¿Evangélicos en camPPaña? -- Editorial de Lupa Protestante

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Lupa Protestante

Varios eventos preocupantes han ocurrido y están ocurriendo en el escenario protestante español. Si bien es verdad que toda institución tiene la libertad de escoger sus caminos y sus compañeros de viaje, se ha de reconocer que el que la Alianza Evangélica Española, a través de su ??Observatorio Cívico Independiente??(OCI), por un lado y el Consejo Evangélico de Madrid (CEM), por otro, se hayan reunido con el Partido Popular para hacerle llegar su sensibilidad hacia la situación social y religiosa de nuestro país, son hechos que no pueden dejar de inspirar cierto temor. Temor por la utilización del Protestantismo español y de nosotros los protestantes españoles en la lucha partidista y el acercamiento de algunos líderes a la derecha política en aras de la defensa de cuestiones morales en las que en el Protestantismo mundial no existe consenso, y, lógicamente tampoco, en el español.

Bien hubieran hecho los dirigentes de las citadas instituciones en haber calculado mejor su agenda de tal manera que una vez que hubieran obtenido cita con los diferentes partidos políticos del arco parlamentario hubieran hecho pública la pertinente ronda de entrevistas. Eso hubiera alejado cualquier sospecha de parcialidad escorada hacia la derecha, máxime cuando esas instituciones evangélicas se confiesan plurales en su membresía.

En cuanto al evento que se va a perpetrar próximamente en Madrid bajo el lema ?España ora por España??, eso ya es harina de otro costal. Los que alientan, desde allende los mares, el mencionado acto pertenecen al ala más fundamentalista del Protestantismo; evangelicalismo puro y duro. Entre ellos encontramos apóstoles, profetas y exorcistas que se desayunan todas las mañanas con sueños, profecías y visiones de ya se sabe qué (mono)color sociorreligioso, moral y político. Si a eso añadimos su proximidad a la derecha política bushiana, cuando no la militancia directa, el cóctel molotov está servido.

Que se elijan fechas electorales ?y justo en la recta final de la última semana de campaña? para realizar esa ?marcha sobre Madrid?? a fin de orar e influir -como los organizadores afirman- en el mundo espiritual y recuperar a España para Cristo, evoca estrategias de agenda ultramontana en lo político y en lo moral y es, por supuesto, totalmente ajeno al espíritu y la cultura protestantes. Entendemos que los cristianos de nuestro país oran. En la iglesias cristianas en España también se hace, y esa oración se basa en el modelo que nos ofrece el Padrenuestro, donde se pide que la voluntad de Dios se realice en la historia, no cabe duda. pero no creemos que la forma de hacer oración sea con éste tipo de convocatorias que se autodenominan plurales pero que, de hecho, operan como complementos electorales de claro sesgo político-religioso.

Por último, e incluso sin querer poner en entredicho la buena fe de nadie, debemos afirmar que actuando así, muchos de los adherentes de esta iniciativa de ?España ora por España?? hacen gala de una ingenuidad infantil pues, lo pretendan o no van a acabar convertidos en compañeros de viaje de la derecha bushiana, del sector más conservador del Partido Popular y de la Conferencia Episcopal Católica.

Lo lamentamos. El problema es que el respeto, la diversidad eclesial y teológica del protestantismo se disuelve en una apariencia de uniformidad en lo teológico y en lo político. Lo que está ocurriendo en los últimos tiempos dentro de las filas del protestantismo español es inquietante, y esperamos que lo que vamos observando no cristalice en un evangelicalismo monocolor donde se nos haga vestir a todos de uniforme por decreto ley y acabemos todos, eso sí, firmes y adelante, marcando el paso de la oca.