Enviado a la página web de Redes Cristianas
Dentro del Foro Social personas creyentes, pertenecientes unas a comunidades cristianas de base, algunas practicantes, otras no, nos encontramos con otras no creyentes, agnósticas o indiferentes.
Todas nosotras, sin embargo, estamos de acuerdo en que la mayoría de los obispos españoles, principalmente los que dirigen la Conferencia Episcopal, están desempeñando un papel poco respetuoso con una realidad social, tan compleja y plural, como es la española en que vivimos.
Convertidos en una institución de poder, buscan asegurarse el control sobre las conciencias y sobre los valores de todos los ciudadanos y ciudadanas españoles. Presionan al Gobierno para que legisle en cuestiones morales y educativas conforme a sus criterios para toda la población sin distinción de credos.
Exceptuando algunas honrosas excepciones nada tienen que decir, por el contrario, de la situación de desamparo, pobreza y exclusión en que se encuentran millones de personas, nada del Gobierno que, con sus leyes y recortes, está provocando tanto sufrimiento y desasosiego entre las personas más necesitadas. Nada o casi nada sobre la corrupción, los paraísos fiscales, las injustas desigualdades etc.
¿Será que no quieren molestar a un Gobierno ?amigo?? que está cediendo a sus pretensiones de perpetuar privilegios en materia de educación, regulación del aborto, exenciones fiscales, ausencia de recortes en la financiación de la Iglesia Católica, profesorado de religión elegido por ellos y pagado por todos?
Muchos de ellos vienen de una larga noche invernal, en la cual disfrutaron de las mieles de un maridaje antievangélico entre la Iglesia y el Estado. Después de más de treinta años de rodaje democrático, está claro que no terminan de adaptarse a esta nueva etapa de Estado laico, en la cual deberían contentarse con un papel subsidiario, practicando la tolerancia, el respeto a todas las religiones y conciencias y, sobre todo, la misericordia con las personas, principal distintivo de su fundador.
Por el contrario, parece que están siempre enfadados, a la defensiva o atacando cualquier avance social o científico.
Están recogiendo los frutos que su actitud provoca: rechazo y desafección progresiva y constante de la mayoría de la ciudadanía, incluso dentro de sus propios creyentes.
Estamos convencidos de que esta situación tiene un origen claro: el Concordato de 1953 y los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979, todavía vigentes, algunos de cuyos artículos parecen dictados literalmente por la Conferencia Episcopal, sobre todo en lo referente a la asignatura de religión en la escuela pública, que contradicen numerosos principios constitucionales.
Ninguno de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, que han gobernado después de la dictadura franquista, ha tenido la sincera intención de terminar con esta situación, a pesar de que en alguna ocasión figuraba en el programa electoral de los socialistas. La vigencia de estos acuerdos está provocando situaciones tan pintorescas, en un Estado aconfesional, como es el que un grupo de obispos
imponga la obligatoriedad de impartir la asignatura de religión en la escuela pública, dentro de una ley de educación antidemocrática, segregadora y que vulnera la igualdad de oportunidades.
Pensamos, en el Foro Social, que no hay otro camino para parar los pies a estos obispos españoles que terminar con los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979, que conceden a la Iglesia Católica en España unos privilegios injustificables dentro de un Estado aconfesional y una sociedad laica como la nuestra.
El Foro Social Portuense
11 de junio de 2013
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