Ante los abusos en la Iglesia la indignación está en la calle y debemos recogerla y canalizarla en la Iglesia de forma positiva.
En su día, los profetas no hicieron otra cosa cuando interpelaban a los ricos y a los gobernantes desde el clamor de los pobres, no era un acto de odio, sino de invocar la justicia de Dios.
Por favor, escuchemos unas palabras que suenan fuertes, pero están dichas con amor fraterno. No se sientan juzgados, pero si interpelados. Corregidos, si, en expresiones que pueden resultar inadecuadas y que levantan ampollas, pero no separados de la confianza y de las comunión profunda que nos permite seguir caminando juntos tras las huellas de Jesús y fieles al Espíritu, aprendiendo unos de otros. ··· Ver noticia ···
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