Reunión (telemática)de junio -- Comunidad de cristianos de base de Gijón

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La reunión tuvo lugar, como viene siendo costumbre últimamente, de forma telemática mientras no se resuelva totalmente el problema de la pandemia. En la presentación que sobre el tema hizo uno de los participantes, expresó la opinión de que el tema parecía poco desarrollado en este capítulo en el sentido de que no mostraba la nefasta historia de la Iglesia, es decir, el proceso de degradación que la institución experimentó a partir del siglo IV.

En esa intervención se hizo un resumen de ese proceso que llevó a traicionar el espíritu del Evangelio, que denosta la riqueza y el afán de poseerla, hasta el desarrollo de una sociedad con un sistema económico basado precisamente en ese afán de riqueza y el dominio de quienes la tienen sobre quienes carecen de ella.

Varias otras intervenciones concretaron que en el proceso de generación de los sistemas económicos injustos (feudalismo y capitalismo) tuvo participación activa la jerarquía ecle-sial, que además se benefició de la situación. Se expusieron ejemplos sobre la influencia que el clero tuvo en otras épocas en Europa, principalmente en la Edad Media, y en España siempre. A este respecto, alguna intervención se hizo eco de lo que el libro de J. Mª. Casti-llo, en el capítulo que comentamos, señala que lo que la Iglesia no cumplió, la defensa y propagación de los valores del Evangelio, vino por otro camino, a través de la sociedad civil, el laicismo?? Por ejemplo, la formulación de los Derechos Humanos, que están plena-mente en la línea del espíritu del Evangelio, son un fruto de la sociedad laica y sus institu-ciones, mientras la Iglesia no respeta algunos de esos derechos en su funcionamiento interno.

El más notorio de los déficits eclesiales en el terreno de los Derechos Humanos es el de la situación de la mujer en la Iglesia, marginada, excluida del sacerdocio y de la estructura jerárquica en su totalidad. Aparte de que la propia existencia de esa jerarquía y su manera de funcionar contradicen bastante lo que Jesús decía sobre la manera cómo se debe ejercer la autoridad. La cuestión que esa realidad nos plantea es: ¿cómo defender los valores del Evangelio desde una perspectiva laicista?

Hubo otras intervenciones referidas a tal o cual punto del contenido del capítulo que comentamos. En general se manifestaba y percibía sintonía con la enseñanza que el texto aporta. Pero en una de las intervenciones se cuestionó la relevancia de este tipo de debates, que con independencia de nuestro acuerdo o desacuerdo no tienen ninguna transcendencia fuera del propio ámbito de nuestro colectivo. En realidad, podemos estar muy en desacuerdo con la manera de funcionar de nuestra Iglesia, pero si la reforma de ésta ha de depender de un grupo tan insignificante como el nuestro, la cosa puede ir para muy largo o no culminar nunca.

Por las intervenciones que esta cuestión generó, se puso de manifiesto que el tema de relevancia y transcendencia de nuestros debates se debe mirar en dos vertientes: interna y externa. Desde el punto de vista de la utilidad interna, varios/as intervinientes insistieron en el hecho de que para ellos/as la participación en nuestro grupo supuso un paso importante en su formación y conocimiento sobre asuntos que de otra manera no hubiesen llegado a alcanzar nunca por sus propios medios y por la enseñanza de la Iglesia oficial. La enseñanza que imparte el autodenominado «Magisterio de la Iglesia» parece especialmente diseñada para mantener al ?rebaño?? en un estado de eterna inmadurez. Quienes se desilusionan de una enseñanza que no conecta con la problemática real de las personas, abandonan la Iglesia sin haber llegado a conocer realmente la fascinante figura de Jesús de

Nazaret. En realidad, la Iglesia lo tiene secuestrado desde hace muchos siglos, y sólo nos ofrece una religiosidad centrada en el culto. Nuestro grupo de Cristianos de Base, inspirado en la Teología de la Liberación, nos presenta otro modelo de seguimiento de Jesús. Todos los que participamos en él nos beneficiamos enormemente de este tipo de comunidad. Dios puede hacer cosas grandes con instrumentos insignificantes como nuestro colectivo.

pag3Más problemática es la transcendencia de nuestra actividad formativa fuera del ámbito de nuestra Comunidad de Cristianos de Base. En las reuniones y debates de nuestro grupo nos planteamos cuestiones que no se pueden presentar en la Iglesia. Sencillamente, la Iglesia no tiene un marco en el que los laicos podamos presentar y debatir asuntos como los que trata, por ejemplo, el libro «El Evangelio marginado» y otros asuntos de la problemática social y eclesial. Somos nostros quienes tenemos que llavarlos al exterior, a la Iglesia y a la sociedad. No era otra la función que tenían los Encuentros de las Comunidades de Cristian@s de Base de Asturias que veníamos realizando anualmente. Otra manera de llegar al público fuera de nuestro grupo es difundir nuestros materiales, este boletín por ejemplo; algunos miembros de nuestro grupo ya lo están haciendo.

En nuestra reunión no podíamos dejar de referirnos al fallecimiento de Elvira Fueyo que fue miembro de esta comunidad durante muchos años, en realidad desde su creación. Se acordó hacer, en recuerdo suyo, una Celebración Eucarística a la mayor brevedad. La prensa asturiana del mismo día de nuestra reunión publicó dos artículos en los que se destacaba la actividad de Elvira en las luchas ciudadanas en nuestra ciudad, especialmente en el ámbito de la sanidad y su problemática. También Beatriz, de nuestro grupo, escribió un texto que nos hizo llegar, por el que muestra la admiración y respeto que Elvira le inspiraba por su lucha en el Hospital de Cabueñes por los derechos de los trabajadores y por el Centro de salud de Zarracina, así como por su actividad en nuestra Comunidad de CC de Base y la preparación de las eucaristías que aquí celebrábamos.

Se informó también sobre el estado de salud de Placidia, de nuestro grupo, que está hos-pitalizada y será operada en breve. Después supimos que la operación se realizó con éxito.

Esta reunión de junio es la última del curso 2020-2021. Esperemos que para el próximo curso, a partir de octubre, ya esté superado el problema de la pandemia del COVID lo suficiente para poder realizar reuniones presenciales. Pero tendremos entonces otro problema. Nos informan que desde ahora no se podrán realizar nuestras reuniones en los locales de la Casa de la Iglesia, de Gijón, dónde las veníamos haciendo. Lo mismo les ocurre a otros grupos que se venían reuniendo allí. Así es nuestra Iglesia; unos la abandonan porque la encuentran ajena a sus aspiraciones y preocupaciones, y a otros nos expulsan de ella. Nos sentíamos en nuestra casa porque es la Casa de la Iglesia, y nos consideramos Iglesia, pero dicen que la cierran para el tipo de actos que realizábamos. Por supuesto, el templo seguirá abierto; alli sólo se va a rezar. Jesús decía: No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: sino el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Decir «Señor, Señor» es precisamente el culto que se hace en los templos, un culto descomprometido, que nada se preocupa de la problemática del mundo. Trabajar por el Reino de Dios y su justicia es precisamente el tipo de actividades que se realizaban en los locales que la Iglesia quiere cerrar. Tendremos, pues, que proceder según lo que Evangelio aconseja para estos casos: sacudir nuestras sandalias y buscar otro sitio. Que el Espíritu Divino inspire a nuestra Iglesia otro tipo de actitudes más en consonancia con el mensaje de Jesús de Nazaret.