ONCE DE SEPTIEMBRE: UNA FECHA TE?IDA DE DOLOR LATINOAMERICANO. Daniel E. Benadava

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» … Septiembre aúlla todavía su doble saldo escalofriante todo sucede un mismo día gracias a un odio semejante. Y el mismo ángel que allá en Chile vio bombardear al presidente, ve las dos torres con sus miles cayendo inolvidablemente … » ( Silvio Rodríguez )

La humanidad, en muchas ocasiones, padece una amnesia selectiva, que cubre de sombras y hojas secas algunos acontecimientos que marcaron a sangre y fuego a los continentes pobres del planeta, pero en cambio, posee una asombrosa memoria para recordar aquellos hechos que acontecieron en los países del primer mundo.

Evidentemente, esta cuestión no puede emparentarse con el azar sino que, en gran medida, se encuentra íntimamente relacionada con los grandes medios de comunicación social que muchas veces » … se empeñan en mantener el status quo y aún en crear un nuevo estado de dependencia – dominación … manipulando la información, callando, alterando o inventado el contenido de la misma, con gran desorientación para la opinión pública … » – Puebla, 1069 – 1070 -.

Un claro ejemplo de esta situación se » conmemora » todos los 11 de septiembre, fecha en la que a nivel mundial se recuerda el trágico atentado que, en el año 2001, Al Qaeda realizó contra las Torres Gemelas de New York. Este hecho, que fue la respuesta de un » grupo étnico » que durante décadas vio violentados, simbólica y militarmente, sus derechos humanos y económicos, no puede ser defendido ni avalado bajo ningún punto de vista ya que, entre otras tantas cuestiones, en dicho siniestro murieron cientos de civiles que, seguramente, lejos estaban ideológicamente de las políticas llevadas adelante por el gobierno estadounidense de uso, dominación, explotación y violación del mundo árabe.

Ahora bien, salvo en honrosas excepciones, en líneas generales, acontece que en el mundo en general, y en América Latina en particular, si bien se hace referencia a este atentado y se lo repudia con diferentes actos, en forma paralela se omite, trágicamente, recordar que hace poco mas de 30 años, un mismo 11 de septiembre en Chile se producía, monitoreado y dirigido por los Estados Unidos, un golpe de estado encabezado por Pinochet que derrocó al presidente constitucional Salvador Allende.

Este fue uno de los tantos golpes de estado contra gobiernos democráticos y populares del continente latinoamericano que a lo largo de la década del 70 existieron. Pero tal vez, fue una de las pocas veces en las que con absoluta impunidad y desparpajo, desde la Casa Blanca, Henry Kissinger planteaba » … Yo no veo por que tendríamos que quedarnos cruzados de brazos ante un país que se vuelve comunista por la irresponsabilidad de su propio pueblo … » – En Galeano, E. Patas Arriba. La escuela del mundo al revés. Ed. Catálogos. 1999. pag. 321 -.

Claro esta que no se trata de evaluar cual de los dos hechos fue mas doloroso, ya que en ambos acontecimientos murieron personas y, por ende, tanto uno como otro son repudiables y rechazables, ya que la vida y la muerte dependen únicamente del Señor.

Mas bien, el problema radica en que partiendo del olvido de las atrocidades que fueron cometidas a nivel continental, en el mejor de los casos puede decirse que los habitantes de América Latina poseen una identidad frágil, en ocasiones mas endeble que una pompa de jabón, a partir de la cual los latinoamericanos viven en un estado de constante dominación y sumisión hacia políticas e intereses ? foráneos ?? que, sostenida sobre la base de la desmemoria, hace imposible que tomen conciencia de que, en repetidas ocasiones, el bienestar y la prosperidad de los grandes grupos económicos y políticos mundiales se vincula en forma directa con las desazones continentales.

Estas, entre tantas otras, constituyen las gravísimas » … consecuencias que entraña para nuestros países su dependencia de un centro de poder económico, en torno al cual gravitan. De allí resulta que nuestras naciones, con frecuencia no son dueñas de sus bienes, ni de sus decisiones económicas … » ni de su historia – Medellin, II Paz, 8 -.

Por estas razones, y con el propósito de construir una identidad latinoamericana fuerte, que pueda posicionarse en el mundo » de igual a igual » con otras comunidades, sería importante recordar entre otros tantos hechos, que en la década del 70 del siglo pasado, un 11 de septiembre de 1973, el gobierno popular y democrático de Salvador Allende, tuvo sentencia de muerte, y su incipiente vuelo de justicia y paz social, se vio asfixiado en manos del General Augusto Pinochet quién, como muchas veces aconteció con las clases dominantes de América Latina, privilegió los intereses de las grandes empresas por sobre el bienestar popular, y empujó a los chilenos a un tiempo oscuro de desdichas, desencuentros y un total irrespeto por los derechos humanos y garantías constitucionales.

En este sentido, en América Latina, continente predominantemente cristiano y sufrido por los diferentes avatares que padeció a lo largo de su historia, urge que se produzca una Nueva Evangelización – cf. Santo Domingo, 13 ss -, que bajo la luz del Evangelio brinde respuesta a millones de latinoamericanos que, sobreviviendo en situaciones de violencia material ? que se traduce en crecientes márgenes de injusticia y desigualdad social – y simbólica ? que partiendo del olvido de la historia continental, favorece la existencia de una identidad latinoamericana endeble -, claman por la construcción de un nuevo orden económico, social y político que promueva el conocimiento y el recuerdo de los acontecimientos que marcaron a sangre al continente, » … liberando al dolor por el dolor, esto es asumiendo la Cruz y convirtiéndola en fuente de vida pascual … » – Puebla, 278 -; en el que exista un pleno respeto por los derechos humanos; y en donde los pueblos posean una absoluta capacidad de autodeterminación sobre sus vidas, sin que sus decisiones se vean interferidas, en los mas mínimo, por los grandes grupos de poder económico que siempre buscan a nivel mundial implementar sus políticas en favor de unos pocos, y en desmedro de millones de hombres y mujeres.