Enviado a la página web de Redes Cristianas
Los Apóstoles estaban encerrados con miedo por la muerte de Jesús a manos de sus enemigos. Estaban encerrados con miedo y con desesperanza pues como dicen los Discípulos de Emaús han matado al Maestro y se ha derrumbado su esperanza en el Mesías Salvador. Jesús viene rompe la puerta de sus miedos y les da el regalo del Espíritu Santo Consolador y Defensor de la Verdad. Jesús comparte con ellos la comida y los invita a que en Oración esperen la venida más plena del Espíritu Santo.
También nosotros estamos encerrados en nuestros miedos ante un mundo que se derrumba con la guerra del Medio Oriente, con la avalancha de trump contra los Migrantes y contra el Cambio Climático, con la crisis en Venezuela y en Brasil y tanta violencia en Centroamérica. También estamos encerrados en nuestros temores, en nuestra pasividad por no saber cómo actuar en la compleja y difícil situación de Nicaragua. Y no sabemos bien cómo responder ante los gritos de nuestro Pueblo por el desempleo, por tanta violencia sobre todo contra las Mujeres y tantos otros problemas que afectan especialmente la salud de nuestro Pueblo. Igual que a los Discípulos, Jesús nos dice: no tengan miedo, no los dejo huérfanos, les entrego el Espíritu consolador y defensor que los guiará para comprender y vivir lo que Yo les he enseñado.
Con María nuestra Madre, estas semanas hemos estado esperando y queremos recibir al Espíritu Santo. Con ella queremos proclamar con alegría la grandeza del señor nuestro Salvador.
Nosotros como Cristianos comprometidos, queremos con María decir sí al Señor, sí al Proyecto del Reino de Dios que Él ha puesto en nuestras manos. Pedimos con urgencia que el Espíritu santo renueve las fuerzas en nosotros para fielmente seguir a Jesús y responder al clamor de nuestro Pueblo y de la Madre Tierra.
Que la llama del Espíritu Santo nos ilumine y que el fuerte viento de Pentecostés nos impulse hacia el Relanzamiento pleno, hacia la Resignificación de modo que sea una realidad dinámica y vital, y que esté en plena sintonía con el cambio y con el ir a las fronteras existenciales como nos está llamando el Papa Francisco.
Que con la fuerza del Espíritu Santo los compromisos que estamos presentando, los hagamos vida en nuestras Comunidades. Que seamos Evangelizadores proclamando la Buena Noticia, y que como María creamos y anunciemos la Resurrección.
Pedimos a María que nos acompañe siempre para que con la fuerza del Espíritu Santo como ella seamos rebeldes proféticos y denunciemos lo que está destruyendo la vida, la destrucción de la Madre Tierra, el maltrato y abandonó de los Migrantes, y tanta violencia sobre todo contra las mujeres. Todo está destrucción es fruto de la avaricia, el egoísmo, la ambición de poder.
En esta celebración de Pentecostés pedimos especialmente despertar de la pasividad que también es negativa, pues lleva hacia el desinterés, y a no querer ver la realidad tan critica que está viviendo nuestro Pueblo más Pobre sobre todo en el campo. Esta pasividad también repercute en que no hagamos algo significativo ante la contaminación en nuestros propios barrios y ante la violencia que se da cada día en barrios y Comarcas.
Con María y con los Apóstoles damos gracias a Jesús porque nos regala su Espíritu y clamamos que venga con urgencia porque lo necesitamos para que el fuego de Pentecostés arda en nuestros corazones con la pasión con que Jesús nuestro hermano luchó por el Reino de Dios. Ven con urgencia Espíritu Santo y transfórmanos para ser plenamente testigos de Jesús y de su Buena Noticia para los más Pobres y Oprimidos.
Que como los Apóstoles trasformados, nos acerquemos a los enfermos y los sufrientes y que escuchemos el clamor del pueblo. Que como el Papa Francisco quiere seamos Profetas del Reino de Dios de cara al sufrimiento del Pueblo. Que como Mns. Romero seamos Profetas y testigos teniendo presente que él fue Profeta y Mártir hasta dar la vida.
Queremos terminar nuestra Proclama con una Oración, con un clamor por la Paz en este mundo tan atribulado pidiendo especialmente el diálogo y la paz en Venezuela y comprometiéndonos a ser en la vida cotidiana activos en la No – Violencia en nuestras familias, en nuestras Comunidades y en nuestros barrios.
Espíritu Santo ven con urgencia a nosotros, a nuestras Comunidades y a nuestro Pueblo.
En la Vigilia de Pentecostés 3 Junio 2017. de las Comunidades Eclesiales de Base, Nicaragua
Fuente: Red Mundial de Comunidades Eclesiales
