A eso de las 2:25 pm salió por el área de llegadas, en el aeropuerto de Puerto Rico, el ex-prisionero político Carlos Alberto Torres, luego de haber cumplido 30 años de encarcelamiento por sus ideales y su firmeza en la lucha por la independencia de Puerto Rico. Tuvo que atravesar una multitud de seguidores y simpatizantes que se dieron cita desde temprano. Los medios de comunicación rodearon su figura diminuta, pero de espíritu grandioso, para escuchar de primera mano sus impresiones.
Durante todos estos años dijo que se mantenía en contacto con la Isla, número uno, por medio del periódico Claridad, y de vez en cuando algunos otros presos boricuas recibían otros periódicos de la isla, las conversaciones con la familia y amigos.
Cuando pase el barullo de la llegada, ¿qué es lo primero que vas a hacer?
?De veras, de veras??, reacciona sonriente, algo tímido, ?quiero asar un puelquito, si se nos permite??, así mismo con la ele, como hablamos los puertorriqueños.
?Algo que quiero hacer es pasear por Puerto Rico. Estoy loco por ir a Cagüana (Centro Ceremonial Indígena que queda en el pueblo de Utuado) otra vez, ir al río Portugués, me encantaría ir, tengo entendido que el Ejército se robó un montón de cosas??. Se refiere al yacimiento arqueológico que se encontró en ese sector. De hecho, sus temas de lectura favoritos son la ciencia y la arqueología, según nos dijo.
Ya en Camuy, el hijo de crianza de otra de las ex prisioneras políticas puertorriqueña, Alejandrina Torres, tiene planes de desarrollar un taller de cerámica. ?En esa dirección voy??.
Demostrando una gran humildad y sencillez, el ponceño rechaza que pueda comparársele con el líder de la nación sudafricana, Nelson Mandela, por el hecho de que ambos cumplieron similares años de prisión como presos políticos.
?¿Quién se compara a Nelson Mandela? Nelson Mandela es Nelson Mandela, en mayúscula. Pero me tocó cumplir 30 años de cárcel, no me arrepiento ni un chililín. Yo estoy aquí por luchar por mi patria, estuve preso por luchar por mi patria, por luchar por la justicia, por mis convicciones, por mi pueblo puertorriqueño. ¿De qué tengo que estar arrepentido? De nada, me tocó 30 años. Si me hubiese costado 31, lo mismo. Lo importante es que salgo alegre, salgo feliz, salgo rodeado de amor y cariño, y amigos y familia que me quiere y eso hace todo, como quien dice, lo valió. Treinta años son para mí 30 medallas de luchador aquí en el pecho??, dijo emocionado.
Así que es importante en este momento la victoria, pero no es una completa porque Oscar y Avelino siguen presos. Eso no es como un detallito, eso es lo más profundo ahora mismo. Yo me siento que llego a Puerto Rico para empezar mi vida. Pero el número uno en mi agenda es, ?vamos a celebrar, pero hasta que no salgan Oscar y Avelino, la misión no está cumplida??.
Resumen tomado del Semanario Claridad, Periódico de la Nación Puertorriqueña.