Revivificar la confianza mutua -- Pedro Pierre

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

?Pongamos el siglo 21 bajo el signo de la esperanza??. Así hemos pensado, leído, escuchado o dicho en vísperas del nuevo milenio. Veinte años después nos sentimos bastante defraudados, poque nos damos cuenta que unos pocos controlan y orientan para su beneficio los espacios donde nos desenvolvemos: la casa, el entorno, la profesión, la ciudad, el país, la religión. Parece que las situaciones nos escapan y la gran mayoría de personas se desinteresa de lo que está pasando.

El fenómeno de la globalización es demasiado grande: Nos sentimos atrapados en el torbellino de la violencia, del consumismo, de la prisa, del sinsentido, de la falta de alternativas?? La autodestrucción de la naturaleza está en marcha sin que se tome decisiones eficaces para detenerla: pensamos que otros o las
autoridades lo deben hacer todo. Los países están dominados por las fuerzas económicas organizadas al nivel mundial por un puño de personas que encuentran en cada país suficientes cómplices para saquear el dinero y los bienes nacionales. La actual pandemia nos deja confundidos y avergonzados porque hemos dejado que las mafias de los grandes laboratorios farmacéuticos organicen nuestra protección mediante las solas vacunas y así acumulen inmensas y escandalosas fortunas a costa de millones de muertos y de continentes sin capacidad financieras para pagarlas. La violencia es cada vez más mortífera en nuestro alrededor porque el desempleo catastrófico crea las condiciones para que se multiplique el tráfico de
drogas, la migración y la delincuencia.

Desde 5 años, la corrupción ha pasado a ser el medio de gobernar, hacer justicia, apresar y matar, porque las instancias estatales de control y justicia están contaminadas por este ?cáncer? que nos destruye como país. Colombia es campeón en eso a pesar de las 7 bases militares norteamericanas. Estados Unidos se está hundiendo económica y socialmente, por eso busca una guerra suficientemente grande para distraer sus ciudadanos, refinanciar su industria armamentista y revitalizar su economía. Los grandes medios de comunicación internacionales están controlados ?desde el país de la libertad y la democracia?? por esa misma industria armamentista; por eso nos mienten, inventan falsas noticias, nos manipulan, nos desestabilizan.

Las Iglesias y sus jerarquías se alinean y se acomodan con los gobiernos de turno y la mayoría de los creyentes se encierran en una religiosidad intimista y espiritualista, sin incidencia con lo que está pasando al nivel social y económico. El papa Francisco es la gran voz profética que ?clama en el desierto?? ??

¿Dónde encontrar caminos que nos devuelvan esperanza y confianza, caminos de vida nueva y feliz? Una actitud primordial será la de sentarnos y hacer un momento de silencio frente a todas estas situaciones negativas que nos asedian. Sentarnos para decirnos individual y colectivamente, de manera sencilla y convencida: ?Somos capaces de salir adelante y lo vamos a lograr juntos??. Muchas personas y
muchos grupos, generalmente pequeños, trabajan en este sentido en muchas partes. Se trata de unirnos a estas personas y a estos grupos. La solución está en la unión, la organización y el compromiso. El individualismo y el egoísmo son los medios en que nos hacen caer los que nos explotan y nos engañan.

Son las dos caras de la misma moneda, en definitiva, la de los ignorantes y cobrades. ?? porque sí, ¡somos capaces de salir adelante, y lo vamos a lograr juntos! Por ser personas humanas, somos capaces de decidir según lo que nos parece lo más adecuado para nosotros. Sólo en comunidad nos damos cuentas que somos ciegos y cómodos, ignorantes y cobardes. Sólo en comunidad podemos decidir cambiar a largo plazo. Sólo en comunidad logramos nuestros objetivos personales, colectivos, sociales y espirituales. Las y los que hemos hecho estas opciones estamos aquí para
testimoniarlo. Nos confirma el mismo papa Francisco: "Ante la tristeza individualista, sean comunidades de esperanza y alegría".

Los creyentes en el Dios de la Biblia, el Dios de Jesús de Nazaret, tenemos la gran ventaja de haber descubierto que somos capaces, como los esclavos de Egipto en su tiempo, de salir adelante a pesar de lo imposible que parezca. Además, en esta lucha colectiva de liberación y de fraternidad, hacemos la experiencia de Dios presente, compañero, amigo y liberador con nosotros: Ese es el gran mensaje de la
Biblia y de Jesús de Nazaret. Un planeta de paz, de justicia de fraternidad y de fe es la meta del Reino de Dios. Y no terminará este mundo hasta que lo hayamos logrado con la ayudad de Dios.

En eso estamos las y los que hemos dejado el individualismo y el egoísmo, como también la ignorancia y la cobardía. ¡Otra vida, otra sociedad y otro mundo son posibles, necesarios y urgentes! De esta manera revitalizamos la confianza en nosotros y en los demás: ?Ponemos el siglo 21 bajo el signo de la esperanza??.