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Las personas sin hogar se enfrentan a temperaturas elevadas sin apenas lugares en los que refugiarse y con una red de equipamientos muy diezmada debido a las vacaciones de agosto
A primera hora de la tarde, Barcelona está desierta en agosto. Con un termómetro que supera los 30 grados y una humedad que escala hasta el 60%, la gran mayoría de gente se refugia hasta que empieza a caer el sol. Pero hay personas que no tienen donde esconderse, no hay ningún hogar que les espere y, además, les suelen echar de los lugares con aire acondicionado. Ver noticia original en …