¿Qué está pasando con el oro? -- Borja Aguirre

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El oro no ha parado de subir desde comienzos de 2024; su valor ha aumentado en este tiempo en un 50%. Algunos analistas creen leer un cambio de tendencia, no solamente en el precio del oro sino en el funcionamiento del sistema financiero en su conjunto.

Michael Hudson, economista y analista geopolítico, expone en una reciente entrevista cómo Estados Unidos y el Reino Unido han manipulado el precio del oro para mantener la hegemonía del sistema financiero basado en el dólar.

Según nos recuerda Hudson, antes de 1971 el sistema financiero internacional se regía por el patrón oro, en el cual las monedas estaban respaldadas por reservas de este metal. Estados Unidos, al ser el principal garante del sistema, tenía la obligación de mantener una reserva suficiente de oro para respaldar sus dólares en circulación. Sin embargo, el alto gasto derivado de la Guerra de Vietnam y otras políticas expansionistas hicieron insostenible este modelo.

En 1971, el presidente Richard Nixon decidió eliminar la convertibilidad del dólar en oro, estableciendo un sistema fiduciario en el que la moneda estadounidense ya no tenía respaldo en metales preciosos, sino únicamente en la confianza de los mercados. Desde entonces, el dólar ha mantenido su dominio, no por su valor intrínseco, sino porque ha sido la principal divisa utilizada en transacciones internacionales, especialmente en la compra de petróleo y otros recursos estratégicos.

Uno de los puntos clave en la entrevista de Hudson es la explicación acerca de cómo Estados Unidos y el Reino Unido han intervenido en el mercado del oro para evitar que su precio suba demasiado y se convierta en una alternativa viable al dólar. Para lograrlo, han utilizado diversas estrategias en los mercados de futuros y en las reservas oficiales.

Manipulación en los mercados de futuros.

La manipulación más evidente se produce en el COMEX (Commodity Exchange), el principal mercado de futuros de oro en Nueva York. En este mercado, el oro se negocia principalmente en forma de contratos de futuros, en los cuales se acuerda un precio para su compra o venta en una fecha futura. La clave de la manipulación radica en el hecho de que la mayoría de estos contratos no implican la entrega física de oro, sino que se liquidan en efectivo.

Hudson explica que los grandes bancos y fondos de inversión pueden manipular el precio del oro vendiendo grandes cantidades de contratos de futuros sin respaldo en oro físico. Cuando estas ventas se realizan en períodos de baja liquidez (momentos en que hay pocas compras, por ejemplo de madrugada), hay poca demanda y eso genera una caída abrupta en el precio, lo que provoca una reacción en cadena en la que los algoritmos de trading automático continúan vendiendo más contratos, amplificando la caída.

Este mecanismo permite a los actores financieros controlar la percepción del valor del oro, impidiendo que se dispare en momentos de crisis financiera. Si el precio del oro subiera de manera sostenida, los inversores podrían perder confianza en el dólar y optar por el oro como reserva de valor, lo que socavaría el sistema financiero basado en la moneda estadounidense.

Leasing de oro por parte de los bancos centrales.

Otra táctica utilizada es el leasing de oro. En este sistema, los bancos centrales prestan oro físico a bancos comerciales como JPMorgan o HSBC, los cuales lo venden en el mercado para aumentar la oferta y reducir su precio. En teoría, estos bancos deberían devolver el oro en el futuro, pero en la práctica, muchas veces lo sustituyen por pagos en dólares.

El problema con este esquema es que los bancos centrales continúan registrando estas reservas de oro en sus balances, aunque el oro físico ya no está en sus bóvedas. Esto crea la ilusión de que hay más oro disponible en el sistema de lo que realmente existe, permitiendo que la manipulación continúe sin despertar alarmas.

Falta de auditorías en las reservas de oro.

Hudson también menciona la falta de transparencia en las reservas de oro de Estados Unidos, especialmente en Fort Knox, la principal instalación de almacenamiento de oro del gobierno estadounidense. La última auditoría completa se realizó en 1953, y desde entonces no ha habido verificaciones independientes.

Algunos países que han intentado repatriar su oro almacenado en Estados Unidos han encontrado obstáculos. Alemania, por ejemplo, solicitó en 2013 la devolución de 674 toneladas de oro que tenía depositadas en la Reserva Federal de Nueva York, pero solo recibió el total de sus reservas en 2020, en un proceso que tomó años y que generó dudas sobre si el oro realmente estaba disponible en todo momento.

¿Un sistema al borde del colapso?

A pesar de la manipulación del mercado, Hudson advierte que el sistema basado en el dólar podría estar acercándose a un punto de inflexión. Cada vez más países están acumulando oro físico como una forma de diversificar sus reservas y reducir su dependencia del dólar. China, Rusia e India han aumentado significativamente sus compras de oro en los últimos años, mientras que bancos centrales de todo el mundo están reemplazando parte de sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense por oro.

El aumento en la demanda de oro físico sugiere que los mercados de futuros, dominados por el «oro de papel», podrían entrar en crisis si los inversores comienzan a exigir la entrega real del metal en lugar de liquidaciones en efectivo. Si esto ocurriera, se revelaría que la oferta de oro físico es mucho menor de lo que se ha reportado oficialmente, lo que podría desencadenar una revalorización masiva del metal y una pérdida de confianza en el sistema financiero actual.

El oro como indicador del futuro económico.

El oro no es solo un activo financiero; es un barómetro de la estabilidad del sistema monetario global. La manipulación de su precio ha permitido a Estados Unidos mantener su hegemonía financiera durante décadas, pero la creciente demanda de oro físico y la pérdida de confianza en el dólar podrían cambiar el panorama en los próximos años.

Si el oro vuelve a desempeñar un papel central en el sistema financiero internacional, podríamos estar ante el inicio de un nuevo orden económico en el que el dominio del dólar ya no sea absoluto. En ese contexto, el precio del oro podría dispararse y revelar lo que Hudson describe como «el mayor engaño financiero de la historia». ¿Está el sistema financiero mundial al borde de un cambio radical? Solo el tiempo y el comportamiento de los mercados lo dirán.