Escribí por aquí hace más de diez años que «el problema de la institución es que reaccionó alejando la vista, sin mirar a los ojos dañados de la víctima, evitando la cuestión» («El terror del silenciamiento»). Me refería a la Iglesia, a la Iglesia como institución, y a los casos de abusos a menores protagonizados «por personas que tienen a Dios por norte, se comprometen públicamente a renunciar a su genitalidad y dejan buena parte de su voluntad en manos superiores».··· Ver noticia ···
Registrarse
¡Bienvenido! Ingresa en tu cuenta
¿Olvidaste tu contraseña? consigue ayuda
Recuperación de contraseña
Recupera tu contraseña
Se te ha enviado una contraseña por correo electrónico.