El kiri y el voluntario -- Juan de Dios Regordán Domínguez

0
100


Enviado a la página web de Redes Cristianas

Momentos muy difíciles se están viviendo. Ponerse en lugar del otro cuesta cada vez más. ¿Cómo comprender a quiénes ahora se presentan exigiendo y, a veces ofendiendo, a los que dedican su vida, como voluntarios en Cáritas? Los problemas aumentan y hay personas que no saben distinguir las responsabilidades de las administraciones y el trabajo de los voluntarios. La verdad es que no ven qué salidas pueden tener sus angustiosos problemas. A veces estas situaciones se presentan como áridos desiertos en los que no aparecen ni raíces ni horizontes de esperanza. Ante esa perspectiva cualquiera puede pensar que su problema es el más grande del mundo y se que se le cierran todas las puertas. Dar vueltas y nadar en la angustia no es el camino. Hay que buscar todos los puntos de luz que abran, al menos, pequeños jalones de esperanza.

Partiendo de la realidad y acariciándola suavemente y con cariño, descubriremos lo positivo. El desierto se ve oscuro y pocas son las esperanzas de salir victorioso. Me ha venido a la mente aquel árbol del que se dice que podría salvar el mundo. Se le denomina ?Kiri?? Es un árbol capaz de crecer en tierras en las que ninguna otra especie puede sobrevivir. Esta planta tan excepcional, conocida también como ?Emperatriz?? es capaz no sólo de crecer en terrenos desérticos sino de aportar toda clase de nutrientes que van transformándola en suelo fértil. La vida hay que verla en todas sus dimensiones. Lo que en un principio pudo verse simplemente sin valor, como simple ornato, una vez analizado en todas sus vertientes, podremos sacarle sus posibilidades a lo que en principio se creía algo inútil o sin importancia.

Algo parecido nos enseña el Kiri. Al principio se le consideró como una planta débil y como simple adorno, pero su realidad es muy profunda. Es capaz de contagiar y convertir lo árido en fértil. El árbol, además de beneficiarse a sí mismo alcanzando hasta más de 27 metros, ofrece grandes y frondosas hojas y vistosas flores. En este momento, cuando estoy escribiendo este artículo, me acaba de saludar un hombre con graves problemas. Le escucho y , entre otras cosas, me dice que hoy al menos, reluce un sol de primavera y que hay que seguir buscando. Me reafirmo en que el Kiri nos puede servir para hacer una reflexión partiendo de la cruda realidad.

Al principio como planta ornamental en el lejano Japón, desde donde se extendió a Europa en el siglo XIX, también nos puede servir para que comprendamos que, a pesar de las dificultades, podemos seguir adelante. Entre sus características destaca la capacidad para resistir agresiones externas, como el mismo fuego, ya que puede regenerar sus raíces y vasos de crecimiento de forma rápida,. Por ello, suele utilizarse como planta pionera en suelos poco fértiles ya que sus hojas, ricas en nitrógeno, aportan nutrientes al suelo al descomponerse, mientras sus raíces previenen la erosión.

Además, entre sus cualidades positivas, hay que decir que absorbe diez veces más de carbono que cualquier otro árbol y emite grandes cantidades de oxígeno; lo que le convierte en un aliado con potencial para luchar contra el cambio climático. Con estas credenciales, en 2008 se inició en Texas un proyecto con el objetivo de plantar un millón de estos árboles para purificar el contaminado suelo de este estado norteamericano y lograr que vuelva a ser apto para el crecimiento de especies vegetales.

Si la experiencia prospera, el árbol más resistente del mundo podría ayudar a recuperar muchos rincones de nuestro cada vez más deteriorado planeta.
z
juandediosrd@hotmail.com