El rincón del peregrino
¿Para qué quiero los días, si no son para reír a tu lado, y si voy por ahí,con el alma vendada, haciendo el ridículo por mis caminos?
Vamos, hermano, vamos, hermana:
¡Déjate hacer!
Como el agua clara que corre,sencilla y contenta.
¡Bah! Ya nada cuenta de veras.
Nada de lo que nos agobia importa
en este reloj nuestro,tan lleno de prisas. Ver noticia original en …