Con José Mª Castillo y Eduardo Sosa -- Gabriel Mª Otalora

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Dos personas de actualidad, una por sus memorias y el otro por su larga entrevista. Ambas son reflexiones de fondo sin afectar a la claridad de sus mensajes, y que acaban de ser publicadas en formato libro. Los dos personajes vienen marcados por el carisma jesuita aunque el primero dejó de pertenecer a la orden hace unos años mientras que el otro es el actual general de la Compañía de Jesús. Y los dos son personas que ofrecen una reflexión necesaria que merece la pena escuchar -en este caso leer- por sus aportaciones en medio de esta sociedad tan desnortada y embarullada.

A pesar de que son personas activas y muy pegadas al terreno vital diario, quiero destacar la importancia que ambos le dan a la oración como el medio más radical y necesario de darle sentido y testimonio al plan que Jesús puso en marcha con su vida revolucionando la existencia en lo tocante a la relación con Dios y con la realidad humana que nos rodea, hoy y aquí.

Para Sosa, una premisa fundamental de la vida espiritual cristiana es que Dios mantiene un constante diálogo con el ser humano y con la historia. Sin esto -afirma Sosa- todo lo demás no tendría sentido. La Biblia recoge una muestra de la larguísima historia de comunicación entre Dios y los seres humanos en diferentes contextos. Si definimos a Dios a través de de la palabra amor, la comunicación profunda es el sentido del amor. Y cuando Dios te habla, es para decirte que ames, que te acerques al prójimo y generes una dinámica de relaciones amorosas y de entrega.

Por si parte, Castillo ha defendido siempre la necesidad urgente de recuperar la oración. Y cuando un cristiano se compromete mucho y no sabe rezar ni le da tiempo para eso, entonces yo me pregunto -Castillo- ¿qué alternativa cristiana frecemos los creyentes en cuanto a la manera de entender la vida, las cuestiones últimas de la existencia y la manera de situarnos en la sociedad? Y él mismo contesta a su pregunta: Si el testimonio de los cristianos no es también testimonio de oración, poco tiene que decir este testimonio al mundo. Es más, ¿no ha llegado ya la hora de decir a este mundo que el estilo nuestro es un estilo diferente, el estilo que procede de la plegaria y se expresa no solo en el compromiso, sino, además, en la contemplación?

Lo esencial de Jesús, su anuncio de la Buena Noticia se basa en la manera de vivir que nos enseñó. No basta con adherirse a las grandes verdades de la fe, sino vivirlas de la manera en la que Jesús las vivió. Por eso el ?cómo?? hacemos las cosas es tan importante que lo que hacemos; es nuestro signo distintivo, hacerlo desde el amor, ya sea lo menudo de cada día o las grandes decisiones que a veces tenemos que tomar.

Termino con una oración que me enseñó otro jesuita, tan breve como revolucionaria en el sentido de transformadora: ?Señor, danos luz y fuerza??. Luz para descubrir lo que tenemos que hacer (la voluntad de Dios) y fuerza para hacerlo. Pues tan difícil a veces es conocer cuál es la mejor decisión a tomar en conciencia como el tener los arrestos necesarios para tomarla.

Sin oración a la escucha, no existe verdadera comunicación con Dios y tampoco es posible crecer como personas todo lo posible en nuestra realidad diaria solo con nuestras propias fuerzas. Ya sé que esto lo hemos escuchado y leído muchas veces, pero la oración bien entendida ha sido arrinconada de tal manera por la acción y otras prioridades que nuestra Iglesia recuerda demasiadas veces a otra torre de Babel.