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Declaración de Euskal Herria
?Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo??
Euskal Herria-País Vasco, 16 al 24 de julio de 2017
Delegados y delegadas de La Vía Campesina, en representación de nuestros movimientos y organizaciones, estamos reunidos en el País Vasco del 16 al 24 de julio de 2017 para celebrar nuestra VII Conferencia Internacional.
Euskal Herria es una hermosa tierra de solidaridad, lucha, resistencia, con lengua propia, donde la tradición de la buena comida producida por los campesinos/as y pescadores/as locales se mantiene viva. Nosotros los campesinos/as, trabajadores/as rurales, sin tierra, pueblos indígenas, pastoralistas, pescadores/as artesanales, mujeres campesinas, y otros pueblos que trabajan en el campo de todo el mundo declaramos que alimentamos nuestros pueblos y construimos un movimiento para cambiar el mundo.
Con el auge del capital financiero, se ha producido un periodo de acaparamiento desenfrenado de nuestra agua, semilla, tierra y territorio. Se impulsan tecnologías peligrosas, a veces con impactos irreversibles, como los transgénicos, la producción animal confinada en gran escala, y la biología sintética. Se acelera la sustitución de las economías productivas reales por la economía financiera, bajo el dominio del capital especulativo. Las megafusiones concentran más que nunca el dominio sobre los sistemas alimentarios. Hay una nueva fórmula de neoliberalismo combinado con discursos de odio, en que los problemas causados por la misma concentración de riqueza están siendo usados para dividir nuestros pueblos y crear conflicto étnico, religioso y migratorio. Estamos frente a una oleada de violaciones de nuestros derechos humanos, con compañeros y compañeras asesinados, encarcelados, torturados y amenazados por todo el mundo.
Los acaparadores de recursos hacen la guerra contra nosotros, muchas veces a través de la OMC, Banco Mundial, FMI, el imperialismo, los tratados de libre comercio y las leyes que privatizan nuestros bienes comunes, pero cada vez más a través de los bombardeos, las ocupaciones militares y las medidas económicas genocidas. Nos solidarizamos con Palestina y otros pueblos que continúan sufriendo y resistiendo frente a estas imposiciones. Millones de migrantes y refugiados están siendo desplazados forzosamente por la guerra, y la falta de acceso a las necesidades más básicas. Además se siente en muchas sociedades un viento frio de xenofobia, racismo, fundamentalismo religioso y odio de clase.
La criminalización de la migración y de la protesta social está vinculada al poder mediático corporativo hegemónico que demoniza a los sectores organizados del pueblo. Los medios de comunicación corporativos defienden los intereses del capital y últimamente están promoviendo el derrocamiento de algunos gobiernos y colocando a otros. El poder mediático manipula a grandes sectores de la población, creando las condiciones para las violaciones de derechos humanos.
El sistema capitalista y patriarcal no es capaz de revertir la crisis en que vive la humanidad, solo sigue destruyendo a nuestros pueblos y a calentando la Madre Tierra. La Tierra está viva pero el capitalismo es una enfermedad que la puede matar.
Frente a esta grave situación, nosotros y nosotras:
1. Alimentamos nuestros pueblos:
Durante más de medio siglo, nos vendieron la idea de la ?revolución verde,?? que nada tiene de revolución ni de verde. Bajo el pretexto de productividad a corto plazo, este modelo de agronegocio ha envenenado el suelo, monopolizado y contaminado el agua, tumbado los bosques, secado los ríos y sustituido la semilla nuestra con semillas comerciales y transgénicas. En vez de acabar con el hambre, el agronegocio ha creado más problemas de alimentación, y desplazado a los pueblos del campo. Es un modelo de agricultura sin campesinos/as y altamente excluyente. Mientras el agronegocio recibe las subvenciones y las políticas favorables, en nuestra agricultura campesina e indígena seguimos haciendo lo que hemos hecho por milenios: producir alimentos sanos para nuestras familias, comunidades y pueblos.
Mientras los gobiernos imponen leyes de semillas que aseguran la privatización y las ganancias de las trasnacionales, nosotros cuidamos las semillas campesinas, trabajadas, elegidas y mejoradas por nuestras antepasadas. Las semillas nuestras están adaptadas a nuestras tierras, donde con manejo agroecológico producimos sin necesidad de comprar agro-tóxicos ni otros insumos externos. Nuestra agroecología campesina alimenta al suelo con materia orgánica, se base en la biodiversidad, conserva y recupera variedades campesinas de semillas y razas de animales, trabajando con la sabiduría de los pueblos y con la Madre Tierra para alimentarnos. Su fuente principal es el conocimiento campesino, indígena, ancestral y popular que hemos acumulado durante generaciones, día a día, mediante la observación y la constante investigación en nuestras tierras, compartido después en nuestros intercambios entre campesinos y campesinas y entre nuestras organizaciones. Nuestra agroecología tiene un carácter campesino y popular; no se presta para las soluciones falsas como el capitalismo ?verde??, los mercados de carbono y la agricultura ?climáticamente inteligente??. Rechazamos cualquier intento de cooptación de la agroecología por el agronegocio.
La agroecología campesina es la base de nuestra propuesta y visión de la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo. Para hacerlo, urge la genuina reforma agraria integral y popular, la defensa de los territorios indígenas y campesinos y la recuperación de los sistemas alimentarios locales.
Además de fortalecer y desarrollar nuestros mercados campesinos, necesitamos construir nuevas relaciones entre las clases populares del campo y de la ciudad, así como nuevos canales de distribución y de venta, construyendo un nuevo modelo de relaciones humanas, económicas y sociales, basadas en el respeto, la solidaridad y la ética. Con la reforma agraria, la agroecología campesina y la soberanía alimentaria enfriamos el planeta y construimos sociedades más justas y humanas.
2. Construimos movimiento:
La humanidad en crisis busca soluciones. Cada vez más, nuestro movimiento es un referente para los pueblos que luchan. La Vía Campesina sigue creciendo y nuestra propuesta se fortalece. Sin embargo, nuestros enemigos también se fortalecen y nuestra construcción de movimiento enfrenta retos para seguir avanzando.
La lucha de masas es el corazón de La Vía Campesina. El trabajo de base de nuestras organizaciones debe fortalecerse, para integrar más trabajadores y trabajadoras del campo, más campesinos y campesinas, más comunidades indígenas, más migrantes, más pueblos de la diáspora africana, más afectados/as por el modelo del capitalismo agro-hidro-extractivista. Tenemos que fortalecer las alianzas a nivel local, nacional e internacional, sobre todos entre las clases trabajadores del campo y de la ciudad.
Nuestro movimiento tiene como enemigo el patriarcado. El carácter feminista de La Vía Campesina fortalece nuestra unidad y compromiso para luchar con igualdad y equidad de género. Una clave para fortalecer nuestras propias organizaciones y lograr alianzas más amplias es la construcción de un movimiento feminista campesino dentro de La Vía Campesina. Fortaleceremos la participación política de las mujeres en todos espacios y niveles de nuestro movimiento. Nuestra lucha es por el fin de todos los tipos de violencia contra la mujer: física, sexual, psicológica, y económica. Nos comprometemos a incrementar nuestras capacidades para entender y crear ambientes positivos en torno al género, dentro de nuestras organizaciones y en nuestras alianzas. La falta de tolerancia a la diversidad es parte del proceso del despojo de jóvenes del campo. Un campo diverso, no violento e inclusivo es fundamental para La Vía Campesina.
En todo el mundo la juventud ha sido cada vez más expulsada del campo por las diversas formas del capital, y el patriarcado y la discriminación por edad restringen su visibilidad y plena participación en nuestras organizaciones. Nosotros y nosotras nos comprometemos a las nuevas generaciones en el campo y en nuestro movimiento, buscando por la plena incorporación de la juventud en espacios de liderazgo y toma de decisiones dentro de nuestras organizaciones, en la formación y en la producción de alimentos agroecológicos.
Millones de nosotros/as migramos como una forma de resistencia para no desaparecer como pueblos, como campesinos/as, como mujeres o como jóvenes. Desafiamos fronteras, derribamos muros, y enfrentamos el racismo y a la xenofobia. Construimos un movimiento articulando a campesinos/as, trabajadores/as rurales y migrantes, no como víctimas merecedoras de asistencia, sino como titulares de derechos, incluyendo nuestro derecho al libre movimiento.
Nuestro trabajo con nuestros aliados por lograr una Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales es de importancia fundamental para cientos de millones de personas en el mundo. Reforzaremos el trabajo en los países para lograr su adopción. Este instrumento crucial fortalecería los derechos de los pueblos del campo para proteger sus medios de subsistencia y seguir alimentando al mundo.
Tenemos que seguir acelerando la formación política e ideológica, organizativa, y técnica con nuestros propios pensamientos, formando las personas para la lucha y para la transformación, ya que tenemos claro que la educación convencional rompe con nuestra identidad y pensamiento. La formación es crucial para que nuestros movimientos creen sujetos nuevos y activos, sujetos para forjar nuestro propio destino. En nuestra lucha es necesario también seguir construyendo nuestra propia comunicación autónoma y alianzas con los medios alternativos, que nos tornen conscientes de nuestra cultura, de nuestra dignidad, y de nuestra capacidad para transformar la sociedad.
3. Para cambiar el mundo:
El camino es largo. Estamos creciendo como movimiento, pero el capitalismo salvaje y las guerras de un sistema mundial en crisis ponen a todos nosotros y nosotras, nuestras comunidades, organizaciones y sociedades en peligro. Frente a la barbarie urge construir otro futuro para la humanidad. En un contexto extremadamente complejo, La Vía Campesina es un motor de lucha por la transformación y vela por la paz en el mundo. A través de nuestro trabajo diario en el campo, nuestro aporte mundial a la alimentación, nuestras alianzas y nuestra lucha por la soberanía alimentaria, hemos logrado la confianza de buena parte de los pueblos y movimientos. Nosotros y nosotras asumimos la responsabilidad de seguir sembrando la paz en este planeta, igual como hemos globalizado la lucha y sembrado la esperanza en todos los rincones del mundo.
De especial importancia es que nuestra lucha ha logrado un nuevo reconocimiento al campesinado, y ha logrado cambiar los propios términos de los debates internacionales y nacionales sobre la alimentación, la agricultura y el campo. No más se formularán políticas sin que nuestras voces sean escuchadas en voz alta, o sin estar sobre la mesa los temas de los derechos campesinos, la agroecología, la reforma agraria y sobre todo, la soberanía alimentaria.
Crecer y fortalecernos como movimiento significa cuidar el trabajo de base, formar alianzas, luchar contra el patriarcado, el imperialismo y el capital financiero con convicción, compromiso y disciplina. Esta lucha es crítica para la humanidad y la supervivencia de la Madre Tierra. Desde Euskal Herria, hacemos un llamado a los pueblos del mundo a luchar con nosotros y nosotras. Es hora de construir un mundo fraterno y solidario entre los pueblos.
?Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo??
¡Globalicemos la lucha! ¡Globalicemos la esperanza!
La humanidad vivirá a crédito desde el 2 de agosto
SEMANA SOSTENIBLE, Medio ambiente | 2017/07/25
Para esta fecha la humanidad habrá consumido la totalidad de los recursos que el planeta puede renovar en un año, este momento llega cada vez más temprano todos los años.
El miércoles 2 de agosto marca para la Tierra el ?día del rebasamiento?? (?overshoot day?? en inglés): ?a partir de esa fecha, la humanidad habrá consumido el conjunto de los recursos que el planeta puede renovar en un año??, escriben Global Footprint y WWF (World Wildlife Fund) en un comunicado conjunto.
Para sus cálculos, Global Footprint toma en particular en cuenta la huella carbono, los recursos consumidos por la pesca, la ganadería, los cultivos, la construcción y la utilización del agua.
En 2016, el ?día del rebasamiento?? se produjo el 3 de agosto. Aunque el ritmo de progresión se redujo un poco en los últimos seis años, esta fecha simbólica ?continúa avanzando de manera inexorable: este día pasó de fines de setiembre en 1997 al 2 de agosto en este año??, destacan las oenegés.
?Para satisfacer nuestras necesidades, hoy deberíamos contar con el equivalente a 1,7 planetas??, precisan.
?El costo de este sobreconsumo ya es visible: escasez de agua, desertificación, erosión de los suelos, caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, deforestación, desaparición de especies. Vivir a crédito sólo puede ser algo provisional porque la naturaleza no cuenta con un yacimiento del que podamos proveernos indefinidamente??, subraya Global Footprint.
Y es que según las organizaciones las emisiones de gases de efecto invernadero representan solo el 60% de nuestra huella ecológica mundial. A pesar del crecimiento de la economía mundial, ?las emisiones de CO2 vinculadas a la energía no aumentaron en 2016 por tercer año consecutivo, esto se puede explicar por el importante desarrollo de las energías renovables para producir electricidad??.
La comunidad internacional se comprometió en la Conferencia de París sobre el clima (COP21), en diciembre de 2015, a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero con el objetivo de limitar el calentamiento climático.
Tomando en cuenta los últimos datos científicos, Global Footprint recalcula cada año la fecha del ?día del rebasamiento?? para los años pasados desde que este ?déficit ecológico?? comenzó a profundizarse, a comienzos de los años 1970.
NO DEJEMOS EXTINGUIR LA VIDA EN ESTE PLANETA
COLECTIVO OTRO MEDIO
Sobre el calentamiento global, la paz y la democracia
La verdad a medias
Pablo González Casanova
ALAI AMLATINA, 18/07/2017.- Hace menos de un año ?The Economist?? ?una prestigiada revista inglesa? sostuvo en su editorial, que Trump representa ?una nueva edad de lo que podría llamarse la post-verdad??. Según la revista, en esta nueva edad sus voceros ya no se preocupan de las evidencias ni de las ciencias. Esta afirmación es engañosa, pues si Trump representa la época de la post verdad, al no ocuparse de las evidencias científicas, tanto ?The Economist?? como la autollamada ?ciencia normal?? o ?corriente principal??, hasta en sus posiciones críticas, tampoco respetan la verdad completa de las ciencias de la materia, de la vida y la humanidad con una crítica en profundidad. Si los artículos de la revista incluyen al cambio climático y demuestran que éste tiene un carácter antropogénico, y que es necesario reconocer ?Los acuerdos de París??, tanto Trump como los científicos del sistema, dejan fuera de su programa y de sus conceptos y explicaciones expresas otras amenazas a la vida, como el creciente peligro de la guerra nuclear, y el de varias nuevas fuerzas de dominación y acumulación, capaces de destruir a la Humanidad, y a la Vida en el Planeta e incluso a las corporaciones y complejos empresariales-militares-políticos-y- mediáticos que están haciendo de sí mismos las victimas, en su obstinada obsesión por aumentar su poder, utilidades y riquezas.
Al mismo tiempo que eso ocurre entre los que mandan y ganan, y entre sus apologistas, muchos investigadores que son críticos a medias, como los herederos del ?nacionalismo revolucionario?? o de ?la teoría de la ?dependencia???, insertan el colonialismo como una variante estructuralista, y al formular problemas y soluciones, no incluyen al ?capitalismo?? como causante de la tragedia. Cardozo y Faletto, y no pocos de sus sucesores, caen en esa ?ausencia cognitiva?? a la que el propio de Souza Santos, recientemente se refirió y en la que incurrió.
La verdad completa sólo se logra si al ?colonialismo ?y a ?la dependencia??, se añade ?el capitalismo?? en su situación actual.
Ciencias de la complejidad
La verdad completa de los ya amenazadores desastres que causa y tiende a causar el capitalismo es la que incluye al propio capitalismo como causa principal de lo que ocurre, y que en él incluye el colonialismo, como una de sus estructuraciones de relaciones desiguales construidas para la apropiación del excedente. Por supuesto los ?normales?? tampoco abordan en sus conclusiones los distintos caminos de emancipación frente a las causas del desastre.
Es más, la verdad completa sólo se encuentra si entre los argumentos científicos se toman en cuenta la situación realmente existente del capitalismo actual y los daños que su atractor principal causa a la tierra, a la vida y a la inmensa mayoría de la humanidad, todas ellas víctimas de tendencias a agravarse, plenamente comprobadas.
De la situación existente y creciente, y de su reconocimiento, derivarán las verdaderas soluciones, que incluyen al capitalismo actual y la forma en que está empleando las ciencias de la complejidad con 1º. Los ?sistemas complejos en transición al caos, o del caos??, 2º. Los ?sistemas orientados a lograr fines?? y 3º. Las ciencias de la comunicación, de la información, de la semiótica y de la organización, para diseñar y formalizar los modelos y escenarios con más probabilidades de maximizar el logro de sus objetivos que son la ley de un sistema de dominación y acumulación de poder, riquezas y utilidades, y que en el capitalismo actual sólo se entienden si son objeto de un conocimiento científico crítico y actualizado de la realidad económica actual y de la ley del valor. Estas superan su comprensión, aunque deberían tomarse hoy, como punto de partida de las ciencias de la complejidad.
Hoy no es la ciencia económica el conocimiento fundamental. Si lo fue en los orígenes del desarrollo industrial para la crítica del capitalismo clásico, hoy la crítica rigurosa de las ciencias de la complejidad muestra como éstas esconden la dominación y la acumulación por ?desposesión?? o despojo para la acumulación de poder, riquezas y utilidades, y no inician su argumentación científica con la crítica de la ciencia económica al servicio del capitalismo. El des-cubrimiento es aún más exacto cuando a la crítica de las ciencias de la complejidad se añade la crítica a las ciencias de la comunicación, de la información y la organización, y de los teatros de lucha y guerra reales y virtuales, así como de las estrategias y tácticas aplicadas para maximizar el logro del principal atractor del sistema, mediante la comunicación, la información, la organización, el diseño y la formalización de estrategias óptimas, para el logro de las metas del sistema y la confusión sofisticada para que el enemigo o la víctima no distinga entre lo real y lo virtual. El análisis puede parecer difícil de comprender pero eso se logrará cada vez más conforme se integren las ciencias de la complejidad, de la comunicación y de la organización, a la educación y la cultura general, y a partir de ésta se aprenda a auxiliarse también de los conocimientos de los ?especialistas orgánicos??, y de la ?praxis?? de los revolucionarios y rebeldes, en particular de los más originales y profundos, los que se expresan, pon ejemplo, en escritos como los de Fidel, el sub-comandante Galeano, y Chávez, el general bolivariano.
En las luchas que éstos conocen a fondo surgen también los escenarios óptimos de la estructuración de las fuerzas y relaciones emancipadoras, y las des-estructuraciones de las opuestas, en que se reconocen las combinaciones varias de lo real y lo formal, de lo abierto y lo encubierto, de lo legal y lo ilegal, de lo humanitario y lo criminal, y otras que no sólo combinan, sino articulan, los centros y nodos de luchas empresariales, militares, políticas, culturales, sociales, y mediáticas, en espacios y tiempos varios de acumulación primitiva o por despojo, y de acumulación ampliada del poder y riquezas por la vía del contrato y del salario, todas variantes en los países metropolitanos y dependientes o coloniales y en las poblaciones ?participantes?? o ?marginadas??, según el peso de los trabajadores y pueblos organizados, y en medio de una movilidad ascendente o descendente que los hace mejorar o perder, según suban o bajen la productividad tecnológica y la ?renta colonial??, lo cual determinó y determina una creciente diferenciación estructural ?no esperada? de la clase obrera y el pueblo trabajador.
El conocimiento y reconocimiento de tamaña complejidad es tan necesario como esclarecedor, sobre todo cuando se ve que, con toda su creciente eficiencia, el sistema no puede escapar a la ley del valor y a las contradicciones de las relaciones de explotación que derivan periódicamente en la sobreproducción o el subconsumo, y que hoy dan al sistema un carácter terminal, con una opción: que los accionistas, dirigentes e ideólogos de corporaciones y complejos reconocerán si se abren a la verdad completa y aceptan ?aunque sea entre remilgos y rechazos, entre confrontaciones y negociaciones? la necesaria construcción de un sistema postcapitalista.
Las nuevas ciencias de la complejidad y la comunicación de que los expertos se sirven, modelan, formalizan y escenifican el capitalismo para escoger sus mejores cursos, es decir, los que con menores costos, alcanzan la mayor eficiencia y eficacia en el logro de ?sus atractores?? de dominación y acumulación, todo eso, sin el menor escrúpulo o reparo en los ?efectos laterales??, ?buscados?? y ?no buscados?? por el sistema en cuanto aumentan su poder, ganancias y riquezas, y su dominio tanto en los mercados como en la explotación del suelo y el subsuelo, de la tierra, el aire y el agua y de los reinos vegetales, animales y humanos.
El temor a la verdad
Hoy, complejos y corporaciones, formales e informales, legales e ilegales se desentienden y ?niegan?? los efectos producidos por las nuevas fuerzas de producción y por las nuevas relaciones de producción, incluso las que dañan y amenazan a la humanidad. Es más, los líderes y beneficiaros de corporaciones y complejos, persistentemente sacan de su conciencia, si es que ésta llega a incluirlos, los efectos adversos a la Humanidad de que el sistema es causante. Es más, accionistas, ejecutivos e intelectuales de la corriente principal colocan los daños que el sistema causa en un primer lugar de los ?conocimientos prohibidos ¡en ?la sociedad del conocimiento???! Timor veritatem conturbat me, ?El temor a la verdad me inquieta??, como diría Terencio. Se trata de conocimientos ?negados?? o ?descalificados?? desde el inconsciente, según Freud; o de ?conocimientos incómodos??, en la expresión de Al Gore, y corresponden al lenguaje que no es ?políticamente correcto??.
La verdadera situación y sus tendencias plantean constantes y crecientes ausencias cognitivas, sobre las causas principales que las provocan, así como sobre las soluciones a las mismas. Las verdades sobre las causas son aún más incómodas que la aceptación de que los males y peligros del sistema amenazan la vida en la Tierra. Sólo sostener que el cambio climático es ?antropogénico??, es decir, consecuencia de la acción humana, como sostuvo hace tiempo un grupo de científicos de la Universidad de East Anglia, hizo objeto a los investigadores y a su director de incontables acusaciones y descalificaciones. La gran prensa y numerosas organizaciones, acusaron al director y a los investigadores de haber manipulado los datos de sus computadoras borrando aquéllos que dis-confirmaban sus tesis. El escándalo se dio en periódicos, gobiernos y universidades y fue tal que la Academia Inglesa de Ciencias nombró una comisión de sus especialistas para que aclararan si tenía base o no la acusación. La Comisión rindió un informe en el que hizo ver que los datos borrados por el equipo correspondían a una práctica de corrección y desecho de datos falsos, que es habitual en todo investigador, y que nada de lo ?borrado?? ?disconfirmaba?? la tesis de que el cambio climático es antropogénico. El escándalo siguió y fue tal que el Parlamento Británico decidió designar otra comisión de científicos cuyas conclusiones fueron exactamente las mismas de sus antecesores. Es más, dos connotadas revistas científicas norteamericanas defendieron al grupo y sus tesis. La revista ?Nature?? hizo una defensa abierta, y ?Scientific American?? publicó un número entero sobre el tema, en que todos los artículos de los más distinguidos especialitas confirmaban, una por una, las tesis del grupo de East Anglia, cuyo director por cierto acabó renunciando…
Un ejemplo más reciente sobre la negación del problema y sus verdaderas causas, es el del Presidente de la Academia Norteamericana de Ciencias sobre ?Los Acuerdos de París??, cuyas resoluciones ni siquiera son ?vinculantes??, es decir no son obligatorias para quienes las suscriben. Cuando Trump decidió retirar a Estados Unidos de ?Los Acuerdos de París?? ?que unieron a todos los países del mundo?, y tomó esa decisión bajo el pretexto de que las tesis de los ?Acuerdos?? no se sostenían y eran inventadas, como una prueba de que no tenían ninguna validez y como prueba de su personal coherencia, nada menos que echó a andar las industrias del carbón, uno de los más agresivos causantes de la polución atmosférica, del calentamiento global y de uno de los más amenazadores efectos de éste en la biósfera, con repercusiones en el Polo Norte y el Polo Sur, como el derretimiento de las zonas de los grandes hielos, a la que sigue el crecimiento del nivel de los mares, y la intensificación de los huracanes, de las tormentas y las inundaciones de campos y ciudades.
A tamaña descalificación del Presidente de Estados Unidos, el Presidente de la Academia Norteamericana de Ciencias decidió publicar una carta sobre la certezas de la comunidad que representa, basadas en las investigaciones de los especialistas en peligros climáticos; pero al referirse a los causantes de los males, salió con una ingeniosa y lamentable afirmación en que se echó y les echó la culpa a los científicos por haber abierto ?la caja de Pandora??… Lejos de él estuvo decir la verdad completa. Prefirió auto-flagelarse y flagelar a los suyos, empleando una cierta ironía culta y un sentido del humor más o menos indefinido. Lejos estuvo de él pensar y decir lo que Elmar Altvater, profesor de la Universidad de Berlín, ha sostenido fundadamente, y es que el cambio climático y sus peligros para la vida en la Tierra tienen como origen al sistema capitalista, cuyo atractor principal, por cierto, ?y lo decimos una vez más? es la acumulación de poder, riquezas y utilidades.
El temor a la verdad completa oculta que ?Los Acuerdos de París?? son mínimos en relación al costo de los daños causados y por venir, y solamente se han cumplido en parte, insuficiencias a las que se añaden nuevos problemas con las soluciones que se han puesto en marcha ?muchas de las cuales buscan sólo medidas técnicas dentro del sistema vigente?. Esas técnicas en buena parte y para colmo se han convertido en nuevos negocios de quienes venden ?técnicas para protegerse del calentamiento global y otras amenazas??, o para salvarse de ellas?? sin que el sistema tenga la menor posibilidad de llevar a los hechos, una verdadera solución.
Nuevamente el temor a la verdad completa, de que mientras el capitalismo domine al mundo, ni va a cubrir los daños que causan sus negocios con pérdidas que acabarían con ellos, ni va a dejar de producir, deliberadamente, mercancías de caducidad calculada con muchas de ellas ?integradas como un todo compacto?? en que si se decompone una parte deja de funcionar todo y, por grande que sea éste, se convierte en basura.
La verdad completa es que los negocios han prosperado desde que el sistema impulsó la sociedad de consumo y el consumo de masas con una exitosa publicidad de refrescos, comidas, y varios artículos más de ?primera necesidad?? y de baja que están creando también inmensos basureros en los mares, los campos y las ciudades, cuyos daños se hallan lejos de ser resueltos por un sistema que los produce para hacer inmensos negocios?? con la basura??
Proyectos enmancipadores
Males y remedios tienen mucho que cambia y mucho que persiste. Entre sus variaciones destacamos las dos principales y que siguen siendo plenamente válidas en el mundo entero: la democracia, y el que ésta sea efectiva, lo que sólo se dará si se logra que el sistema sea poscapitalista. ¿Cómo lograrlo?, ese es el otro gran problema que aquí sólo apuntamos.
Por lo que se refiere a los remedios, la solución persistente es la que planteó, ?en la Revolución Francesa de 1789?, el ala izquierda de la Asamblea General. Cuando se discutía en quien debía recaer la Soberanía, y unos sostuvieron que en la Monarquía, mientras otros que en la República, la Izquierda sostuvo que el Soberano debía ser el pueblo. Esa profunda solución no se aprobó y en medio de todas las redefiniciones y aportaciones a la libertad humana que surgirían en los movimientos emancipadores ?como el respeto a toda religión, creencia humanista, o diferencia de raza, edad, sexo y afinidades sexuales? y como el renovado peso que se dio con el radicalismo liberal y la revolución cubana a la organización moral y a la práctica del poder real del pueblo para que tome las decisiones definitivas, con todo y eso, la palabra ?Democracia?? dentro del capitalismo se vació de su contenido real y fue usada como disfraz de repúblicas y monarquías, de oligarquías y burguesías, y de regímenes y clases dominantes que para nada hacían efectiva la soberanía del pueblo, el poder real del pueblo y sólo usaban el término para ocultar su verdadero autoritarismo.
La transformación de la revolución popular en revolución burguesa, acompañada de los cambios que produjo la Revolución Industrial, dio pie a la aparición de empresas con un creciente capital fijo integrado en gran parte por maquinarias, y que sustituía el trabajo servil por un trabajo asalariado, ?correspondiente al llamado capital variable, o que el capital empleaba para el pago de míseros salarios, quedándose con la mayor parte de la riqueza producida. Fue una época aquélla en que el capital empezó a exaltar una promesa de Progreso Generalizado que nunca cumplió y así ocultó un despojo al que los grandes economistas como Adam Smith y Ricardo no consideraron y del que a poco tiempo Marx y el Marxismo dieron cuenta con un conocimiento a la vez crítico y científico, cuyo análisis de la Sociedad y no sólo de la Naturaleza, aportaba a la ciencia el saber preciso de una categoría hasta entonces ninguneada por filósofos y utopistas, y que no sólo planteaba la necesaria lucha contra el poder de burguesías y aristocracias sino contra la dominación para la explotación de unos hombres por otros ?de aquélla que los oprimidos y explotados, tendrían que liberarse mediante la creación radical y revolucionaria de un sistema socialista?. Su planteamiento y el de sus sucesores todavía no incluyó en un primer plano el gran peso que requeriría del poder de las clases y pueblos dominados y explotados, que necesitarían organizar su propio poder en una democracia, actual y moral, respetuosa de la libertad y de las diferencias y valores de sus componentes.
El proyecto emancipador, entre grandes tropiezos, se enriquecería como concepto liberador con el liberalismo radical de José Martí en la segunda mitad del siglo XIX, con los movimientos de la juventud del 68, con los de Cuba y los de La Lacandona del Sureste Mexicano encabezado por los indios mayas y por algunos jóvenes rebeldes que se integraron a ellos.
La explicación de tan complejo proceso debe buscarse en la verdadera historia que sucedió a la revolución de 1789 y a la revolución industrial, en aquélla con sus ofrecimientos profundos largamente olvidados tras la contrarrevolución que llevaron a cabo burguesías, aristocracias y ejércitos, y ésta con la verdadera historia de lo que sucedió, en que con la industrialización la contradicción creciente entre explotadores y explotados, primero llevó a una gran ola revolucionaria que estalló en l848 y que tras ser derrotada, inició todo un largo período histórico en que se combinaron las políticas revolucionaras y las reformistas, con las de poderosos dominios monopólicos en las metrópolis y su expansión en las colonias, bajo procesos que, durante un tiempo, permitían el reparto del mundo y que al llegar sus crisis de producción y consumo, de recursos naturales y de mercados derivaban en guerras ?mundiales?? entre las grandes potencias. En todos esos procesos que se repiten en su secuencia hasta nuestros días, la solución al problema no sólo se volvió esencial para los trabajadores formales e informales, ni sólo para los países coloniales y dependientes, o para los imperialistas sino para toda la Humanidad.
Seguir hoy el camino de las viejas soluciones lleva siempre, por un lado, a disminuir lo poco de derechos que pueblos y trabajadores tienen, y dadas las armas de que hoy disponen las grandes potencias, y otras naciones más o menos aliadas, a privar de todo sentido una guerra mundial, pues no sólo por la cantidad de países que disponen de armas nucleares, sino porque éstas son más poderosas y efectivas que nunca, todo hace también más válida que nunca la teoría de una ?guerra de destrucción mutua?? (?Mutual Assured Destruction??), que acabaría con la vida en el Planeta.
Y el problema no es sólo ese, sino el de una nueva Revolución Industrial, que está robotizando el trabajo, y dejando sin capacidad de consumo a miles de millones de habitantes y a no pocos de los que hoy tienen capacidad de compra. Es más, el tipo de socialismo conocido como socialdemócrata o keynesiano, o el que se conoce como socialismo marxista-leninista de Estado, han perdido sentido con las políticas neoliberales, y con las de una nueva ?nomenclatura burguesa?? que realizó la mayor ?acumulación primitiva?? conocida en la historia, en que sus beneficiarios, ya como capitalistas, usan la lógica del capitalismo de Estado tras la abierta restauración del capitalismo. La solución y freno a tan trágico desenlace está en la Revolución Cubana, que organizó la democracia, armada de moral y fusiles, de todo el pueblo con un espíritu que cada vez adquirió más un carácter defensivo frente a una ofensiva integral contra la sociedad, el mercado formal y el estado-pueblo.
La solución aparece también entre los indios y las comunidades campesinas y los sectores y zonas marginados de México que con los mayas y otras etnias practican la rica cultura del ?nosotros?? que tanto estudió Carlos Lenkersdorf, profesor de la UNAM, y que enfrenta tanto en las palabras como en los actos a la cultura debilitante del ?yo?? que el enemigo fomenta con el ?individualismo??. Hoy, a la creatividad de esos caminos de transición a otra democracia y otro socialismo se añade la lucha heroica de Venezuela contra el imperialismo y sus oligarquías, en que se ha organizado un frente del bajo pueblo, de los trabajadores del campo, las ciudades y el petróleo, fuertemente apoyado por amplios grupos de los sectores medios, y nada menos que por el ejército bolivariano que encabezó Chávez ?brillante ideólogo de la soberanía del pueblo y de la necesaria unión de Latinoamérica en la lucha por la democracia y el socialismo?.
Todos los movimientos señalados, en la junta de proyectos ancestrales y contemporáneos intentan un camino que, en lo que se pueda sea pacífico, y esté preparado para defender los intereses comunes, la libertad, y la justicia personal y social, en un proceso que se dará ?entre conflictos y consensos? procurando en todo caso sostener la solución política que más los aleje de la vía armada, y construyendo la soberanía de los pueblos, que no se toma sino se construye desde abajo y con los de abajo, ideal que se originó en la Revolución Francesa y que tanto se enriqueció con las experiencias posteriores.
– Pablo González Casanova es Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Miembro honorario de ALAI.
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento 525/526: Ante escenarios desafiantes 03/07/2017
URL de este artículo: http://www.alainet.org/es/articulo/186892