Tengo un hijo en Madrid, fue hace poco más de un año fue a trabajar a ese país de Europa, para ayudar económicamente, a la familia que quedaba acá en Cuba. Tiene todos sus documentos legales para poder tener un empleo. Ha realizado algunos trabajos eventuales, pero no ha podido encontrar un trabajo fijo y hoy está desempleado.
Desde aquí de Cuba, he escrito a varias amistades y conocidos en Madrid, preguntándoles si conocen alguna vía, o saben de alguna tarea que el pueda realizar, porque está dispuesto a hacer cualquier labor.
Soy teóloga y pastora de una iglesia en mi país y visité Madrid en septiembre del pasado año para asistir a un Congreso de Teología, por lo que conocí a muchos madrileños. He notado que algunas de las personas que conocí en esa ocasión y con las que siempre tuve muy buena comunicación por correo electrónico, cuando les comenté la situación de mi hijo, dejaron de escribirme. Otras, a las que le pedí tan solo lo llamaran para darle ánimos, me escribieron contándome miles de desgracias propias y finalmente, me dijeron que cuando tuviesen tiempo lo harían.
En un principio no entendía bien que estaba pasando, por qué ese cambio, cuando entre esas personas y yo había una comunicación tan fluida. Algunas vinieron a Cuba en viajes de turismo, las recibí aquí en mi casa y compartimos paseos por la Habana. Pero un buen día recibí un correo de una de estas personas que fue más directa. En su correo me decía algo que no desconozco: que España esta en una gran crisis y que hay muchas personas de su país sin trabajo. Pero además y lo más doloroso no fue que me dijera, que mi hijo debía volver a Cuba, sino que lo que teníamos que hacer todos los cubanos, era acabar de tumbar al ?tirano Castro?? y no emigrar o ir a otros países a quitarles el trabajo a sus habitantes.
Luego de recuperarme del dolor de aquel mensaje y de no responder directamente a aquellas expresiones xenofóbicas, comencé a pensar en escribir este artículo. Sentía, como escritora, que no podía dejar de decir lo que llegué a sentir y el error tan gran que aquella persona, quizás por ser tan joven, estaba cometiendo. La fobia es un temor irracional y la xenofobia (odio u hostilidad hacia los extranjeros) está emparentada con el racismo y el etnocentrismo y además, tiene diferentes proyecciones. La explicación y existencia de esta fobia, radica en cuestiones de índole económica. Los extranjeros aparecen como competidores desleales, pues son utilizados por empleadores para disminuir los costos.
Quería pensar que aquella respuesta xenofóbica, por ignorancia, estaba alentada por un prejuicio creado por un modo equivocado de percibir la realidad. Sabemos que los prejuicios existen por conveniencias, para discriminar, descartar o dominar a otras personas, sin cargos de conciencia, sin remordimientos, sin reparar si eso es bueno o malo, o si se basa en una opinión subjetiva u objetiva. Es una actitud hostil o poco favorable, contra personas que pertenecen a un grupo, de la que te haces una presunción negativa. Generalmente se basa en una idea preconcebida, influenciada por otros. La xenofobia es un prejuicio, que puede convertirse en una filosofía.
Y entonces comprendí, que esa joven amiga, estaba influenciada por una proyección preconcebida, estaba prejuiciada por una idea subjetiva y sin un análisis histórico y humano. Lo primero que esta muchacha desconocía era, que desde el paleolítico las personas hemos venido desplazándonos por las diferentes regiones, por diferentes razones. La fragilidad de la memoria de los pueblos y la tendencia a ocultar situaciones difíciles que se han vivido con anterioridad, nos hace olvidar datos importantes que han marcado, a lo largo de los siglos, la historia de la humanidad.
Es bien conocido para los europeos, que con el llamado ?descubrimiento de América??, miles de personas emigraron a los nuevos territorios. Los Estados Unidos de América, en el más fehaciente ejemplo de un pueblo compuesto por sucesivas olas de inmigraciones. En 1492 con la llegada de los Españoles al Caribe, comienza la ?conquista y colonización?? de buena parte del planeta, desde los países con una supuesta superioridad económica. Exportaron personas y negocios y asolaron las economías y las culturas de nuestros pueblos de América. Europa se enriquecía con los recursos de nuestros países, luego que los colonizaba.
Más recientemente, a comienzos de la década de los años sesenta se produce en España una transformación en el desarrollo económico, inducido por el régimen franquista. Y en quince años (1960-1975) unos cinco millones de españoles emigraron, desde las zonas rurales, hacia los polos de desarrollo industrial nacional y de toda la Europa industrializada. A pesar de la guerra civil española, muchos no enfrentaron a Franco y este si era un tirano despiadado. Los factores fundamentales de las grandes migraciones se produce por: la mundialización de la economía, el desequilibrio del desarrollo económico mundial, desmantelamiento de empresas, respeto a los derechos humanos, ofertas de trabajo, presión demográfica, etc.
Hay que conocer la historia de la humanidad para evitar la dolorosa xenofobia. Pero hay que conocer la historia de Cuba y España ? nuestra madre patria ? para emitir un criterio sobre la emigración cubana a ese país. Nuestro país, Cuba, está formado desde sus genes por la sangre española. Paséate por Cuba y conocerás que más del 95 % del cubano es descendiente de gallegos, asturianos, canarios, madrileños, catalanes. Visita la Embajada de España en Cuba y verás las colas que existen para gestionar la ciudadanía de hijos y nietos de españoles, con todas las de la ley.
Camine por nuestros mejores barrios y mire las casas, aquellas que están mejor remodeladas y equipadas, esas, posiblemente sean de algún empresario español, radicado en Cuba o que eventualmente viene a negociar con nuestro gobierno. El rey de España recibió y homenajeó, al presidente Fidel Castro, a quien esta joven llama dictador. España mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con Cuba y su actual presidente ?izquierdista??, no ataca visiblemente a nuestro gobierno.
Por qué entonces, una parte del pueblo español se proyecta dolorosamente xenófobo con el cubano. Ese cubano, que hasta hace poco tiempo, antes de la llamada ?crisis??, realizaba aquellos empleos que buena parte de la población española no deseaba realizar. Por qué, si muchos de los beneficios que han disfrutado fueron producidos por parte de las riquezas que adquirieron de nuestros pueblos, hoy se nos expolia. Por qué, si durante la colonización y después en la pseudorepublica, vinieron nuestros tatarabuelos, bisabuelos y abuelos, como polizontes en los barcos y aquí se establecieron y esta pequeña isla les dio abrigo, trabajo y esposas, hoy somos rechazados en su suelo.
No estamos pidiendo limosnas, les estamos pidiendo trabajo a nuestros parientes, que hoy, aun y con crisis, tienen una economía más decorosa. Vamos a trabajar, no a robar, ni a traficar con drogas. Vamos a emplearnos en aquellas empresas, negocios, que muchos lograron con la herencia de sus tatarabuelos, bisabuelos y abuelos, que fueron hermanos, primos, parientes, de aquellos españoles que vivieron aquí en esta isla y fueron nuestras familias. Están siendo xenofóbicos con su propia sangre, con su propia gente, con los propios hijos de su tierra. Esto sin contar, que la tierra en el paleolítico era de una sola raza: la humana. Era un solo país: el mundo.
Que pena, que dolorosa puede llegar a ser la xenofobia para todos aquellos, que emigran, o que necesitan de la mano amiga de otro ser, que en el mundo, quizás un día necesite de esa mano que rechaza hoy. Que dolorosa es la historia de una parte, insensible a los clamores humanos y que se centra en los sistemas políticos, para anular su responsabilidad con los semejantes, de cualquier parte. Que triste es que la juventud desconozca el devenir de la historia y solo se mire en el espejo de la superioridad y el desamor al prójimo.
Pero igual quiero dar gracias a la vida, por otros, que también en la tierra española caminan en otra cuerda, la de la solidaridad, la de la hermandad. Esos amigos catalanes que apoyan la Agenda Latinoamericana Mundial. Esos teólogos madrileños que se agrupan en la Asociación de Teólogos y Teólogas de Juan XXIII. Ese amigo mallorquín llamado Juan, que acerca su corazón al de la isla y a esta amiga. Y muchas otras amigas y amigos. A todos ellos los llevo en el corazón como el alma verdadera y auténtica del pueblo español. Esa, nuestra madre patria, a la que amamos y de la cual tenemos derecho y necesitamos, beber de sus pechos.
(Información y fotografía facilitada por Juan Hernández Jover de Mallorca)