UN MOMENTO HIST?RICO PREOCUPANTE. Editorial de Lupa Protestante

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Lupa Protestante

Hace ya cierto tiempo que muchos de los ciudadanos de este país, del que hasta los evangélicos obvian el nombre, asistimos estupefactos a una preocupante escalada en el panorama político cuya evolución, tal como van las cosas sólo puede desembocar en una fractura general de la convivencia que se extienda a toda la sociedad española dada su vertiginosa dinámica azuzada sin tregua, de modo cicatero e irresponsable, por poderes mediáticos, mentideros conjurados y politicos todo a cien de digestión lenta y visión bajuna incapaces de aprender de una Historia que, las más de las veces, desconocen o leen a través de los filtros de sus intelectuales afines y domésticos.

Si preocupante es, en asuntos de terrorismo, que nuestro Gobierno parezca ir dando palos de ciego e improvisando sobre la marcha sin un discurso claro que nos convenza de que sabe lo que está haciendo, mucho más preocupante es el uso mezquino y carnicero que la Oposición está haciendo de toda cuestión relativa al caso. Así, instrumentalizando maliciosamente la concesión de la prisión atenuada al asesino De Juana (que no indulto ni excarcelación como engañasomente se nos pretende hacer creer) no ha hecho más que añadir leña al fuego del hervidero nacional sin dar de sí la más mínima aportación constructiva. En todo caso su presentación recurrente ante los focos no hace sino publicitar y convertir en el centro de atención constante a quien no lo merece ni por su categoría personal ni por las ideas que defiende.

Ciertamente ante lo sucedido en este caso particular, no somos tan ingenuos como para creer que haya sido tanto un acto humanitario como la única salida posible ante una situación endiabladamente retorcida. Un acto de pragmatismo político todo lo inteligente que la situación permitía para evitar que se manchase el estado de Derecho. De ningún modo se podía permitir su muerte, entre otras cosas porque los únicos que realmente la deseaban y a quienes beneficiaba era precisamente a sus cómplices, quienes, dándole ya por amortizado, se frotaban las manos ante la perspectiva de presentarlo como un mártir de la causa. Sin embargo, lo que ha sucedido, digan lo que digan, es que ha caído por tierra tan obsceno empeño. Como bien decía hace poco en un comunicado Gesto por la Paz, tras esto, el fanático De Juana ?lejos de ser ganador de ninguna batalla, es la prueba de la grandeza de todo el sistema contra el que dice luchar??.

Así y todo, seguimos deslizándonos por la espiral que amenaza convertir la vida política de este país en un absurdo manifestódromo del que el espectáculo del pasado sábado buscando montar algo así como ?la marcha del millón de hombres sobre Washington?? (decentes y normales, eso sí, lo que convierte en anormales e indecentes a quienes no quisimos asistir) no es sino el último ejemplo, por ahora, de un modo muy peligroso de ventilar la cosa pública escenificando una especie de estado de excepción permanente donde la reflexión, la serenidad y el sentido común brillan por su ausencia suplantados por la catarsis voraz de quienes no tienen más horizonte que la conquista del poder justificando con ese fin todos los medios.

¿Tenemos que jugar, pues, todos al mismo juego que nos imponen? ¿Tiene que convocar el Gobierno una contramanifestación de sus votantes para así comprobar ?a ver quién es el que la tiene más grande??? No le sería tan difícil dados los muchos puntos débiles que deja entrever el discurso desvergonzado de que hace gala la derecha y del que tantos millones, votantes o no del socialismo, somos conscientes día sí y día también. A lo peor, hartos de ser convocados por unos y por otros como si fuésemos dóciles y acríticos borregos nos declarábamos objetores y los mandábamos a todos a paseo.

Si algún efecto de largo calado ha tenido el terrorismo en la sociedad vasca ha sido, precisamente, convertir el fenómeno en un monotema asfixiante provocando así un hastío general, un envenenamiento ético y una ruptura social de complejo pronóstico y más difícil cura. Duele comprobar como se extiende hacia abajo esa grieta imparable e insensata. Una grieta que acabará haciéndose abismo para satisfacción de quienes nunca han buscado otra cosa que lograr un escenario de confrontación feroz de bloques estancos, impermeables, irreconciliables y excluyentes. Está visto que no somos capaces ni de aprender del pasado ni de escarmentar en barba ajena. Así nos ha ido…y nos irá.

No se nos ocurre mejor manera de concluir que haciendo nuestras estas palabras de Imanol Zubero -quizá junto con Kepa Aulestia, uno de los más lúcidos analistas políticos vascos de hoy- quien en su artículo ?El reñidero español?? publicado en el diario El Correo, el 11 de marzo de este año, decía:

?…fue seguramente un judío austriaco, Franz Borkenau, quien mejor retrató esta realidad en su libro `El reñidero español`, en el que define a España como un país aconstructivo, con una dimensión profunda, infrahistórica, casi orgánica, que, cuando aflora produce auténtico pavor. Esa es la España que el PP quiere revivir. Con su plan se lo coman. No es esta la batalla del Gobierno. Ni la nuestra. Aunque debamos plantarnos. Pero de otra forma??