Los Comités de Derechos Humanos de Bogotá exigen a las autoridades poner fin al imperio de la amenaza y muerte por parte de grupos paramilitares. El gobierno de Uribe Vélez sigue negando esta dramática realidad
En la reunión del Comité Distrital de Derechos Humanos realizada el pasado 15 de abril punto especial ocupó el tema de las amenazas y ejecuciones extrajudiciales contra líderes comunales y organizaciones sociales de las localidades de Bogotá. Supuestamente los panfletos repartidos a la luz del día van dirigidos contra la delincuencia común en sus diferentes manifestaciones: atracadores, jaladores de autos, expendedores de droga, reducidores, etc, y contra población vulnerable como el sector de la prostitución, portadores de SIDA, habitantes de la calle etc. Pero de acuerdo a la hipótesis del Comité Distrital, y desgraciadamente probada en la práctica, el objetivo final son los líderes comunales y los defensores de derechos humanos.
Cifras alarmantes de violaciones a derechos humanos en Bogotá
En los últimos 45 días han asesinado a 15 líderes comunales en todo el país. En Bogotá, según la Diócesis han sido denunciados nueve (9) asesinatos de voceros comunales. En lo que tiene que ver con las localidades de Bogotá, en Bosa por ejemplo, cerca de 55 jóvenes de esta localidad se han acercado a las diferentes ONG en busca de protección porque les han entregado los panfletos personalmente. Mientras que en Ciudad Bolívar, donde el problema de la mal llamada «limpieza social» ya lleva 20 años , en estos días se pudo documentar el asesinato de 3 (tres) jóvenes.
Desde Barrios Unidos se informa que tienen problemas de amenazas en 4 (cuatro) Juntas de Acción Comunal. En Los Mártires ya las amenazas no van sólo contra la delincuencia sino directamente contra los líderes sociales a cuyas casas de habitación hacen llegar las amenazas.
En la localidad de Usaquén, las hojas amenazantes fueron distribuidas casa por casa a altas hora de la noche en los barrios Santa Cecilia Alta y Baja, Mirador, Cerro Norte y Soratama, ubicados al oriente de la carrera sétima, sobre los cerros. Y la amenaza es que luego llegarán a los barrios Barrancas, San Cristóbal y otros en el sector occidental.
De acuerdo a información recopilada entre los vecinos del sector oriental en los últimos días, doce (12) jóvenes han sido masacrados por estos grupos paramilitares.
A lo anterior se suma el hecho que la policía, encargada de mantener la seguridad de la ciudadanía de la localidad, supuestamente convive con la delincuencia al permitir la venta de toda clase de objetos robados a ojos vista porque recibe la respectiva «comisión»; los sitios donde se vende droga y quienes trafican con ella están identificados pero de igual manera la autoridad policiva no actúa porque al parecer sus agentes se lucran de esta actividad junto con la delincuencia organizada.
Los estudiantes nocturnos y los trabajadores que laboran con diferentes turnos se encuentran en grave riesgo porque están llegando a sus viviendas después de las diez de la noche. Estos barrios de la localidad de Usaquén son eminentemente populares e inicialmente fueron poblados por desplazados de la violencia oficial que dieron una titánica lucha para lograr una vivienda en estos cerros. Hoy día sus pobladores sobreviven de la informalidad y la problemática social se ha concentrado en forma peligrosa y la presencia de las autoridades distritales es muy escasa.
Lo más grave de toda esta situación, es que la población este inclinada a justificar y aún a apoyar la criminal actividad de la «limpieza social» continuamente víctima de la delincuencia.
Los Comités de Derechos Humanos de las veinte localidades en coordinación con las Juntas de Acción Comunal y demás organizaciones sociales, tienen la misión de hacer claridad entre la ciudadanía sobre estos hechos y rechazar el accionar criminal del paramilitarismo en los barrios de la capital.