100 TE?LOGOS PIDEN QUE SE REFORME EL EX SANTO OFICIO

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Religión Digital

En el mundo católico, no se aplacan las repercusiones generadas por la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), sobre las obras del teólogo Jon Sobrino. Ahora, después de haber asumido la defensa del jesuita español, la atención crítica de los teólogos se concentra sobre la forma de operar de la Congregación dirigida por el Cardenal William Levada y por el salesiano Monseñor Ángelo Amato.

En un largo artículo publicado en la revista teológica alemana Herder Korrispondenz, Peter Hünermann, profesor emérito de teología dogmática en la Universidad de Tubinga, lanza un llamamiento para realizar una «inteligente reestructuración» de la Congregación y de su forma de trabajar. El llamamiento tuvo una rapidísima difusión y recogió el apoyo de más de 100 teólogos del área germanófona, entre otros los de Johann Baptist Metz, Dietmar Mieth, Bernd Jochen Hilberath, Otmar Fuchs. Contra la Notificación habían ya protestado, al día siguiente de su publicación, las facultades católicas de teología de Viena, Graz y Münster, además del Comité de dirección de la revista teológica internacional Concilium.

El texto de Hünermann fue retomado también por los Movimientos católicos de base reunidos en Lisboa para la décima séptima asamblea del European Network Church on the Move. «Es reconfortante», escriben, «que después de un largo período de silencio, los teólogos hayan iniciado un debate teológico expresando su disenso» y, en la ocasión del viaje del Papa a América del Sur, invitan a todos los teólogos que se sienten ligados a la herencia del Concilio Vaticano II a suscribir la iniciativa para reorganizar la Congregación.

Hünermann comienza con un atento examen de los seis puntos de la teología de Sobrino sobre los cuales la CDF constató «notables divergencias con la fe de la Iglesia», para pasar después a analizar el método con el cual la Congregación enfrentó los escritos del jesuita. Y es en este punto que Hünermann llega a las conclusiones más duras: «Actualmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe cumple su función más importante de garantizar la calidad de la teología. ?sta debe preocuparse porque la teología exprese verdaderamente la ratio fidei».

Por este motivo, es preocupante que «a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se hayan, repetidamente, registrados conflictos graves y perjudiciales para la imagen de la Iglesia y de su camino de fe». Las «deficiencias» del personal de la CDF y su preparación, «más o menos completa y actualizada», «agravan los potenciales conflictos». Pero, concluye Hünermann, «la verdadera razón de los conflictos es esencialmente otra: en el fondo la Congregación para la Doctrina de la Fe – sustituta del Santo Oficio – conservó aquella estructura de oficina de censura que tenía al comienzo de la era moderna». «Hoy», por el contrario, «la garantía de la calidad en el campo científico está estructurada de modo diferente: colabora esencialmente con las ciencias e incluye – posiblemente – a las autoridades científicas en los procesos decisorios relativos a la política de la investigación científica y a la gestión de los descubrimientos científicos».

En fin, en lugar de la estructura todavía autoritaria y vertical actual, la CDF necesitaría de una gestión más colegiada: «Hoy, es preciso elaborar la ratio fidei en una sociedad cultural muy compleja, con sus graves problemas y desaprobaciones sociales, científicas y humanas. ?sta presenta, por lo tanto, un grado de complejidad, que una oficina de censura al viejo estilo no está absolutamente en condiciones de enfrentar, tanto en el plano organizacional como en el técnico». De aquí, surge el llamamiento para una «inteligente reestructuración» de la CDF.