Ser SOLIDARIOS en la vida cotidiana
es poner ojos y oídos al sufrimiento.
Es poner cara, rostro a la pobreza, a la injusticia.
No olvidarnos de la injusticia brutal en la que vivimos.
No dar la espalda a los pobres,
a los enfermos, a los inmigrantes,
cuya situación, muchas veces sin salida,
nos molesta y nos violenta, acoger.
Frente al escepticismo y la apatía,
no rendirnos, no olvidar,
no abandonar al otro a su suerte.
Ser solidario en la vida cotidiana
es poner voz a lo que no puede ser,
no resignarnos a que la injusticia gane,
no rendirnos.
(Carta de Asís Nº. 11)
¡FELIZ Y SOLIDARIA NAVIDAD!