Bill Gates y Warren Buffett, las dos personas más ricas del mundo, promueven una iniciativa para que 400 millonarios donen más de la mitad de sus ganancias
Mil millones de personas. Esa es la cifra actual, según datos de la ONU, que corresponde al número de afectados por hambre crónica en el mundo. Y, además, se espera que a finales de año sean casi cien millones de ciudadanos los que viven en situación de extrema pobreza, es decir, con menos de un dólar al día.
Las diferencias Norte-Sur, rico-pobre y país desarrollado-subdesarrollado siguen estando muy marcadas a pesar del esfuerzo de numerosas instituciones, ONG y gobiernos que proponen diversas iniciativas para luchar contra esta situación. Pero hasta el momento nunca se había oido hablar de donaciones billonarias.
El gigante de Microsoft, Bill Gates, su esposa, Melinda Gates, y Warren Buffett, empresario experto en Bolsa, se han propuesto, según la revista Fortune, conseguir hasta 600.000 millones de dólares que se destinarán a diversas causas humanitarias y filantrópicas.
¿Cómo? Haciendo que otros 400 multimillonarios, incluidos en la lista Forbes, donen más de la mitad de sus ganancias a la causa.
La iniciativa, que se ha llamado The Giving Pledge (el compromiso de donar), surgió en silencio en mayo de 2009, cuando los Gates y Buffett comenzaron a reunirse con personalidades como David Rockefeller y George Soros, entre otros. Allí, según cuentan Bill y Melinda en su carta de adhesión al proyecto, «debatimos acerca de lo qua hacíamos o no hacíamos por los demás». Todos estaban de acuerdo con el hecho de que «dar a los demás hace tu vida más rica». De hecho, muchos de ellos ya tiene fundaciones sin ánimo de lucro a su nombres, que se encargan de intentar construir un mundo mejor. Pero ahora han firmado un compromiso moral con la sociedad.
40 personalidades dispuestas a donar
En las reuniones que han mantenido a lo largo de todo este tiempo, el número de asistentes se ampliaba cada vez. Hoy en día son ya 40 las personalidades dispuestas a donar, en vida o después de muertos, la mitad de su fortuna (o más) para que se destine a la causa filantrópica u organización caritativa que ellos deseen.
Los Gates declaran que las reuniones celebradas fueron «una experiencia maravillosa porque hemos aprendido mucho de las vivencias de los demás», manifiestan. Por eso, el grupo de The Giving Pledge se reunirá cada año para continuar aprendiendo unos de otros.
A cada billonario, una causa
Warren Buffett, el segundo hombre más rico del planeta, después de Gates, se ha comprometido a donar nada menos que el 99% de su riqueza a The Giving Pledge. Cree que «tener una gran colección de posesiones termina por poseer a uno mismo» y asegura que, aunque él y su familia seguirán viviendo cómodamente con el 1% de su dinero, el resto «puede causar un gran efecto en la salud y bienestar de los demás».
El matrimonio Gates, por su parte, continuará la labor que ya lleva a cabo su Fundación. El objetivo es acabar con el rotavirus, uno de los virus más infecciosos que existen, que produce diarrea, vómitos y deshidratación y que cada año mata a medio millón de niños. «Hemos sido bendecidos con una buena fortuna y sentimos la gran responsabilidad de utilizarla bien», dicen en su carta de adhesión.
David Rockefeller, banquero y heredero de la fortuna de los magnates del petróleo, es otro de los participantes en la iniciativa. Sus retos: la pobreza, la salud, el desarrollo sostenible y la degradación del medio ambiente. «Me llena de alegría que Bill y Melinda Gates hayan contado conmigo para esta iniciativa y espero que otros acepten también el reto», sentencia Rockefeller.
No sólo los grandes empresarios son los protagonistas de la lista del reto de los 600.000 millones, como los llama Fortune. Caras conocidas como las del director George Lucas, entre otros, también han querido colaborar. La misión del cienasta es continuar con su proyecto de la George Lucas Educational Foundation, en la que su objetivo es mejorar la educación, innovando en tecnología, creando nuevas escuelas e implicando a padres, profesores y estudiantes en el proceso.
«Necesitamos promover el pensamiento crítico y la inteligencia emocional», explica Lucas en su carta de adhesión. «Tenemos la oportunidad y la obligación de preparar a nuestros niños para el mundo real. La educación es la clave de la superviviencia de la raza humana», sentencia.
El dinero no es suficiente
Muchos de los multimillonarios que se han unido a la causa de The Giving Pledge lo hacen no para dar lo que les sobra, sino porque creen realmente que es mejor que sus fortunas se utilicen ahora en lugar de que pasen de generación en generación. Claro es el ejemplo de Buffett, que opina que «hay que devolver a la sociedad lo que nos ha dado». Sentencia, con la que también están de acuerdo los Gates, que creen que «si la vida te da talento o tesoros, tienes la responsabilidad de usar los bienes con prudencia y de la mejor manera posible».
Herbert y Marion Sandler, que lucharán por «mejorar la vida de la gente» aclaran en su carta de adhesión a la iniciativa que lo que no quieren es lavar su conciencia y, mucho menos, «autopromocionarse». Sin embargo, todos reconocen que, por mucho dinero que aporten, nunca será suficiente si detrás del proyecto no existen personas dispuestas a donar su tiempo para llevarlo a cabo. «El éxito requiere mucho más que financiación», dice Rockefeller. «La filantropía eficaz requiere paciencia para superar los obstáculos, para saber esperar a que llegue la primera señal de cambio y paciencia para escuchar las ideas de los demás», agrega.
Mientras que Buffett reconoce que «el 99% de mi riqueza puede parecer una responsabilidad enorme si lo cuantificamos en dólares, pero, si comparamos, muchas personas individuales dan más a los demás cada día». De hecho, la carta de presentación del grupo de The Giving Pledge cuenta de dónde surgió la inspiración de crear el mismo : «De millones de americanos que contribuyen generosamente (y, a menudo, con un gran sacrifico personal) a hacer de este mundo un lugar mejor.