«Para los primeros creyentes, el cristianismo no era propiamente una religión, sino una forma nueva de vivir» -- José Antonio Pagola

0
751

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Fuente: Observatorio eclesial
«Los cristianos de la primera y segunda generación nunca pensaron que con ellos estaba naciendo una religión»
«Cristiano es un hombre o una mujer que en Jesús va descubriendo el camino más acertado para vivir, la verdad más segura para orientarse, el secreto más esperanzador de la vida»

Los cristianos de la primera y segunda generación nunca pensaron que con ellos estaba naciendo una religión. De hecho, no sabían con qué nombre designar a aquel movimiento que iba creciendo de manera insospechada. Todavía vivían impactados por el recuerdo de Jesús, al que sentían vivo en medio de ellos.

Por eso, los grupos que se reunían en ciudades como
Corinto o ?feso comenzaron a llamarse «iglesias», es
decir, comunidades que se van formando convocadas
por una misma fe en Jesús. En otras partes, al cristia-
nismo lo llamaban «el camino».

Un escrito redactado hacia el año 80 y que se llama
carta a los Hebreos dice que es un «camino nuevo y
vivo» para enfrentarse a la vida. El camino «inaugura-
do» por Jesús y que hay que recorrer «con los ojos fijos
en él».

Primeros cristianos

No hay duda alguna. Para estos primeros creyentes, el
cristianismo no era propiamente una religión, sino una
forma nueva de vivir. Lo primero para ellos no era vivir
dentro de una institución religiosa, sino aprender juntos
a vivir como Jesús en medio de aquel vasto imperio.
Aquí estaba su fuerza. Esto era lo que podían ofrecer a
todos.

En este clima se entienden bien las palabras que el
cuarto evangelio pone en labios de Jesús: «Yo soy el
camino, la verdad y la vida». Este es el punto de arran-
que del cristianismo. Cristiano es un hombre o una mu-
jer que en Jesús va descubriendo el camino más acer-
tado para vivir, la verdad más segura para orientarse, el
secreto más esperanzador de la vida.

Este camino es muy concreto. De poco sirve sentirse
conservador o declararse progresista. La opción que
hemos de hacer es otra. O nos organizamos la vida a
nuestra manera o aprendemos a vivir desde Jesús. Hay
que elegir.

Indiferencia hacia los que sufren o compasión bajo to-
das sus formas. Solo bienestar para mí y los míos o un
mundo más humano para todos. Intolerancia y exclu-
sión de quienes son diferentes o actitud abierta y aco-
gedora hacia todos. Olvido de Dios o comunicación
confiada en el Padre de todos. Fatalismo y resignación
o esperanza última para la creación entera.

(religiondigital.org) 01/05/2023