El cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, convocó hoy oficialmente una nueva concentración pública de la Iglesia en defensa del modelo de familia cristiana, que tendrá lugar el próximo 28 de diciembre, a las doce del mediodía, en la madrileña plaza de Colón, y que contará con la presencia de varias decenas de obispos y la participación, vía satélite, de Benedicto XVI. El acto tendrá lugar un año después del polémico encuentro «En defensa de la familia cristiana», que se convirtió en una dura crítica pública a las políticas del Ejecutivo socialista, y que supuso el momento más álgido de las relaciones Iglesia-Gobierno antes de las elecciones generales del pasado mes de marzo.
Hace un año, y ante centenares de miles de manifestantes, los cardenales Rouco, Cañizares y Gasco acusaron al Ejecutivo dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero de ?no respetar la Constitución?? y conducir, con sus iniciativas legislativas, ?a la disolución de la democracia??. La convocatoria habla de una Eucaristía ?para las familias de toda España??, que llevará por lema ?La familia, gracia de Dios??. Sin embargo, teniendo en cuenta la experiencia del pasado año, todo parece indicar que la ?celebración?? se convertirá en una dura crítica política.
En una carta, el cardenal de Madrid recuerda que «la Fiesta de la Sagrada Familia nos invita a todos, en el marco de la Navidad, a dar gracias a Dios porque ha querido que su Hijo Jesucristo viviera en el seno de una familia y fuera modelo para todos nosotros en las relaciones familiares».
Por ello, invita invita invita «a toda la comunidad diocesana a esta celebración festiva de la fe, especialmente a las familias», en la que, señala, «participarán familias venidas de otras partes de España, acompañadas de sus respectivos obispos, que se unirán a nosotros en la misma fe y en la misma comunión eucarística manifestando que todos formamos la única familia de los hijos de Dios».
Tal vez previendo una asistencia notablemente inferior a la del pasado año ?muchas comunidades cristianas manifestaron, tras la marcha del pasado año, su malestar por la ?instrumentalización política?? del acto-, el presidente del Episcopado insiste en que ?acontecimientos como éstos nos exigen esforzarnos un poco más de lo habitual??.