INRI «Iesus Nazarenvs Rex Iudaeorum.» (Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos). Lo que para unos era una burla y, a la vez, una advertencia contra quienes se atreven subvertir la pax romana basada en el poderío bélico, para el pequeño grupo de los seguidores de Jesús, pronto constituiría el programa de un Reino que no es, como ya dijo Jesús ante Pilatos, a la medida de este mundo.
Lo que Jesús inició, a muchos, incluso a sus más cercanos parientes, les parecía una locura. Inerme como era se atrevía socavar la autoridad de los poderosos del templo como también la del Imperio totalitario y abusivo de Roma. Como ya lo había previsto Jesús, a sus inmediatos seguidores no les esperaría otra suerte, que no sea el testimonio de martirio, de los primeros por proclamar a un Dios inmediato, sin necesidad del templo, de sus sacrificios y sus intermediarios (sacerdotes), del Cesar por negarle culto divino y por establecer comunidades en que las clases sociales ya no cuentan.
Sin embargo, en menos de 3 siglos el emperador Constantino tiene que admitir: ?Nazareno, realmente has ganado.?? Histórica o no, esta frase que se le atribuye a Constantino, la verdad es que paralizó la persecución de los cristianos y, lamentablemente, logró servirse de sus líderes para sus fines políticos.
No obstante, de tantos reveces históricos hasta nuestros días, en cuanto a lo que Jesús aspiraba, el cristianismo ha cambiado el mundo. Puede haber mucha crítica contra lo que de él se ha hecho, pero cuanto más la ciencia se aproxima al Jesús como realmente era y cual era su actitud y enseñanza, fascina a cualquier que anhela un mundo mejor.