Un ex arzobispo argentino condenado a ocho años de prisión por abuso sexual

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El ex arzobispo de la ciudad argentina de Santa Fe, monseñor Edgardo Storni, fue condenado a ocho años de prisión por «abuso sexual agravado» contra un seminarista, un hecho de fuerte repercusión en un país donde más del 90% de la población profesa el culto católico.

La jueza María Mascheroni sostuvo que Storni, de 73 años, cometió el delito de «abuso sexual agravado por el vínculo» contra un seminarista en 1992, identificado como Rubén Descalzo, cuando el religioso ahora condenado ya era arzobispo.

El ex religioso cumplirá arresto domiciliario por ser mayor de 70 años.

Tras conocerse el fallo, Descalzo dijo que aunque llegó tardíamente la condena le causó alivio y le sirve «para cerrar una etapa» de su vida.

«La justicia fue lenta, pero más allá de lo que demoró, y que quienes debían tomar la decisión antes no pudieron, no supieron o no se animaron, es bueno que después de mucho tiempo haya llegado una persona (por la jueza Mascheroni) con valor y haya dictado una condena», dijo a Radio Universidad Nacional del Litoral.

En su denuncia ante la justicia, Descalzo había relatado que Storni «me hizo pasar a su departamento, donde sólo había una lámpara encendida y hablamos mucho y me convenció para que fuera».

«Cuando llegamos a la puerta me abrazó. El abrazo comenzó a prolongarse y me apretó más contra su cuerpo. Colocó su cara en mi cuello y me besó», añadió.

El caso de Storni saltó a la luz pública en 2000 y provocó fuerte conmoción con la denuncia realizada en el libro «Nuestra Santa Madre», de la periodista Olga Wornat, aunque el religioso era investigado desde 1994.

Ese año, por orden del Vaticano, el actual arzobispo de la ciudad de San Juan (oeste), José María Arancibia, investigó denuncias de aspirantes a sacerdotes sobre supuestos abusos sexuales cometidos en el seminario de Santa Fe (centro-este) y durante los retiros espirituales de la localidad serrana de Calamuchita, en la provincia de Córdoba (centro).

El arzobispado de Santa Fe «no hará ningún pronunciamiento» sobre la condena a Storni y la misma respuesta dio la Conferencia Episcopal Argentina, que reúne a los obispos, ante sendas consultas de la AFP.

Eduardo Jautchen, abogado de Storni, apeló el fallo de la jueza Mascheroni basándose en que supuestamente se registraron «innumerables violaciones a las garantías constitucionales» durante el proceso judicial.

«Se trata de la pena mínima por abuso sexual agravado por la condición del autor. En este caso se trataba de un sacerdote que estaba a la guarda y por eso el delito fue calificado de agravado por el vínculo», explicó Jautchen.

«No puede ser que por sospechas, rumores o versiones unilaterales se condene a una persona. Nuestro sistema democrático y republicano trata de evitar este tipo de arbitrariedades. Por lo tanto, o vivimos en democracia y república o seguimos viviendo en el caos, el desorden y culpamos a una persona por comentarios», se quejó el letrado.

El ex arzobispo fue además encausado en 2003 por otra denuncia de presunto abuso sexual, mientras que dos más fueron desestimadas por la justicia.

Storni renunció a su cargo en 2002 y desde entonces estaba recluido en una finca de la ciudad de La Falda, también en Córdoba, propiedad del arzobispado de Santa Fe.

En su carta de renuncia enviada al papa Juan Pablo II, Storni no reconocía «culpas» ni «acusaciones».

Cuatro sacerdotes habían sido condenados en Argentina desde 2002 por abuso sexual, con penas de ocho a 24 años de prisión, mientras que un obispo renunció al verse envuelto en escándalos sexuales.

En el más reciente caso previo al de Storni, el sacerdote Julio César Grassi fue condenado en junio pasado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de un menor al que debía cuidar y educar en una fundación de niños desamparados.

(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)