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El Parlamento Europeo dio el miércoles, día10 de abril de 2024, su visto
bueno final al Pacto de Asilo y Migración que sentará las bases de la
política común ante las llegadas de inmigrantes irregulares, más de
286.000 el año pasado, según la ONU. La nueva normativa es un
compendio de reglamentos que buscan legislar a escala europea todos los
pasos del proceso migratorio, desde la llegada del migrante y hasta la
decisión de acogerlo o rechazarlo.
El pacto ha costado casi una década de debate y tres años de negociaciones, desde que la UE tomó conciencia de la necesidad de normas comunes tras la crisis de refugiados de la guerra de Siria en 2015. El precio del acuerdo es un endurecimiento de Europa como lugar de refugio que choca con el relato humanista que la Unión hace de sí misma.
El resultado, aprobado por una ajustada mayoría, es un ejercicio de
tacticismo que nos ha dejado insatisfechas/os. Reconocieron que votaron
tapándose la nariz. El pacto no se presenta a los ciudadanos como un paso
adelante, sino como un mal menor. Los partidos centrales del Parlamento,
argumentaron que no resolver ya ?la cuestión habría regalado argumentos
a una extrema derecha en auge ante las elecciones europeas de junio.
En el centro del acuerdo se encuentra un principio automático de acogida
de inmigrantes.
Por un lado, obliga a todos los miembros a contribuir, lo
cual parece un avance, pero se establece la salvaguarda de que ?un país
puede negarse a acoger su cuota con el pago de 20.000 euros por
persona , es decir, que puede comprar su insolidaridad. También se
endurecen las condiciones de asilo con límites comunes para el estudio y
decisión de las peticiones y la repatriación rápida de quienes no acrediten
los criterios para ser acogidos.
Para la comisaria de Interior y responsable de su negociación, la
socialdemócrata sueca Ylva Johansson, el acuerdo le ha ?quitado
argumentos?? a una extrema derecha que tiene la inmigración como
principal ariete electoral. Pero desde la Plataforma reconocemos que es
un pacto malo porque apuesta por políticas fracasadas y reduce las
posibilidades de asilo.
Ordenar la inmigración no es sinónimo de reprimir a los que vienen a
Europa buscando protección, sino acogerlos de manera ordenada y digna.
La nueva política común no hace nada por resolver los problemas de
fondo que originan la migración, ni contribuye a evitar que el
Mediterráneo se convierta en una fosa común:? 3.000 muertos el año
pasado intentando llegar.Estamos descorazonados por la aprobación de
un Pacto Europeo sobre Migración y Asilo que no traerá soluciones, sólo
más sufrimiento humano.
Vivimos un día triste para Europa y los valores europeos. Un pacto que sin
duda aumentará la detención arbitraria y complicará los procedimientos
para acceder a la protección, sin garantizar el acceso a asistencia legal.
Ante una Europa fortificada, los inmigrantes encontrarán nuevas rutas,
más peligrosas, pero no dejarán de venir porque el papel de un
vergonzoso pacto diga que no pueden.
Pero es tiempo de mirar al futuro y de seguir comprometidos y del lado
de las personas migrantes y refugiadas haciendo nuestro el título de la
ponenecia de Patuca Fernández?? hagamos añicos el Pacto por otro pacto
por la vida y los derechos de las personas migrantes..