El cristianismo no pocas veces ha predicado un espiritualismo angelical, contraponiendo el reino material con el espiritual. La salvación prometida era ir al cielo, más allá de la corporalidad corruptible.
Pero la resurrección, que estos días de Pascua celebramos, no es una huida del cuerpo, sino justamente la plena asunción de esta realidad. Nuestro cotidiano nos devuelve tozudamente a la experiencia de que somos cuerpos; somos convocados de manera escandalosa a las cosas pequeñas, tan a menudo desatendidas y despreciadas ··· Ver noticia ···
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