Nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús, pero no somos consecuentes con el estilo de vida que Jesús llevó en su vida mortal. Porque Jesús fue en su nacimiento un ?sin techo??, un marginado como tantos otros que vemos actualmente en nuestras ciudades.
Sin embargo nosotros celebramos la Navidad -el recuerdo de su nacimiento- con luces, regalos, comidas abundantes…mientras los otros Cristos, los marginados del mundo no tienen muchas veces qué comer ni donde cobijarse.
Te pedimos, perdón, Señor porque hemos convertido la celebración del nacimiento de tu Hijo en una orgía del consumo.
Porque todos los años, por estas fechas, deseamos conseguir un premio de la Lotería para ser más ricos, en lugar de desear ser como Jesús, pobres y humildes de corazón.
Porque en estos días nos gusta reunirnos con nuestros familiares ausentes, lo que está muy bien, pero hacemos de nuestras casas recintos cerrados, donde no tienen acogida los extraños.
Porque en Navidad felicitamos a nuestros familiares y amigos, pero la felicidad que les deseamos no es la que quiere Jesús y que se resume en el amor y la solidaridad con todos los hombres, sobre todo los más pobres. Nosotros, por el contrario, deseamos a nuestros amigos más cercanos la felicidad del mundo: salud, dinero y amor…
Porque nos limitamos a hacer aportaciones económicas para los pobres, pero sin que esto afecte a nuestro status social o económico.
Porque participamos en la carrera consumista de la sociedad en la que estamos inmersos, sin saber ofrecer a esta sociedad un modelo de vida alternativo.
Te pedimos, Señor, que perdones nuestros pecados -sobre todo los de omisión- y nos ilumines para que podamos ir cambiando nuestra vida y nos vayamos convirtiendo en verdaderos seguidores de tu hijo Jesús.
Amén.