Vinculado largamente a Paraguay desde la década de los 50, en que llegó con su juventud y su título reciente de profesor al Seminario Metropolitano para enseñar. Compartió no sólo las experiencias de la dictadura y el nacimiento de una Iglesia que crecía en compromiso y se encaminaba hacia el Concilio Vaticano II . Ejerció en Asunción su triple rol de sacerdote, profesor y estudiante en la Universidad Nacional de Asunción, en las carreras de Literatura y Abogacía.
En la UNA obtuvo los respectivos títulos en 1953 y 1957 y en 1996 recibió el Diploma de Doctor en Ciencias jurídicas con la máxima calificación.
Regresado a la Argentina, inició un largo período de enseñanza con cargos directivos en diversos institutos de Buenos Aires y Córdoba, hasta llegar a ser presidente del Consejo de Educación Católica de Argentina.
En 1966, fue becado al Vaticano estudió Sociología Pastoral y escribió su libro El cristianismo subyacente en el marxismo??, que le valió los máximos reconocimientos académicos.
Conoció la realidad de las migraciones en Patterson, Estado Unidos de Norteamérica donde fue enviado en 1968 para atender a la comunidad hispana.
De vuelta a la Argentina es designado por el Obispado de Córdoba, juez eclesiástico .En la años 80 con los nuevos tiempos de democracia, se les presentaron grandes desafíos a su desempeño profesional de abogado y teólogo. Oportunidad en que se pronunció sobre cuestiones urticantes para la época como el divorcio vincular, la salud sexual y reproductiva, el celibato sacerdotal, entre otras cuestiones.
Ello le costó dificultades y el cese del ejercicio pastoral por muchos años. Asesor de la Cámara de Senadores de Córdoba impulsó leyes de educación sexual y de donación de órganos, mientras era convocado desde instituciones de todo el mundo para dar conferencias, enseñar sus ideas tan arraigadas a la opción preferencial por los pobres. Ha escrito numerosos libros: ?Un sacerdote frente al Tercer Milenio??, ?Relación constante entre Filosofía y Educación??, ?El cristianismo subyacente en el marxismo??.
Vive desde hace largos años en Oliva, Córdoba, pero siempre siguió atento las evoluciones históricas de Paraguay, donde brindará con generosidad sus enseñazas y sobre todo, su testimonio de coherencia.
«Sólo la verdad nos hará libres», repite el sacerdote cada vez que alguien opinó sobre la conveniencia de guardarse algunas ideas.
José Amado Aguirre asegura, parafraseando al caudillo Gervasio Artigas que con «la verdad, no ofendo ni temo».
Y así fue como desarrolló toda su vida pastoral. Diciendo a conciencia lo que creía correcto. Admitiendo errores cuando alguien se lo demostraba, pero manteniendo una firmeza cuando en lugar de argumentos para desafiar su fino intelecto, encontraba autoritarismos y dogmas.
Aguirre adoptó para vivir.
Y seguía diciendo que con la verdad «no ofendo ni temo»..
Vital, prolífico escritor, divulgador de ideas. José Amado Aguirre es un hombre que hizo de la coherencia el rumbo de su vida.
Y eso es un buen motivo para encontrase con él y con destacados referentes sociales y protagonistas de la resistencia de la dictadura stronista en un diálogo seguramente, enriquecedor.-
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)