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En este tiempo de Cuaresma, principalmente, ¡dejémonos de interpelar por los pobres y oprimidos!
¿Cuál es la interpelación de los pobres de nuestros campamentos y poblaciones marginales y de los trabajadores del campo y de la ciudad?
Ellos piden, entre diversas cosas que afectan a su vida humana, especialmente: trabajo y remuneraciones humanas que les permitan costearse el alimento, el vestuario, el cuidado de la salud, la educación de los hijos, la recreación, la movilización; piden vivienda decente para desarrollar dignamente su vida familiar, y que se les reconozca el derecho a organizarse libremente para promover sus intereses y para participar orgánicamente, en las grandes decisiones nacionales que conciernen a su vida y a su futuro (Cfr. Puebla 1162-1163).
Interpelan a la Iglesia y a toda la sociedad chilena y les dicen : «Por favor, revisen los conceptos de verdad, justicia, libertad y amor los cuales, según Juan XXIII, deben ser los pilares de la paz social».
(Extracto «Reflexión Pastoral sobre la Cuaresma: Construyamos la Iglesia de los Pobres», Obispo Don Enrique Alvear Urrutia, 4-3-1981).