¿S?BDITOS O CIUDADANOS? Cecilia Lavalle

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Dicen que no existimos. Dicen que somos imaginarios. Dicen que somos de baja intensidad. Dicen, en el mejor de los casos, que tenemos vocación de víctimas. Y no es que no tengan razón. Es más, no es que no podamos encontrar muchas y variadas razones para ser ciudadanas o ciudadanos ?light??. Pero si usted ya dejó de lamentarse siga leyendo. Es hora de la acción.

De las ciudadanas y los ciudadanos se ha escrito mucho en los últimos años. De la manera de ejercer o, mejor dicho, de NO ejercer nuestra ciudadanía hay artículos reflexivos, analíticos y muy esclarecedores.

¿Qué clase de súbditos o ciudadanos somos?, se pregunta el doctor en Ciencia Política, Leo Suckerman, (Nexos No. 298, octubre 2002). Y es que sostiene que por años estuvimos en medio, un poco súbditos y un poco ciudadanos. Porque en nuestro particular régimen autoritario se podía aspirar a trabajar en política, pero el reclutamiento se hacía desde la cúpula del poder; se podía participar en organismos políticos, pero el régimen no fomentaba esa participación y en ocasiones la limitaba, lo cual derivaba en escasas oportunidades y apatía; se podía no respetar las leyes, porque los gobernantes eran los primeros en no hacerlo.

Para qu? le cuento, la radiografía la conocemos bien. No obstante, y como bien apunta Suckerman, hay ?un segmento importante de la población que interiorizó el ideal democrático??.

Esas ciudadanas y esos ciudadanos somos los que de pronto nos sentimos como hongos en el desierto, hacemos lo posible por inculcar esos valores en casa y cuando salimos a la calle nos desalienta mirar que todo nos contradice.

Somos quienes estamos, para usar la precisa palabra de Germán Dehesa, uptothemother del abuso e impunidad de quienes nos gobiernan, de la ínfima calidad de nuestra clase política, de la partidocracia que se ha instalado en nuestro país, de, como acertadamente dijo Denise Dresser, la extracción sin representación a la que nos han sujetado nuestros políticos.

Y somos quienes, contra todo pronóstico, creemos que de verdad hay otro México que es deseable, posible y viable; y tenemos la absoluta certeza de que el cambio no va a venir de la cúpula jamás. El cambio, debemos impulsarlo, promoverlo, exigirlo, obligarlo las ciudadanas y los ciudadanos.

Si usted entra en esta categoría, si usted ha dejado de ser súbdito y está dispuesto, dispuesta a entrarle a la ciudadanía, le tengo dos buenas noticias.

La primera es una campaña para exigir que se reduzca en 50 por ciento el financiamiento a los partidos políticos.

Se trata de una campaña que organiza Propuesta Cívica, Agrupación Política Nacional, que preside el prestigiado analista y defensor de derechos humanos, Sergio Aguayo.
Se propone juntar un millón de firmas con el objeto de presionar a los diputados para que modifiquen las leyes que establecen los montos de financiamiento a los partidos políticos.

De acuerdo con esta agrupación, el año pasado los partidos se repartieron algo así como 5 mil millones de pesos. Esta cantidad sólo representa la erogada a nivel federal, pero habría que sumarle lo distribuido en las entidades en las que se llevaron a cabo elecciones locales.

Confirman que lo que se gasta en las campañas supera a la mayoría de los países del primer mundo; lo cual es un escándalo, coincido, en un país con 50 millones de pobres.

Y establecen su declaración de lucha: ?No negamos la necesidad de financiar a los partidos, como entidades públicas necesarias, pero el dinero que reciben además de ser excesivo, considerando la situación nacional, no ha servido para acercarlos a la ciudadanía y en muchas ocasiones ha contribuido para que éstos se desvíen de sus fines??.

Quienes pertenecen a esta agrupación e impulsan la campaña están totalmente conscientes que a nivel nacional no existe la figura de Iniciativa Popular; pero algo hay que intentar. Por eso se proponen reunir un millón de firmas.

¡Usted puede ayudar! No sólo firmando el documento, sino adhiriéndose a esta campaña. Imprima el formato, platique con otras personas que hayan decidido abandonar su condición de víctimas y apuesten por la construcción de una ciudadanía plena; lo cual, desde luego, implica participación y responsabilidades. Junte usted decenas, centenas, miles de firmas y envíelas a Propuesta Cívica.

Para obtener el formato y allegarse más información, entre a su página electrónica www.propuestacivica.org.mx.

De la segunda buena noticia que le tengo para decirles a nuestros gobernantes que no estamos dispuestos, dispuestas, a que se sigan mandando solos.

(*) Cecilia Lavalle es periodista en Cancún, Quintana Roo (México), integrante de la Red Internacional de Periodista con Perspectiva de Género. cecilialavalle@hotmail.com