CURA ITALIANO CASADO PIDE MISMAS PRERROGATIVAS DADAS A ANGLICANOS

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«Lo mismo que el Papa dio a los anglicanos»
El cura italiano Giuseppe Serrone, uno de los fundadores junto al arzobispo jubilado Milingo de la asociación ‘Sacerdotes casados ya’, pidió hoy al Papa que les conceda las mismas prerrogativas que a los sacerdotes de la Iglesia Episcopaliana de EEUU que se pasaron a la Iglesia de Roma.
‘Las mismas prerrogativas que concedió (Benedicto XVI) cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1980 a los ministros casados de la Iglesia Episcopaliana de EEUU, acogidos en plena comunión en la Iglesia Católica, admitidos como casados, pueden ser extendidas a todos los sacerdotes casados del mundo’, dijo Serrone.
Serrone hizo estas manifestaciones tras conocerse el ‘no’ del Vaticano a la abolición del celibato para los curas católicos de rito latino y a la readmisión al ministerio sacerdotal de los curas casados.

Según Serrone, las familias de los sacerdotes casados ‘son verdaderas familias y los sacerdotes casados, ordenados válidamente, son verdaderos sacerdotes de la Iglesia de Jesús’.
Por ello, pidió al Pontífice que ‘extienda’ las mismas prerrogativas concedidas a sacerdotes de otras confesiones cristianas, casados y con hijos, que tras pasarse a la Iglesia Católica, el Vaticano les aceptó y reconoció la situación en que entraban.

Fuentes eclesiásticas italianas favorables a la abolición del celibato recordaron hoy a Efe el caso del pastor anglicano Evans David Gliwitzki, ordenado sacerdote católico en la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de La Laguna, en el archipiélago español de Canarias, y que está casado y tiene dos hijas.

Las mismas fuentes señalaron que todos los años llegan al Vaticano unas 1.200 peticiones de dispensa de sacerdotes católicos de rito latino, un número que se considera ‘muy elevado’.
Fuentes vaticanas señalaron que cada año se conceden una media de 500 dispensas.
La mayor parte de las mismas se conceden a sacerdotes casados por lo civil y a otros a los que los exámenes realizados demuestran que nunca debieron ser ordenados.

En el caso de sacerdotes que viven con una mujer pero no están casados, el cura puede volver a ejercer una vez que la haya repudiado y tras pasar un tiempo de reflexión, bajo el cuidado de otros sacerdotes puestos por el obispo de la diócesis (como fue el caso de Milingo).
El que ese sacerdote tenga hijos no es un problema a la hora de volver al ministerio sacerdotal, según precisó otra fuente a Efe, que señaló que ‘lo que tiene peor arreglo’ es el caso de los casados por lo civil, muchos de los cuales ante los impedimentos de la Iglesia la abandonan ‘sin dar explicaciones’ a sus obispos.