Somos Iglesia pide cambio de actitud al Vaticano: «En Iglesia no hay justicia de género»

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Religión Digital

La organización católica ‘Somos Iglesia’ cree que no bastan las buenas palabras para hablar del papel de la mujer en el mundo y pide al Vaticano un profundo cambio de actitud en esa cuestión, ha asegurado hoy la portavoz de esta organización, Angelika Fromm. ‘La mera expresión ‘la dignidad de la mujer’ no basta cuando en la propia Iglesia se trata a la mujer como si fueran incapaz de ser ordenada (sacerdote) y se rechaza su igualdad de participación en los actos de la Iglesia, usando una argumentación antigua’, dijo Fromm en un comunicado difundido hoy en Roma.

La nota fue divulgada con motivo de la celebración estos días en el Vaticano del Congreso Internacional sobre la mujer con el título: ‘Mujer y varón, la totalidad del humanum’.

Para la organización católica reformista, ‘la Iglesia de Roma hace llamamientos a los políticos y a los sociedad, pero dentro de sus estructuras rechaza establecer la justicia de género y, en su lugar, disfraza la degradación de la mujer idealizando su imagen’.

‘Si el Congreso Internacional pretende fomentar el tesoro del ‘don de la mujer’ en el apostolado, la familia, el trabajo y la cultura, esto se tiene que reflejar también en las estructuras y la jerarquía de la Iglesia’, se añade en la nota de Somos Iglesia, favorable ‘al igual acceso de la mujer a todas las funciones de la Iglesia’.

Fromm añade que ‘sería extremadamente desafortunado no tratar con todas las tendencias del catolicismo romano y que el Congreso del Vaticano se convierta sólo en una coartada hablando de la participación de la mujer en la sociedad pero, en realidad, impidiéndosela completamente’.

El congreso internacional ‘Mujer y varón, la totalidad del humanum’ fue inaugurado ayer en Vaticano y, entre otros, intervinieron el cardenal español Antonio Cañizares.

En su discurso, Cañizares se refirió a la ‘sufrida búsqueda’ hecha por la mujer para alcanzar la igualdad de genero.

A ese respecto, recordó que para Juan Pablo II esa búsqueda nació de la ‘ausencia de un respeto verdadero por la mujer’; un respeto que revestía un significado sagrado por la ‘consideración que el Papa sentía por la mujer, en especial por la mujer-madre’.

En la actualidad, muy pocas mujeres ocupan cargos de responsabilidad en la Iglesia Católica.

Entre ellas destaca la laica estadounidense Mary Ann Glendon, presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, a quien en un par de ocasiones Juan Pablo II nombró enviada especial del Vaticano en reuniones en las Naciones Unidas.

Mientras, la religiosa italiana Enrica Rosanna es subsecretaria de la Congregación para los Institutos de vida Consagrada, y la franciscana Judith Zoebelein es, desde 1995, la encargada del departamento de Internet del Vaticano.

Según algunos datos publicados recientemente por los medios de comunicación italianos, en las universidades pontificias con sede en Roma sólo el 10 por ciento de los 1.600 profesores son mujeres, pero en ninguna son titulares de la cátedra.