Enviado a la página web de Redes Cristianas
No está escrito que para alcanzar el poder para gobernar un país sea imprescindible mentir, tergiversar los hechos y culpar al Gobierno en activo de cuantas desgracias afligen a la humanidad. Sin embargo, tanto los dirigentes de Vox como los del PP parecen estar aconsejados por el mismísimo príncipe de las tinieblas que, sin duda, les está llevando de la mano al abismo moral y ético, y, a la ciudadania honesta y razonable, a la decepción y a la nausea.
Si se sabe, por el contrario, que los políticos de bien y de verdad esgrimen como armas para vencer al contrario la honestidad y buen hacer y decir, cautivando así a propios y extraños y atraer para sí y para los demás la buena fortuna. Claro que la oposición debe de ser crítica con el Gobierno, pero criticar no es sinónimo de zancadillear ni de difamar.
Hay que ser bajos, despreciables y carroñeros para intentar arañar un puñado de votos con los muertos producidos por esta pandemia inmisericorde.
/ Antoñán del Valle (León)