INFORME CATALÁN PARA EL NUNCIO

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La Vanguardia

El nuncio del Santo Padre en España, el portugués Manuel Monteiro de Castro, estuvo hace una semana en Catalunya. Pasó 24 entrañables horas en el monasterio de Montserrat, invitado por al abad Josep Maria Soler, con motivo del 125. º aniversario de la proclamación de la Moreneta como patrona de Catalunya. La acogida y las conversaciones habidas en esta visita han sido satisfactorias para ambas partes.

El nuncio ha conocido de primera mano aspectos de la realidad catalana y de, como se dice en terminología eclesiásticamente correcta, «la Iglesia que peregrina» en Catalunya. Ha sido un contacto directo, sin determinados filtros eclesiásticos y mediáticos españoles que distorsionan la realidad. He aquí, pues, un informe sobre cuestiones catalanas que podrían estar sobre la mesa de Manuel Monteiro de Castro:

VALIENTE HOMILÍA DEL ABAD El nuncio es consciente de que su principal interlocutor del pasado fin de semana, el abad Soler, es un hombre de exquisita serenidad y valiente que, en la senda de sus predecesores, es un sólido referente de la Iglesia y de significativos sectores de Catalunya. Recordará una homilía del abad de hace un año, el 2 de noviembre del 2005, que mantiene su vigencia (www. abadiamontserrat. net). En una referencia sobre Catalunya dirigida a sectores de la cúpula episcopal española, el abad afirmó que «el magisterio auténtico y cualificado de la Iglesia nos dice que es perfectamente legítimo dar el nombre de nación a un pueblo aunque no tenga estado, y que los ordenamientos jurídicos que garantizan el funcionamiento democrático de los pueblos y los derechos de los ciudadanos no son un absoluto». Instaba a «recuperar el espíritu de la transición política en el Estado español». Lamentaba «la crispación y el clima de intolerancia y animadversión creado por parte de algunos políticos y algunos medios de comunicación e, incluso, de algún eclesiástico, con motivo del debate sobre el proyecto del Estatut». Y recalcaba que «esto es más grave cuando unos de los principales actores en este asunto son algunos programas de una emisora que tiene como accionistas la Conferencia Episcopal Española».

DENUNCIA CONTRA LA COPE El nuncio sabe que la misa que presidió el pasado domingo en Montserrat fue retransmitida por Ràdio Estel, del arzobispado de Barcelona, cuyo estilo amable no tiene nada que ver con algunos programas de la Cope, dependiente del episcopado español. La Conferencia Episcopal Tarraconense, la Reunió d´Abats i Provincials de Catalunya y cuarenta intelectuales católicos catalanes son algunos de los muchos que han criticado, también ante el propio nuncio, estos programas radiofónicos por contradecir incluso el propio ideario de esta cadena. Y las entidades cristianas Centre d´Estudis Francesc Eiximenis, Lliga Espiritual Mare de Déu de Montserrat y Cristianisme al Segle XXI han denunciado a la Conferencia Episcopal Española por la Cope ante el Tribunal de la Rota Romana, que es la máxima instancia judicial de la Iglesia católica.

ISABEL LA CAT?LICA, SIN ECO El nuncio habrá observado que el llamamiento del cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo, a favor de la beatificación de la reina Isabel la Católica no encuentra eco ni en la Iglesia ni en la sociedad de Catalunya. El prelado toledano da una gran importancia a esta reina. «Toledo e Isabel la Católica – sostiene- están unidas en su fe cristiana y su vocación de unidad de las tierras de España». Cañizares también lamenta el «silencio superficial y vergonzante sobre la reina Isabel en las instituciones oficiales». Pero los obispos catalanes, incluso aquellos que son considerados más conservadores, no se hacen eco de estas palabras y mantienen silencio.

SINTONÍA CON BLÁZQUEZ El nuncio habrá visto que los planteamientos de estos sectores eclesiales catalanes, sin embargo, sintonizan con la línea del obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez. ?ste, ya en su primer discurso como presidente de dicho organismo, y también en presencia de Monteiro de Castro, apeló al Gobierno y a la propia Iglesia a recuperar el diálogo de la transición. Su estilo cordial y discreto contrasta con la fogosidad meditática de otros altos prelados españoles.

SOLIDARIDAD CON LA IGLESIA VASCA El nuncio habrá visto que la Iglesia vasca encuentra eco en Catalunya. Acaba de producirse en Barcelona un gesto solidario de obispos catalanes con la acción de la Iglesia vasca en el proceso de paz en Euskadi. Los obispos vascos Juan María Uriarte y José María Setién pronunciaron sendas conferencias en la Facultat de Teologia de Catalunya. Uriarte trató sobre el papel de la Iglesia en la pacificación de Euskadi. Su conferencia contó con la presencia de los obispos Joan Enric Vives y Carles Soler Perdigó, y del arzobispo Lluís Martínez Sistach. ?ste, que elogió a Uriarte, comentó: «Sus palabras nos reafirman en el convencimiento de que el pensamiento cristiano es una fuente de paz, convivencia, serenidad. La sensibilidad cristiana aporta unos valores que mejoran la sociedad».

CONVIVENCIA LAICO-RELIGIOSA El nuncio también deberá tener en cuenta que la campaña electoral que se vive estos días en la Catalunya del siglo XXI, pese el fragor de la contienda, se desarrolla con una respetuosa convivencia entre los planteamientos laicos y religiosos. Lo ha podido palpar en primera persona al asistir a las recientes cenas-coloquio con Artur Mas y José Montilla celebradas en Madrid. En el Madrid donde la nunciatura tiene su sede, y donde la relación entre la Iglesia y el Estado sufre fuertes tensiones. Ello contrasta con la actitud del episcopado catalán, que se siente mucho más cómodo con el estilo respetuosamente propositivo, y no impositivo, de que Benedicto XVI hizo gala en su viaje a Valencia.

Año de paz con Dios y los hermanos

El nuncio del Santo Padre, Manuel Monteiro de Castro, ha efectuado un llamamiento en favor de la paz y la reconciliación con Dios y los hermanos. Lo ha hecho en la que ha sido su tercera visita al monasterio de Montserrat, invitado por el abad Josep M. Soler, con motivo en esta ocasión del año jubilar – que se celebra entre los días 3 de febrero y 31 de diciembre- por decisión de Benedicto XVI para conmemorar el 125. º aniversario de la proclamación de la Virgen de Montserrat como patrona de Catalunya.

«¿Qué es hoy el año jubilar?», se planteó el nuncio en su homilía pronunciada en la bella y pausada celebración litúrgica de la misa dominical en la basílica de Montserrat. Un año jubilar, explicó, es «un año de gracia, un año de reconciliación con Dios, de reconciliación con los hermanos, un año de paz interior». El nuncio añadió: «¿Qué debo hacer yo para obtener la verdadera paz interior? Debo dar a Dios espacio en mi vida. Debo dejarle entrar en mi alma y en mi corazón. Debo darle el primer lugar en mis opciones. Debo pedir al Señor el don de la sabiduría (…) La sabiduría nos ayuda a comprender las vicisitudes de nuestra vida, a implorar la misericordia del Señor y a obtener la felicidad incipiente aquí en la tierra».

Las palabras de Manuel Monteiro de Castro – que siempre son diplomáticas como nuncio del Santo Padre que es- se inscriben en la compleja realidad actual. Es una realidad configurada por el proceso de paz en Euskadi y el papel de la Iglesia, las relaciones del Gobierno central con la Santa Sede y la Conferencia Episcopal, y las relaciones entre el cristianismo y el islamismo, con sus respectivas culturas, sobre todo tras la polémica generada a partir del discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona.