Haití: Campesinos denuncian planes de Monsanto para influir en la política agrícola

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Adital

Las donaciones de semillas híbridas de maíz y hortalizas realizadas por la multinacional Monsanto a Haití continúan causando descontento en la población campesina de este país. Hace pocos días, trabajadores del campo se unieron para denunciar las estrategias de la empresa y el intento de viciar la producción rural haitiana con sus semillas híbridas.

Inmediatamente después del terremoto del 12 de enero de este año, ocurrido inesperadamente en Haití, Monsanto, empresa que produce el 90% de los transgénicos plantados en el mundo y líder en el mercado de semillas, anunció que, para ayudar en la recuperación de la economía del país, donaría 475 toneladas de semillas de maíz y de hortalizas, además de fertilizantes y pesticidas.

La acción, una iniciativa del Forum Económico Mundial de Davos con el apoyo de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), surgió cuando los miembros de las organizaciones conversaban sobre «lo que podrían hacer para ayudar a Haití». Después de la decisión, diversas empresas se comprometieron a efectivizar su ?ayuda?; entre ellas, la multinacional UPS, que se encargó de la logística y el programa WINNER, financiado por la Usaid, y que se quedó con el trabajo de distribución y oferta de servicios técnicos para lograr «aumentar la productividad agrícola».

En mayo, el país recibió las primeras remesas de la ?donación?. Cerca de 60 toneladas de semillas fueron distribuidas al gobierno para ser entregadas, gratuitamente, a los comercios administrados por las asociaciones de agricultores, que deben venderlas a un valor reducido a los campesinos. Según informaciones de la agencia de noticias Kaos en La Red, Monsanto afirmó que el resultado de la venta de las semillas deberá ser utilizado por las asociaciones para invertir en la agricultura local.

Hace pocos días, los campesinos contrarios a la entrada de las semillas de Monsanto en Haití estuvieron reunidos en Asunción, Paraguay, para participar del Forum Social Américas (FSA), que se realizó del 11 al 15 de este mes. En la ocasión, miembros del Movimiento Campesino Papaye (MPP, por su sigla en francés), denunciaron el intento de Monsanto de causar una dependencia de sus semillas híbridas.

Es cierta la probabilidad de que suceda esta dependencia si las semillas comienzan a ser utilizadas, porque las semillas distribuidas por la multinacional no pueden ser reutilizadas y, para continuar plantando, se obliga a los productores rurales a comprarlas de Monsanto. De la misma manera, es necesario adquirir productos como pesticidas y fertilizantes. Otro problema, confirmado por Vía Campesina, es que el maíz haitiano quedará contaminado por el polen del maíz híbrido. Esta sucesión de implicaciones comprueba que la donación no incrementará la soberanía alimentaria ni la autonomía campesina en el país.

De acuerdo con Chavannes Jean-Baptiste, del MPP y de Vía Campesina, la falta de semillas es una realidad en Haití, ya que muchas familias del campo utilizaron las semillas de maíz para alimentar a refugiados. Sin embargo, la situación no justifica el hecho de que el gobierno haitiano esté aprovechándose del terremoto «para vender el país a las multinacionales».

Para combatir la concretización de esta dominación y manipulación de la agricultura para intereses particulares, campesinos y campesinas ya realizaron diversas marchas y movilizaciones. Durante el FSA, Jean-Baptiste, denunció que las donaciones «son un ataque contra la agricultura campesina y la biodiversidad» y evaluó que Monsanto «se aprovechó del terremoto para entrar en el mercado de semillas de Haití». Al mismo tiempo, en Haití, 20 mil campesinos marcharon para demostrar que no quieren las semillas híbridas en su país.

Con informaciones de Kaos en La Red y de la Agencia de noticias Púlsar

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com