El jesuita Rodrigo Mejía nos explica las causas de la crisis en el Cuerno de África

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??La educación da estabilidad y una vida en el campo??
Etiopía, con 82 millones de habitantes, es el tercer país más poblado de África, después de Nigeria y Egipto. La sequía provocada, entre otros motivos, por el calentamiento global, en un país eminentemente agrario y sin un sistema de regadíos o de conserva de alimentos; la superpoblación; y la inestabilidad política que provoca el movimiento de refugiados en la región, son algunas de las explicaciones, aunque no todas, para esta crisis humanitaria sin precedentes.

Etiopía es un país con un clima muy seco, uno de los más afectados por la desertificación del continente que sufre las consecuencias del calentamiento global y que ahora está recibiendo a la mayor parte de los refugiados que huyen de la inestabilidad política de Somalia, provocada por el control del sur por parte las tropas de Al Shabaab, y de la hambruna.

?Sólo llega el 70% de los que salieron de Somalia. Algunos, especialmente niños muy pequeños y ancianos, no resisten esta caminata??, afirma Rodrigo Mejía. Este jesuita, que lleva desde 1964 en África, primero en Congo, después en Kenia y ahora como obispo de un vicariato del Sur de Etiopía, ha visto los cambios que se han producido en los últimos años. ?Antes la gente podía predecir no sólo el mes, sino la semana en que podían sembrar, con toda seguridad, porque las estaciones eran muy regulares. Pero ahora, con los efectos del calentamiento global, es un desorden total??, asegura.

Tampoco se pueden conservar los alimentos para épocas de sequía, puesto que no existe la tecnología adecuada para hacerlo, en un país sin desarrollo industrial que depende fundamentalmente de la agricultura. ?La solución podría provenir de los regadíos. Se hacen esfuerzos a pequeña escala, pero a un nivel mayor es muy caro, y no existen las infraestructuras adecuadas??, explica el jesuita.

?La educación da una estabilidad y una vida en el campo??

El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), con el apoyo de Entreculturas, está analizando la situación en los cuatro campos que existen en Etiopía. ?La orientación del SJR se centra más en la educación, puesto que ya hay 23 ONGs en la zona trabajando en temas alimentarios y de salud??, afirma Mejía. ?Hay una cantidad enorme de niños, niñas y adolescentes que, o no han podido empezar la escuela, o la tuvieron que interrumpir para ir a los campos de refugiados. Se trata de crear estructuras educativas con un programa aceptado por el gobierno etíope, porque la educación da una estabilidad y una vida en el campo??.

El obispo considera esta labor fundamental. ?Esta situación no durará un mes, sino que se sabe que esta crisis será prolongada, por lo que no podemos dejar que todos estos menores estén en los campos, donde no tienen nada que hacer, sin poder acceder a la educación??, analiza el obispo.

El desafío para el SJR es, sin embargo, tal y como explica este jesuita, ?encontrar los maestros cualificados en la lengua somalí, que puedan cumplir con las exigencias del gobierno??.

Una tarea difícil que se suma a la complicada situación que vive la región del Cuerno de África. Para este jesuita, la crisis no tiene precedentes, por mucho que ?la gente se haya acostumbrado a que siempre haya problemas en la zona??.