?España es una nación marcada por la profesión de la fe católica??
El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, ha comparado la situación actual con «las incertidumbres» de después de la Primera Guerra Mundial y ha asegurado «que el camino de la descristianización no conduce a ningún futuro».
Rouco Varela ha pronunciado hoy una homilía en la misa de renovación de la consagración de España al Corazón de Jesús en un acto que se ha celebrado en el Cerro de los Ángeles, en Getafe (Madrid), coincidiendo con el 90 aniversario de la inauguración del monumento, en 1919, por el Rey Alfonso XIII.
Aquellos «tiempos recios»
El Arzobispo de Madrid a hecho referencia a aquella época en España, «unos tiempos ?recios??, en los que ?detrás de la desolación física se escondía el vacío moral y espiritual. Ni la llamada cuestión social con la hiriente y dramática explotación de los trabajadores y sus familias, ni la problemática de la deseada unidad y concordia de las naciones europeas habían encontrado nuevos horizontes que indicasen la recta dirección para una solución justa y duradera??. «La Iglesia ofrecía -indicó- la propuesta del misterio del amor de Dios revelado y donado en Jesucristo para la salvación del hombre, para la salvación del mundo??.
Ahora, como hace 90 años
Según Rouco, ?también hoy necesita nuestra patria los bienes de la reconciliación, de la solidaridad, de la justicia, de la concordia y de la paz, especialmente las jóvenes generaciones» y afirmó que el último atentado terrorista lo evidencia. «El terrible atentado de ETA -dijo- que le costó anteayer la vida a un servidor de la seguridad y de la paz de todos los españoles lo pone dramáticamente una vez más de manifiesto».
España marcada por la fe
El cardenal ha afirmado que España «es una nación marcada en lo más profundo de su alma y de sus ser histórico por la profesión de la fe católica», por ello se ha preguntado si se puede «encontrar hoy los caminos de un futuro pleno de los bienes que constituyen y aseguran la dignidad de la persona y el bien común de todos sus hijos e hijas abandonando la fe de sus mayores».