existir y evangelizar desde y con los pobres, al servicio del Reino y no del neoliberalismo. Esto le será posible si se deja convertir por las CEBs: somos muestra de la Iglesia de los Pobres.

3. Como CEBs, somos el sacerdocio de Cristo
La oración comunitaria nos ha dado la fuerza de escuchar las profecías del Señor en este momento de dolor y esperanza. Hemos sentido el diálogo permanente entre Dios y nosotros, sus hijos, en la voz de los más sencillos, los de corazón limpio. Tal es el ejemplo de Jorge, un hombre ya mayor, pero con una capacidad inmensa de amor a la Iglesia y de entrega al Reino de Dios: siempre sus oraciones estremecen porque nos obligan a caminar y a mantenernos firmes y fieles al proyecto de Dios. Luego, la oración se hace ternura los unos con los otros. ¿Quién nos mandó a meternos en la vida ajena?: Sólo el saber que tenemos que velar por el prójimo, por ?Abel?, hoy conformado y representado por el Pueblo de los pobres.

Un día, se nos agradecía ?a los seglares por el servicio que prestamos en la Iglesia, ya que la tarea es grande y que los sacerdotes no se alcanzan?. En la evaluación, nosotros comentamos que somos mucho más ambiciosos: Nosotros somos Iglesia y nuestro primer servicio es ser Iglesia de los Pobres. Nuestra misión es, primero, de renovación eclesial para rescatar el verdadero rostro de nuestra Iglesia sometida a una forma de vida que no es la suya, y, luego, de colaborar a la liberación de nuestro Pueblo que está, él, sometido a una situación antievangélica.

4. Como CEBs, somos la Iglesia viva que quiso nuestro pastor mayor, Monseñor Leonidas Proaño
En estos momentos, nuestro Hermano y Pastor mayor es Monseñor Leonidas Proaño. ¡Cuántos caminos dejó abiertos para nosotros! ?l apostó con los más sufridos del país, los Indígenas, pero también los pobres de la ciudad. A los 15 años de su partida, nos sigue regalando un legado: el de ser Iglesia de los Pobres, él, el Profeta mayo de la Iglesia de los Pobres de América Latina. Los talleres, cursos y encuentros que tuvimos en su casa de Santa Cruz, nos dejaron las ideas claras para hacer una Iglesia alegre y solidaria dentro del nuestro Pueblo, desde nuestra religiosidad. Aún es convocante, Monseñor Proaño. Cada año que se cumple su partida, en agosto, que llamamos ?muerte y resurrección de nuestro hermano Profeta y Pastor?, en todo el país, las celebraciones son concurridas y llenas de su espíritu.

En estos años, hemos crecido, tal vez no en cantidad, pero sí nos hemos mantenido en calidad y compromiso. Para nosotros, los miembros de las CEBs, estos 15 años han sido ?un momento, nuestro momento bajo el cielo? (Sirácides 3,1). Ahora el reto es de crecer todavía más como Iglesia de los Pobres, con otros sectores cristianos populares y los que hacen suyas las causas de los pobres. Así, en fidelidad a Monseñor Proaño, damos a conocer y devolvemos a otros esta alegría del Reino ya entre nosotros.

5. Como CEBs, hacemos historia de liberación en el movimiento popular
Como CEBs, somos Iglesia en el proceso de liberación de nuestro pueblo.
Como CEBs, somos una Iglesia identificada con nuestras raíces indígenas.
Las CEBs somos organización popular.
Fortalecemos, como CEBs, nuestro quehacer político popular.
Los pobres organizados somos el Reinado de Dios.

Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales