Cristianismo y Justicia
Ya estás con el Padre, ya te ha acogido y descansas en sus brazos amorosos, como te gustaba decir cuando definías la pobreza de espíritu. Robert, al que siempre llamabas hermano, y yo, así como todos tus estudiantes y amigos estamos muy tristes pero profundamente agradecidos por haber sido testigos de tu vida y bendecidos por tu amistad. Ver noticia original en …