En 1986 visité en San Salvador la modesta vivienda de Monseñor Romero dentro del Hospital de la Divina Providencia para enfermos de cáncer. La religiosa carmelita que nos lo enseñaba nos contó que a altas horas de la noche del sábado 22 al domingo 23 de marzo de 1980 vio que la luz de la habitación de Monseñor todavía estaba prendida. Fue a verle para saber si se encontraba mal o necesitaba algo. Romero le dijo que estaba bien y que preparaba una homilía muy importante para la misa del día siguiente en la catedral. ··· Ver noticia ···
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