Terminar con el lucrativo negocio de las armas -- Leandro Sequeiros, presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta)

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Cuando se escriben estas líneas aún no ha tenido lugar la llamada Cuarta Cumbre Internacional de la ONU  que va a tener lugar en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio de 2025. Va a ser un evento que, en palabras del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, será «el mayor desde la celebración de la Exposición Universal de 1992». Esta Cumbre Internacional brinda una oportunidad única
para reformar la financiación a todos los niveles, incluido el apoyo a la reforma de la arquitectura financiera internacional.

A la Cuarta Cumbre Internacional de la ONU  asistirán unos sesenta jefes de Estado y más de 200 delegados oficiales de países miembros, con la presencia de presidentes y primeros ministros, así como otros representantes de diferentes organismos de todo el mundo.

Sin duda, el tema de la seguridad de los Estados frente a posibles amenazas a las soberanías nacionales, estará muy presente. Y dentro de la gramática de la geopolítica internacional, la palabra “seguridad” se asocia con
la de “armamento”.

Tal vez sería de interés para los asistentes tener en cuenta que, según informes independientes solventes, el mercado global de armamento es un negocio en auge marcado por la geopolítica. En un extenso artículo publicado el 14 de marzo de 2025,
[https://thediplomatinspain.com/2025/03/14/el-mercado-global-de-armamento-un-negocio-en-auge-marcado-por-la-geopolitica/], el comercio internacional de armas ha mantenido un crecimiento constante en las últimas décadas, impulsado por la inestabilidad global, la modernización militar y la competencia
geopolítica.

La última gran transformación de este mercado ha estado marcada
por la guerra en Ucrania, que ha alterado las dinámicas de exportación e importación, reforzado la hegemonía de Estados Unidos y debilitado a Rusia como actor clave. Además, los países europeos han incrementado drásticamente su inversión en defensa, lo que ha convertido a la región en el mayor receptor de armamento estadounidense, desplazando por primera vez
en dos décadas al Medio Oriente.

El estudio resalta que Estados Unidos, es el gran dominador del
mercado de armas. Entre 2020 y 2024, Estados Unidos consolidó su posición como el mayor exportador de armas del mundo, con un crecimiento del 21% en sus ventas y una participación del 43% en el mercado global. Este dominio se debe, en gran medida, al incremento de las importaciones de los países europeos de la OTAN, que han elevado su dependencia de armamento
estadounidense en un 105% respecto al periodo 2015-2019.

El suministro de aviones de combate F-35, sistemas de defensa aérea Patriot y misiles de largo alcance ha convertido a Washington en el principal proveedor de seguridad en
el continente.

Creo que es preocupante que, por primera vez en 20 años, Europa ha superado al Medio Oriente como el destino principal de las exportaciones de armas estadounidenses. En 2020-2024, el 35% de las ventas de Washington fueron dirigidas a países europeos, en contraste con el 33% que recibió el Medio Oriente. Estados como Italia, Reino Unido, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca han aumentado sus adquisiciones, reforzando su capacidad militar
ante la amenaza rusa.

Sin embargo, Arabia Saudí sigue siendo el mayor
comprador individual de armamento estadounidense, representando el 12% del total.
Por otra parte, el informe muestra que Rusia, que históricamente ha sido el segundo mayor exportador de armas del mundo, ha sufrido un desplome sin precedentes en sus ventas internacionales. Entre 2020 y 2024, las exportaciones rusas cayeron un 64% en comparación con el lustro anterior.

Esta crisis comenzó antes de la invasión de Ucrania en 2022 y se ha visto agravada por las sanciones internacionales, la necesidad de redirigir su producción al frente de batalla y la presión de Estados Unidos y sus aliados para que otros países reduzcan sus compras de armamento ruso.

Dos de los mayores clientes tradicionales de Moscú han reducido
drásticamente sus adquisiciones. India, que anteriormente obtenía hasta un 72% de sus importaciones de armas desde Rusia, ha diversificado sus proveedores y ahora solo un 36% de sus compras proceden del país euroasiático.

China, por su parte, ha disminuido en un 64% sus importaciones
de armamento ruso, sustituyéndolas por producción nacional.
Francia ha aprovechado el vacío dejado por Rusia y ha ascendido al segundo puesto en el ranking global de exportadores de armas, con una cuota de mercado del 9,6%. Las exportaciones francesas a Europa casi se triplicaron en el último lustro (+187%), impulsadas por la venta de aviones de combate Rafale a Grecia y Croacia, así como el suministro de armamento a Ucrania.

A nivel global, el principal comprador de armas francesas sigue siendo India, que representa el 28% de sus exportaciones.
El rearme de los países europeos tras la invasión rusa de Ucrania ha reforzado la relación transatlántica en materia de defensa.

Actualmente, Estados Unidos suministra el 64% de las importaciones de armas de los países de la OTAN en Europa, consolidando una dependencia que, a pesar de los
esfuerzos europeos, sigue siendo difícil de reducir.
Bruselas ha instado a los Estados miembros a impulsar la cooperación en defensa y a priorizar la compra de armamento fabricado dentro de la Unión Europea.

En este contexto, España ha experimentado un crecimiento significativo en sus exportaciones de armas, con un aumento del 29% en el último lustro. Arabia Saudí, Australia y Turquía se han convertido en los principales clientes de la industria de defensa española, que busca consolidarse como un actor relevante dentro del mercado europeo y global.

Asia-Pacífico y Medio Oriente: dos mercados en transformación.
Tal vez una sociedad civil bien formada e informada, debería ejercer su poder democrático para impulsar la cultura del desarme y de la paz, que promovió Federico Mayor Zaragoza cuando fue Secretario General de la UNESCO. Lo cual implica un esfuerzo global de todos los países del mundo para una escalada progresiva e irreversible de desarme total.