¿Qué podemos aportar como creyentes en este invierno social y eclesial? -- Luis Pernía Ibáñez

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Somos Iglesia de Andalucía

Encuentro de zona, Antequera, domingo 18-3-2012
No hemos reunido en el nombre de Jesús de Nazaret para celebrar la Vida, la Vida con mayúscula, que nos lleva. Y lo hacemos en un momento difícil, especialmente derivado de la situación económica y social que vivimos. Eso que llamamos inviernos social y eclesial.

Dicen que estamos en una crisis capitalista. Pero, ¿qué es una crisis capitalista? Desde 2008 dicen que estamos inmersos en una crisis capitalista. Mas ¿Cual era la situación antes de 2008? Había 950 millones de hambrientos en todo el mundo, había 4.750 millones de pobres en el mundo, había 1.000 millones de desempleados en todo el mundo, más del 80% de la población mundial activa estaba subempleada o trabajaba en precario, el 45% de la población mundial no tenia acceso directo al agua potable, había 3.000 millones de personas que carecían de acceso a servicios sanitarios mínimos, había 113 millones de niños que no tenían acceso a la educación y 875 millones de adultos analfabetos, morían 12 millones de niños todos los años a causa de enfermedades curables, morían 13 millones de personas cada año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y al cambio climático, y había 16.306 especies en peligro de extinción, entre ellas la cuarta parte de los mamíferos.

Al parecer estos datos anteriores a 2008 permanecieron en el 2008 y continúan al día de hoy, en 2012. ¿Entonces si eso no es una crisis capitalista, qué es en realidad?

Un vendaval producido por un selecto grupo para relanzar el lucrativo mercado de derivados financieros, cuando ya no es suficiente, ni rentable matar de hambre a 950 millones de personas, mantener en la pobreza a 4.7000 millones, condenar al desempleo o la precariedad al 80% del planeta, dejar sin agua al 45% de la población mundial y al 50% sin servicios sanitarios, derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos.

Un golpe de timón de 1000 empresas multinacionales y 2 millones y medio de millonarios para seguir enriqueciéndose.
En realidad, como decía recientemente un artículo del New York Times 9 personas controlan un mercado de 700 billones de dólares: estos son Thomas J. Benison del JM Morgan Chase & Company, James J. Hill de Morgan Stanley, Athanassios Diplas del Deuche Bank, Paul Hamill de UBS, Paul Mitrokosts de Barclays, Andy Hubbard de Credit Suisse, Oliver Frankel Frankel de Goldman Sache, Ali Balali del Bank of America y Biswarup Chatterjee de Citigrup.

Este grupo de personas maneja esa cifra astronómica de 700 billones de dólares, que es doce veces el PIB (producto interior bruto) mundial. Estos señores mantienen reuniones secretas mensuales, normalmente en el Midtown de Mahatan para mantener en alza el lucrativo mercado de derivados financieros.

Este tirar de la manta para recoger activos financieros, sí produce una crisis social haciendo temblar los cimientos de países enteros. Ahí está el desmantelamiento del Estado del Bienestar, la limitación de los derechos civiles y sociales (empleo, salud y vivienda), se incrementa el apoyo a los mercados y se empuja la creciente fragilidad del sector laboral; se degrada la práctica política, reduciéndose a mera gestión de la economía y finanzas privadas, repunta la extrema derecha, se rechaza a los inmigrantes, a los funcionarios, a los sindicatos??Mientras la ciudadanía se estremece perpleja y perdida.

A este invierno social también corresponde un invierno eclesial. Como botón de muestra y recogiendo datos de informativos de la Cuatro, Rouco Varela, cardenal de Madrid, y Francisco Gil, arzobispo de Burgos, mientras en un lado predican que el matrimonio es solo para la procreación, en otros lugares su posicionamiento es diferente, como la participación en los laboratorios farmacéuticos Pfizer, que produce la famosa Viagra contra la impotencia sexual y la Depo-Provera, un anticonceptivo que utilizan más de 30 millones de mujeres.

Acciones también en compañías de licores y fondos opacos. Un modelo de Iglesia, que atado de pies y manos al poder y al dinero, dos ideales bien contrarios al Evangelio, ponen trabas a que la HOAC y la JOC hagan público un comunicado en relación a los recortes laborales.

¿Qué hacer si no es ponernos en el lugar de las víctimas? Víctimas de aquí como las personas afectadas por los más 300.000 casos desahucio hipotecario, o de más allá como son las personas de los empobrecidos países del Tercer Mundo a quienes se corta la ayuda de la cooperación internacional; países en los que a los antiguos imperios coloniales han sucedido luego las empresas multinacionales que saquean pueblos y suelos. Todo ello en un contexto de imposición de una cultura globalizada, la american way of life. Los valores del capitalismo no solo producen víctimas hacia fuera, sino que deshumanizan a sus mismos defensores. Existe como un tedio a la vida, una nausea existencial, tipo Bonjour tristesse de Francoise Sagan, la depresión, las drogas, etc.

Son tiempos de idolatría. Detrás de la economía de mercado se halla una antropología donde el capital está por encima de la persona humana, del trabajo y de la dignidad. Es la idolatría del dinero, verdadero dios al que se ofrecen víctimas propiciatorias todos los días. Es el dios de la codicia, el dios sirio MAMMON. Pero el capitalismo neoliberal no quiere aparecer como ateo y materialista. No critica la religión, la manipula y secuestra sus símbolos.

Ante invierno social y eclesial nos preguntamos como Antonio de Montesinos ¿Es que nos son personas? Efectivamente el 21 de diciembre de 1511, Antonio de Montesinos, al comentar las palabras de Juan el Bautista una voz que clama en el desierto pronunció en la isla La Española (actualmente Santo Domingo), en presencia de Diego de Colón, hijo de Cristóbal, y de su séquito de españoles, el siguiente sermón:

Esta voz dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas gentes inocentes ¿Con qué derecho tenéis en tan cruel servidumbre a los indios? ¿Cómo los matáis para sacer y adquirir oro cada día? ¿Es que nos son personas? ¿Es que no estáis obligados a amaros los unos a los otros como a vosotros mismos?

A la embestida del neoliberalismo habría que hacer esas observaciones de Antonio de Montesinos, que no se limita a las personas, sino fundamentalmente al proyecto político y al proyecto democrático ¿Cómo explicar, fuera del vendaval, la actual desarticulación o eliminación no solo de los movimientos sociales críticos y ciudadanos, sino de la misma izquierda política, precisamente cuando más se necesita?

Nos preguntamos cada día ¿Es que nuestro sector laboral es menos eficaz, el mundo empresarial más especulador que productivo y nuestros políticos más mediocres?

Un panorama sombrío que es preciso iluminar con la fe y la esperanza de que otra situación no solo es posible, sino que ya está en marcha en tantas y tantas experiencias que surgen de la creatividad invencible de la gente, ríos pequeños y grandes que necesitan confluir en un caudal poderoso de justicia y libertad.

CCP Antequera 18-3-2012