Es ciego de nacimiento. Ni él ni sus padres tienen culpa alguna, pero su destino quedará marcado para siempre. La gente lo mira como un pecador castigado por Dios. Los discípulos de Jesús le preguntan si el pecado es del ciego o de sus padres.
Jesús lo mira de manera diferente. Desde que lo ha visto solo piensa en rescatarlo de aquella vida de mendigo, despreciado por todos como pecador. ?l se siente llamado por Dios a defender, acoger y curar precisamente a los que viven excluidos y humillados. ··· Ver noticia ···
Inicio Revista de prensa espiritualidad 4 Cuaresma ? A (Juan 9,1-41): Para excluidos -- José Antonio Pagola
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