ENTREVISTA A TARIQ RAMADAN

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El País

Las relaciones entre Europa y el islam no pasan por su mejor momento. Las caricaturas de Mahoma, el discurso del Papa en Ratisbona o la suspensión de una obra en Alemania que critica a las religiones, han suscitado la ira de radicales musulmanes y el debate en Europa sobre la autocensura para no herir sensibilidades. Tariq Ramadan, ulema y profesor de estudios islámicos en Oxford, ha charlado con los lectores sobre este y otros temas.

Balmar – 11:07
P. Buenos días. ¿Cree usted como se está afirmando tanto ultimamente, que la libertad de expresión es una conquista exclusiva del mundo occidental? Estoy segura de que la visión del mundo islámico que nos llega a nuestras casas está totalmente sesgada, y viceversa. ¿quién se beneficia más con este desconocimiento mutuo?

R. No es justo que la libertad de expresión sea estrictamente de origen occidental. En la historia de la civilización musulmana, en España o en Turquía en el siglo XVI o hoy en ciertas sociedades musulmanas en África o en Asia la libertad de expresión existe. No hay que reducir el mundo musulmán a las dictaduras árabes del mundo contemporáneo. Hay que salir de esa reducción del Islam de las dictaduras que rechazan la libertad de expresión. Esta reducción sirve a los partidos de extrema derecha y a un gran nombre de politicos de derechas y, desgraciadamente de izquierad, que quieren hacer del Islam en enemigo de occidente. Las simplificaciones son peligrosas.

2. Ema – 11:11
P. Hola Tariq: ¿Piensas que el islam necesita una renovación para adaptarse a la sociedad moderna?

R. Pienso que los sabios y los intelectuales musulmanes deben reformar su comprensión y textos de referencia a la luz del contexto contemporáneo. Los instrumentos de esta nueva comprensión están presentes en la larga tradición legal islámica. Hay que reconciliarse con la herencia para aportar nuevas respuestas a nuevos desafios. Hay cosas en el Islam que no cambian (los rezos…) pero hay aplicaciones de principios que debe ser reformados.

3. Francis Martorell – 11:14
P. Se le considera (en este periódico se ha hecho en varias ocasiones) como un «Renovador del pensamiento islámico». ¿Está usted de acuerdo con este apelativo?

R. Me situo en la corriente reformista musulmana que queriendo ser fiel a los principios de la fe y de la ética musulmana intenta aportar respuestas adaptadas a la situación comtemporánea. No hay fidelidad al mensaje sin evolución de su aplicación. La literalidad es, a veces, infiel al espíritu de un texto.

4. kotelnikovo – 11:20
P. Procedo de una ciudad que hace mil años, bajo gobierno islámico, era un faro de cultura y civilización mundial y europea. ¿No piensa que los países islámicos moderados hacen poco esfuerzo por divulgar los logros pasados y presentes de su cultura y civilización?

R. Estoy totalmente de acuerdo. Pienso que estamos asistiendo a un periodo de autodestrucción. Los países mayoritariamente musulmanes hacen poco esfuerzo en investigar y propagar la producción intelectual de las obras del pasasado y del presente para su mejor difusión. Es desgraciado cuando sabemos que en Europa estamos asistiendo a una memoria selectiva en cuanto a ese pasado. Las declaraciones del Papa son un ejemplo.

5. Perplejita – 11:28
P. ¿Cree usted que es justo o sensato que Occidente censure sus propias expresiones artísticas y culturales en aras de no ofender a los musulmanes? ¿Por qué los musulmanes no parecen asumir la laicidad?

R. Pienso que la libertad de expresión debe protegerse en el plano intelectual y artístico. No hay que censurar un texto o una obra. El diálogo en este periódo de grande sensibilidad debe estar promulgado de manera profunda y razonable y hay que evitar absolutamente las provocaciones estúpidas o racistas. En cuanto a la laicidad, estamos en una gran malentendido histórico. La laicidad en el mundo musulmán no es sinónimo de más de libertad. En Turquía o en Siria y en Irak con Hussein la laicidad era sinónimo de no religión y no libertad. Asi se instaló la percepción en el mundo musulmán que la laicidad se oponía a la religión. Si observan los millones de europeos musulmanes que viven en las sociedades laicas, verán que viven muy bien y que la inmensa mayoría no tiene problemas. Incluso después de la crisis de las caricaturas en Dinamarca y el discurso del Papa en Alemania, la mayoría de intelectuales y líderes musulmanes han tenido una posición razonable. No hay que obsesionarse por la pequeña minoría extrema o radicalizada.

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