¿Agrogarcas o distribucionistas? ¿con quiénes está la iglesia? -- Leonardo Belderrain (Argentina)

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¿pueden dialogar los que a priori se descalifican?
» La ley para el hombre, es como la telaraña para los bichos, los pequeños quedan atrapados,,¡ y los grandes la rompen» (Martín Fierro)
Pensando con Isabel Irigoyen
Dice la Señora
En mi país, la República Argentina, los derechos y las obligaciones de los ciudadanos se rigen por la Constitución Nacional. Comprar, vender y lucrar no son actividades prohibidas. El margen de ganancia lo fija el mercado, ni el Estado, ni iglesia alguna.

Estimada Isabel en países pobres del sur es consabida que ha aumentado la brecha entre los ricos y los pobres. Creer que solo el mercado regula y debe regular la «ganancia inesperada» y que esto traerá bienestar social, es una posición cuyos argumentos no devienen con mucha consistencia. Mucho más que el Estado observe impertérrito cómo a tantos les falta lo imprescindible y otros no quieren aceptar la propuesta de distribución. Creo que lo bueno de lo que vivimos es que podemos repensar todo en este nuevo milenio: el rol del Ejecutivo en lo social con lo ecológico y el tema de la redistribución, el hambre. Cuando hace diez años sólo hablábamos de modernización del Estado. A ciencia cierta creo que la idea de un Estado mejor distribuidor por la retención o por el impuesto a la ganancia, debería ser menos discutida. Después habrá que pensar qué se hace con la recaudación.

Creo que lo segundo sí debe discutirse y si ese dinero es para los intendentes amigos, para pagar la deuda externa o para verdaderos programas de inclusión de los sectores pauperizados. Este gobierno puede ser grandielocuente en sus proyectos resocializadores y las entidades rurales pueden hacer abuso de un discurso de catástrofe, sobreactuado y poco confiable en relación a lo que realmente sufre el sector. Como dice Moffat «El pueblo mira esto y no toma partido. Los piqueteros tendrían que pedirle a los terratenientes que les paguen el copyright de la metodología del corte de rutas, y Cristina tendría que ocuparse de la desnutrición infantil y el paco en vez de levantar el dedito y amenazar.» «Es evidente la altísima emocionalidad que tiene este conflicto. No solamente hay disensos económicos, políticos y sociales, sino que el diferendo ingresó en una conflictiva sentimental inusual y particularmente vigorosa».

¿Qué diagnostican los especialistas? Moffat arriesga: «Es difícil la curación. Cuando hay dinero y poder, no hay angustia: hay ambición». Abadi recomienda: «Lo pasional reduce la fuerza de lo racional. La solución la trae el diálogo y éste fructificará y será sustentable si no oculta la deuda interna con los indígenas y con los que en estos años de neoliberalismo quedaron excluidos Las concertaciones suizas son muy positivas para los pools suizos pero son violentos sus bancos cuando guardan el dinero de la corrupción de todo el mundo energéticamente y, como dijera la iglesia, no contribuyen en su corrupción concertada a la paz social

Entre tantos discursos de transformación me gusta el de los curas de la agrupación Carlos Mújica porque exhorta a dialogar y no olvida la justicia largamente esperada otorgando una espiritualidad de liberación. Que en sudamérica pide estados mas intervencionistas y proteccionistas También comparto con el Padre De la Serna que en muchas zonas del país los más pobres están con el gobierno y no con las organizaciones rurales.

Dice Irigoyen. No se en qué devendrá esta desgraciada situación por la que pasa el país. Los productores tienen razón yo pienso al revés que usted y que los métodos que eligen los que no tienen la verdad son violentos siempre que tienen que ver con la imposibilidad de convencer por otros modos. Como teólogo no le tengo tanto miedo a la onda ?distribucionista aunque parezca populista y cierto talante despótico de esta coyuntura democrática como a la mercado latría y aquella creencia infundada que solo el libre comercio nos hará mas solidarios equitativos y por ende humanos

Se sabe que Cristina lloró en Roma por haber tardado tanto en hacer justicia con los exiliados. Para Dualde, lo que no dijo, es que sus marido tiene un conflicto con el padre y en consecuencia quiere ver de rodillas a los terratenientes y a los militares. Probablemente Duhalde tenga algo de razón y se haya visto él proyectivamente en su pasado con De la Rúa; por eso esta historia sólo progresa haciendo justicia por méritos hacia los que trabajan y por reparación a los que se excluyó, buscando no humillar al que siente recortada sus ganancias. Para eso necesitamos dirigentes rurales y políticos que hablen desde el poder del alma y no niños resentidos de la clase media que se pierden ser auténticos porque viven en países pobres disfrazados de ricos.

(*) Padre Dr. Leonardo Belderrain, Bioeticista, Capilla Santa Elena, Parque Pereyra Iraola, Consultoría en ?tica Ambiental, Vicaría de la Solidaridad, Diócesis de Quilmes Te. 0221-473-1674

leonardobelderrain@ciudad.com.ar